
La vitamina B12 cumple un papel determinante en la reducción del cansancio y en la regulación del sueño. Este nutriente incide de forma directa en el sistema nervioso central. Además, ayuda a combatir la fatiga crónica y favorece un descanso nocturno más reparador, según datos del Instituto Nacional de Salud (NIH) de Estados Unidos.
La evidencia científica señaló que la vitamina B12 participa en la regulación del ritmo circadiano, el reloj biológico que define los ciclos de vigilia y sueño. Su consumo adecuado contribuye a mejorar la calidad del descanso y a optimizar los procesos de recuperación del organismo durante la noche.
Este nutriente resulta indispensable para la síntesis de melatonina, hormona que prepara al cuerpo para dormir. Niveles adecuados facilitan un sueño profundo y continuo. La ingesta nocturna potencia este efecto y promueve una transición natural hacia el descanso.
La sensación persistente de agotamiento no siempre se relaciona con el estrés o la falta de horas de sueño. La medicina identificó la deficiencia de nutrientes como una causa frecuente de fatiga física y mental.
Una dieta desequilibrada o problemas de absorción afectan el funcionamiento normal del cuerpo. Esta carencia se manifiesta mediante debilidad muscular y dificultad para concentrarse. Reconocer el déficit permite iniciar acciones para recuperar la energía diaria.
Funciones vitales en el organismo
El NIH destacó que la vitamina B12 participa en múltiples procesos fisiológicos. Su función resulta clave para mantener un sistema nervioso saludable. También interviene en la formación de glóbulos rojos y previene la anemia megaloblástica, condición asociada con cansancio extremo y debilidad general.
Este nutriente forma parte de la síntesis del ADN, esencial para el crecimiento y la reparación celular. Niveles adecuados favorecen el mantenimiento de los tejidos y el equilibrio metabólico.
Las investigaciones también confirmaron su relevancia en la función cognitiva. La presencia suficiente de vitamina B12 protege al cerebro y contribuye a prevenir trastornos neurológicos. Su déficit prolongado afecta la memoria y la capacidad de procesamiento de información.
El sistema cardiovascular también obtiene beneficios de una ingesta adecuada. La vitamina B12 ayuda a reducir los niveles de homocisteína en la sangre. Concentraciones elevadas de este aminoácido se vinculan con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
El control de esta sustancia favorece la salud del corazón a largo plazo. Además, el nutriente optimiza el metabolismo energético, ya que facilita la conversión de los alimentos en energía utilizable por el organismo.
Los alimentos de origen animal concentran las mayores cantidades de vitamina B12. Carnes, pescados, huevos y lácteos aportan las dosis necesarias para un adulto promedio.
Algunas personas presentan dificultades de absorción que limitan el aprovechamiento del nutriente. En estos casos, los especialistas recomiendan valorar la suplementación bajo supervisión médica, con el fin de evitar déficits prolongados.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
