:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/7V6CT2XRGBFO3DGPB3N5MEULFQ.jpg)
Imagen sin titulo - GN (ADRIAN ARIAS)
En octubre se cumplirán cuatro años desde que la señal actual de Canal 9 se transmite por la radiofrecuencia pública, y algunos ni la risa hemos encontrado. Más allá de su oferta noticiosa –que a pesar de las promesas iniciales no se ha distanciado mucho de la de la competencia–, la producción de comedia de la empresa deja mucho que desear.
Estoy consciente de que formo parte de una minoría, o así parece cuando veo la atención y los comentarios de los programas del 9 en Internet, a pesar de que mucha de su programación no está disponible a plenitud en la web (¡en pleno 2015!). Es decir, hay una considerable cantidad de gente sintonizando la franja nocturna del canal y conectando con los presentadores vía Internet.
Canal 9 es la décima televisora más vista de Costa Rica (tomando en cuenta canales de cable), según datos arrojados por el Estudio General de Medios del 2014, por encima de cadenas locales como Extra TV, Canal 15, VM Latino y Canal 13, pero por debajo de Canal 7, Canal 6, Canal 11 y empresas de cable como HBO y TNT. Sin embargo, la audiencia del primer lugar (Canal 7) es casi diez veces mayor que la del 9.
A menos de cuatro años, son datos positivos, pero se siembra una duda: ¿Pudo Canal 9 lograr esa atención de no haber recurrido a fórmulas aplicadas por otros canales en sus producciones noticiosas, sus especiales festivos y sus programas de comedia? Sí, no hay novelas en su programación, pero más allá de eso su parrilla parece un híbrido entre la televisión popular costarricense de Teletica y Repretel, el estilo burdo y desenfadado de VM Latino, y la importación de programas extranjeros.
Hablando propiamente de la franja cómica, Canal 9 ofrece producciones muy similares en distintos horarios y con diferentes nombres: están El noveno piso, El garaje, Un show de huevos y Corte&Vamonós. También han formado parte de la programación Le llamamos comedia, La hora tica y Qué videos.
Qué videos muestra los más impresionantes virales de YouTube, como los que se ven en los noticiarios pero durante media hora. La hora tica es un programa dominical en el que reinan chistes típicos de nuestra idiosincrasia mediática (porque no representa a todo el país), como los del marido borracho que llega a casa para toparse a su esposa molesta (aparentemente por nada).
Le llamamos comedia la salva una vez cada cinco episodios, en promedio; cuando al programa asiste uno de los dos que tres buenos comediantes que tienen en el radar o que consideran aceptables. Por lo demás, son monólogos (editados con pésimo gusto) de los mismos bombetas que se nos venden como “comediantes” y que nos topamos en varios medios todos los días. Si a usted le interesa ver a Renzo Rímolo, por ejemplo, hablando de “tierrosas” y “zorras” y recibiendo el aplauso y la carcajada del aforo, esto es para usted.
Ese animador formó parte de El noveno piso hasta hace poco, y fue sustituido por otra luminaria que ínfimo aporte ha dado a nuestra tevé: Giovanni Linares, quien se unió a Choché Romano y Gustavo Peláez. El programa supuestamente es hecho para hombres (¿cuál no lo es en el 9?) y su oferta temática es tacaña y predecible: temas de conversación de hombres en fiestas, las vacaciones de un “verdadero macho” o las desventajas de salir con alguien guapo, con dinero o de otra religión.
A Choché también se le puede ver en Un show de huevos, con Yiyo Alfaro, en el cual es común que se disfracen de mujeres por razones indescriptibles y consiguiendo resultados patéticos. El programa consta de sketches y, en ocasiones, el recurso es la improvisación en el estudio; con o sin guion, la sustancia se disipa o ni siquiera se contempla. Al otro programa de Yiyo –El garaje– no vale la pena dedicarle tanta tinta; es imposible diferenciarlo de cualquier edición de En línea de VM Latino, salvo por la elevada misoginia del animador con su compañera Keyla Sánchez.
Una de las ofertas más recientes es la de Corte&Vamonós, aunque todavía no ha logrado encontrar una identidad clara. A veces parece una copia pésimamente hecha de Jackass; en otras ocasiones busca parecerse a shows mexicanos de sketches, y pocas veces intenta algo distinto, con buena producción pero guiones y actuaciones deficientes, en donde la palabra “mae” se vuelve casi enfermiza (se los dice un pachuco).
Casi cuatro años y ni una sola risa me ha dejado Canal 9. ¿Estoy solo en el universo o para alguien más sería chiva que nuestros canales tengan comedia para quienes no disfrutamos del humor de los machos que se pasan diciendo “loca” al aire, que creen que ser controversial es hablar de “tierrosas” para explicar a otro ser humano que quizás esté en sintonía, y que, en muy pocas oportunidades, usan el espectro radioeléctrico para departir sobre temas más profundos para los cuales la risa es un aliado fantástico y que, a la vez, pueden tener un impacto más positivo en la sociedad? ¿Cuándo nos llegará la risa?