
La hipertensión o presión arterial alta afecta a millones de personas en el mundo. Durante décadas, se relacionó principalmente con el consumo elevado de sal.
Sin embargo, nuevos hallazgos han identificado otros factores que también contribuye a su aparición, esto según Mayo Clinic.
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Cuando esa presión se mantiene alta de forma constante, se considera una condición médica crónica. Esta enfermedad obliga al corazón a esforzarse más para bombear sangre y puede provocar daños graves en el organismo.
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Cuándo una persona tiene presión arterial alta
La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mm Hg). Se considera hipertensión cuando la lectura es igual o superior a 130/80 mm Hg. Las categorías se dividen así, según el American College of Cardiology (Colegio Estadounidense de Cardiología) y la Asociación Americana del Corazón:
- Presión normal: menos de 120/80 mm Hg
- Presión elevada: entre 120-129 mm Hg en el valor máximo y menos de 80 mm Hg en el mínimo
- Hipertensión etapa 1: entre 130-139 mm Hg y entre 80-89 mm Hg
- Hipertensión etapa 2: 140 mm Hg o más, con un valor mínimo igual o mayor a 90 mm Hg
- Crisis hipertensiva: 180/120 mm Hg o más, requiere atención médica inmediata
Las consecuencias de no tratar la hipertensión
No tratar la hipertensión aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular u otros problemas graves de salud.
Por eso, se recomienda medir la presión al menos una vez cada dos años desde los 18 años. En personas con factores de riesgo o antecedentes familiares, los controles deben ser más frecuentes.
Algunos estilos de vida pueden reducir o controlar la hipertensión. Entre ellos se encuentran: una alimentación saludable, dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente y reducir el estrés. No obstante, en ciertos casos se requiere tratamiento farmacológico.
La hipertensión puede no mostrar síntomas
Uno de los principales riesgos de la hipertensión es que puede avanzar sin síntomas. Muchas personas desconocen que tienen esta enfermedad, incluso cuando los niveles alcanzan cifras peligrosas.
En algunos casos, puede haber señales como:
- Dolores de cabeza
- Falta de aire
- Sangrados nasales
Estas señales no siempre aparecen y, si lo hacen, podrían indicar que la presión está en niveles muy altos o que existe una condición médica grave.
Cuándo realizarse un control de presión arterial
Se recomienda comenzar a medirse la presión desde los 18 años. Si la persona tiene más de 40 años o presenta factores de riesgo, debe hacerlo todos los años. En el caso de los niños, los controles pueden iniciarse desde los tres años como parte de su revisión médica anual.
Aunque no se visite al médico de forma regular, hay alternativas para conocer los niveles de presión. Existen opciones en las farmacias, así como dispositivos.
La precisión de estos aparatos depende de factores como el tamaño adecuado del brazalete y el uso correcto. Por esta razón, es importante solicitar orientación profesional antes de confiar en los resultados.
Causas
Existen dos formas principales de presión arterial alta.
Hipertensión primaria
Es la más frecuente. No tiene una causa específica y suele desarrollarse de forma progresiva. Se relaciona con el paso del tiempo y la acumulación de placa en las arterias, conocida como ateroesclerosis.
Hipertensión secundaria
Se origina por una condición médica preexistente. Tiende a aparecer repentinamente y con valores más elevados que en la hipertensión primaria. Entre las causas posibles se encuentran:
- Tumores en la glándula suprarrenal
- Defectos congénitos en los vasos sanguíneos
- Enfermedades del riñón
- Apnea obstructiva del sueño
- Problemas en la tiroides
- Consumo de drogas ilegales como cocaína o anfetaminas
- Algunos medicamentos de venta libre o con receta, como analgésicos, descongestionantes y anticonceptivos
Factores de riesgo
Diversos factores aumentan la probabilidad de desarrollar presión arterial alta:
- Edad: Aumenta el riesgo con el paso del tiempo. Antes de los 64 años, afecta más a hombres. Después de los 65 años, es más común en mujeres.
- Raza: Las personas afrodescendientes presentan hipertensión con más frecuencia y desde edades más tempranas.
- Antecedentes familiares: Tener padres o hermanos con hipertensión eleva el riesgo.
- Sobrepeso u obesidad: El exceso de peso provoca cambios en los vasos sanguíneos y órganos, que elevan la presión arterial.
- Falta de actividad física: No hacer ejercicio contribuye al aumento de peso y eleva la frecuencia cardíaca en reposo.
- Tabaco o vapeo: Eleva la presión de forma inmediata. Además, daña los vasos sanguíneos y acelera el endurecimiento de las arterias.
- Consumo alto de sal: El exceso de sodio provoca retención de líquidos, lo que incrementa la presión.
- Bajo nivel de potasio: Este mineral ayuda a equilibrar la sal en el cuerpo. Una dieta baja en potasio o la deshidratación pueden afectar este balance.
- Alcohol en exceso: Aumenta la presión, especialmente en hombres.
- Estrés: Provoca subidas temporales en la presión. También puede llevar a hábitos poco saludables, como comer en exceso, fumar o beber alcohol.
- Condiciones médicas crónicas: La diabetes, la enfermedad renal y la apnea del sueño pueden contribuir a la hipertensión.
- Embarazo: Algunas mujeres desarrollan presión alta durante la gestación.
Aunque la hipertensión es más común en adultos, los niños también pueden padecerla. En algunos casos, se relaciona con enfermedades cardíacas o renales. En otros, con malos hábitos como la alimentación no saludable y el sedentarismo.
Consultar con un especialista es clave para prevenir complicaciones asociadas a la presión arterial alta. La hipertensión puede avanzar sin generar síntomas visibles, por lo que resulta esencial realizarse chequeos periódicos, incluso si no se presentan molestias.
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