
Cuando se presenta en el escenario de Nace una estrella, Franciny Quirós luce despampanante. Con su voz ofrece un show que, según le han hecho saber sus nuevos seguidores, encanta a muchas familias en el país.
En el escenario se nota emocionada y no es para menos, Quirós está cumpliendo un sueño, uno que llegó a cambiar la dinámica de su vida y a poner en perspectiva lo que quiere de su futuro.
Hace unos meses y, durante muchos años, su situación fue un tanto compleja y muy agotadora. Esta es la historia detrás de la artista que busca brillar en el concurso de Teletica.
***
Hace más de ocho años, Franciny Quirós dejó su casa en Frailes de Desamparados. En ese tiempo, buscaba vivir en un lugar que estuviera más cercano a la tienda departamental en la que trabajaba.
Por la lejanía, los viajes en autobús hasta su trabajo eran agotadores.
Franciny siempre ha contado con el apoyo de sus padres, sin embargo, la situación económica de su familia no permitía respaldarla en sus intenciones de empezar a estudiar Derecho. Entonces comenzó a costearse la carrera por sí misma, una historia que tiene similitud a la de muchos costarricenses que luchan y se esfuerzan para salir adelante.
“Lo hice por necesidad. Allá no había fuentes de ingreso, vivía con mis papás. No éramos de familia acomodada. No había trabajo. Me vine a ver qué hacía para salir adelante. Comencé a trabajar”, dice.
Al independizarse, Franciny no contaba con muchos bienes, por lo que adquirió una deuda para comprar artículos básicos de su hogar y una computadora para estudiar. En su lugar de trabajo no ganaba demasiado y luego la despidieron, por lo que todo empezó a complicarse y tuvo que dejar de cursar su carrera universitaria. Empezó a vivir para trabajar y solventar el préstamo, sus labores la consumían.
Luego de salir de la tienda fue oficial de seguridad, posteriormente ascendió al centro de monitoreo y más recientemente trabajaba en un restaurante como salonera. Ahora mismo tiene un permiso laboral y hace un tiempo se deshizo de los compromisos económicos.
“Yo creo que la vida de todos es diferente. Habrá quienes se identifiquen (con lo que ha vivido), otros que no, y quienes no tienen idea porque no les ha tocado (trabajar duro para salir adelante). Sé que mucha gente con la que me he relacionado son personas que la pulsean, que son super talentosas, pero por responsabilidades no han podido desarrollar sus facetas y cualidades”, cuenta Franciny, mientras trata de exteriorizar lo que le tocó vivir.
Franciny trabajaba tanto que, por falta de tiempo dejó de lado sus intenciones profesionales, entre ellas la posibilidad de seguir la música. Por ejemplo, tuvo que abandonar su participación en coros y orquestas porque no coincidían con sus horarios laborales.
Cuando era oficial de seguridad trabajaba por las noches junto a un señor de más de 50 años, cuando podían conversaban y ella entendía que el esfuerzo es parte de la vida de las personas, pero que hay algunas a quienes les toca vivir circunstancias más complejas.
“Luchar es la vida de mucha gente. Pueden tener un montón de talentos y no los pueden explotar”, cuenta Franciny.
Sin embargo, Franciny siempre ha conservado la fe. Hoy se siente feliz y agradecida con Dios por la posibilidad de estar en una plataforma como Nace una estrella, algo que nunca imaginó conseguir.
LEA MÁS: La nobleza de Ariel Darío, el niño de ‘Nace una estrella’ que sueña con ser tenor (y futbolista)

Vida que cambia, para bien
Cuando Franciny supo de la audición de Nace una estrella le brillaron los ojos. Asistió al casting como una forma de compensarle a su versión más joven aquel sueño de participar en este concurso, que siguió en sus primeras ediciones.
Pero lo mejor estaba por venir. Cuando le anunciaron que había entrado al programa fue una noticia que describe como impactante y de inmediato sintió que Dios la había escuchado.
Su vida había estado cambiando desde hace unos meses y esta nueva oportunidad la hizo pensar en un nuevo futuro. El año anterior sus planes consistían en ahorrar todo lo que pudiera para regresar a la universidad, pero tras la llegada de la pandemia, las suspensiones y las reducciones laborales en algunas empresas, ella pasó mucho tiempo en su casa y allí se replanteó todo. Empezó a pintar y sus cuadros despertaron el interés de sus allegados.
“Para mí ha sido muy duro todos estos años y me he acostumbrado a luchar. En el tiempo de confinamiento reflexioné y me pasé a trabajar solamente los fines de semana, le pedí ayuda a Dios. Era muy cansado solo trabajar: descuidé mucho a mi familia, a mí misma. Cambié de percepción. Cambié de horario para darme tiempo para mí y descubrir esta nueva faceta con la pintura”, comentó la cantante.
“El arte siempre ha sido parte de mí, igual que la música. Yo creo que vale la pena dedicarme a esto que me gusta, más porque terminé de pagar las deudas. En ese momento no me importó sacrificar el salario con tal de tener más espacio, porque han sido muchos años de trabajar muy duro”, cuenta la mujer, que canta desde niña, igual que sus tías paternas.
Tras vivir una vida distinta a la de los últimos años, Franciny ahora siente que tiene una nueva. Su experiencia en Nace una estrella ha sido refrescante y llena de aprendizajes.
“Siento que cerré un ciclo de todo lo duro que pasé y sé que las cosas empezaron a cambiar. Considero que me lo merezco en la vida. Estoy agradecida con Dios de que puede ir superándome poco a poco. Creo que todo pasa por algo. Tomé la decisión correcta. Ahora que tengo la oportunidad, esta plataforma me permite descubrirme y que la gente me conozca.La plataforma Nace una estrella ha sido la oportunidad para complementar una nueva vida. Es la señal que le pedí a Dios”, dice.
Franciny considera que ella y sus compañeros son afortunados por estar en el programa. Destaca el crecimiento, madurez artística y personal que ha experimentado.
“No es solo aprender a ser artista, es crecer. Aprender a conocerse uno mismo, a sacar cosas que una tiene y ha omitido. Sale el coraje, se tiene dominio propio y se vencen los nervios. Nunca me había subido a un escenario. Muy poca gente tiene este privilegio. Le doy gracias a Dios”, afirma.
LEA MÁS: Zorán, de ‘Nace una estrella’, el ídolo de TikTok a quien la música salvó de las drogas
***
Cuando se presenta en el escenario Franciny experimenta muchas emociones. Siente orgullo, felicidad y también nostalgia tras perder a su gran amigo y compañero de concurso Alejo Núñez, quien falleció por covid-19 el 19 de junio. A él lo conoció cuando ambos trabajaban en un restaurante. Comenta que lleva el duelo como un proceso.
Ahora mismo, Franciny se siente muy satisfecha de poder continuar en la competencia. Está convencida de que, sea o no la ganadora, continuará una carrera en la música y la pintura. Su cambio de vida y las nuevas oportunidades la hacen tener la convicción de que ella “ya ganó”.
