
Val Kilmer convivió en silencio con un tumor en la garganta durante varios años antes de buscar atención médica. Según personas cercanas al actor, solo accedió a recibir tratamiento cuando en 2015 sufrió un sangrado que lo obligó a revelar la gravedad de su estado de salud.
Hasta ese momento, ocultaba el creciente hinchazón en el cuello con bufandas y prendas voluminosas.
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El actor estadounidense falleció el martes 1.º de abril a los 65 años. Durante su enfermedad, Kilmer rechazó los tratamientos médicos convencionales, decisión atribuida a sus convicciones religiosas.
El artista era seguidor de la Ciencia Cristiana, una doctrina que predica la sanación a través de la oración y no mediante la medicina moderna.
De acuerdo con allegados, Kilmer se alejaba de quienes insistían en que se tratara. Esta conducta responde a los principios de la Ciencia Cristiana, organización fundada en 1879 en la región de Nueva Inglaterra, Estados Unidos.
Desde su origen, la iglesia ha enseñado a sus miembros a evitar el contacto con médicos y confiar únicamente en el poder de la oración.
A lo largo de su historia, la iglesia ha sido objeto de controversia por casos judiciales en los que sus miembros enfrentaron cargos penales por negarse a buscar atención médica para personas gravemente enfermas, incluyendo menores de edad.
En la última década, la iglesia ha intentado suavizar su posición. Sus líderes comenzaron a recomendar que sus fieles consideren la medicina tradicional como última opción en casos extremos.
Esta postura más flexible busca detener la disminución del número de seguidores y mitigar el daño a su reputación.
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Actualmente, la Ciencia Cristiana ha lanzado una campaña pública en Estados Unidos con el fin de presentar sus prácticas como complementarias y no excluyentes al tratamiento médico. Propone un enfoque similar al de la homeopatía, la quiropraxia o el biofeedback.
Además, la organización realiza gestiones ante legisladores para que sus métodos sean reconocidos por la ley de salud estadounidense. Plantea que los gastos relacionados con sus servicios deben ser cubiertos por aseguradoras médicas.
Los practicantes de esta doctrina no poseen formación médica, pero sí un fuerte compromiso con la creencia de que las enfermedades surgen por pensamientos “incorrectos”. Según su visión, los males físicos no son reales, sino estados ilusorios del ser humano.
Val Kilmer sentía profunda admiración por Mary Baker Eddy, fundadora de esta religión. Incluso escribió un guion de cine inspirado en su vida, el cual no logró llevar al cine.

En el libro base de esta doctrina, “Ciencia y salud con la clave de las Escrituras”, Eddy afirma que acudir a un médico equivale a aceptar la derrota.
Aunque la iglesia no divulga datos oficiales sobre sus fieles, expertos consultados por el New York Times estimaron en 2010 que el número de seguidores había descendido a menos de 100.000 personas, la mitad de lo que llegó a ser en el siglo XX.
Según el portavoz Philip Davis, la institución espera que, al mostrar una imagen menos rígida, más personas opten por sumar la oración como apoyo espiritual dentro de su tratamiento médico. Para ellos, la salvación sigue estando en el “alineamiento del alma con Dios”.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
