Edgardo Camacho está de regreso en la televisión. Luego del cierre de Intrusos en setiembre del 2016, el sancarleño vuelve para presentar, junto a Tony Bertarioni y Sharon Segura, el programa de espectáculos La roncha, fin semana (los domingos a las 7 p. m., por canal 11).
Camacho, de 33 años, ha estado vinculado al tema de la farándula y el entretenimiento durante casi todo su ejercicio como reportero y presentador. Es conocido, principalmente, por ser un hombre de verbo punzante, que no titubeaba para preguntar lo que más le incomoda a sus entrevistados.
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A los 17 años dejó San Carlos y viajó a San José para alcanzar su sueño de ser periodista; además estudió Publicidad. La osadía siempre lo ha acompañado, al punto de ofrecer una entrevista sobre su vida privada en el prime time de canal 11, en el 2014.
En aquella ocasión habló “del homosexualismo que dejó, de su acercamiento a la iglesia y de la relación que tenía con una muchacha que conoció en la congregación”. Sus declaraciones fueron muy criticadas por parte de grupos de derechos humanos y se generó una gran controversia en redes sociales.
En entrevista, Camacho habló del “nuevo Edgardo” y de cómo serán sus entrevistas en este nuevo espacio. El vecino de la Uruca también recordó esa entrevista del 2014, de la cual dice no arrepentirse, porque todo en su vida ha servido para dejarle enseñanzas y formar la persona que es hoy.
Regresa a la televisión, ¿qué sensación le da?
Me siento feliz, ilusionado y positivo porque hemos logrado hacer un equipo de trabajo en el que estamos apasionados y entregados. Nos gusta lo que hacemos, tenemos ganas de mejorar y adueñarnos de la farándula y el espectáculo. Estoy agradecido con Dios.
¿Qué vamos a ver ahora, tomando en cuenta que usted tendrá una sección en la que se verá más su esencia de periodista?
Tengo una sección que se llama La exclusiva, y me siento con personalidades nacionales e internacionales y vamos a preguntar lo que otros no se atreven a preguntar. Lo haré con mi estilo, fiel a mi carrera como periodista voy a preguntar lo que a la gente le da ese morbo y esa curiosidad por saber. Ya hice una entrevista con Charlie Zaa (se emite el domingo 10) en la que él me habla abiertamente sobre que fue promiscuo, que tuvo problemas con alcohol, que sus problemas con las mujeres lo llevaron a perder a su familia y a estar hasta en bancarrota; por ahí va mi línea. Hice otra entrevista con Ednita Nazario y con Niurka Marcos. Las entrevistas han sido amenas pero también tienen sus preguntas incómodas. Trato de buscar el lado humano sin forzarlo, la idea es que la persona se sienta amena.
Usted menciona que tiene un estilo, ¿cuál es?
Mi estilo va a ser tener una exclusiva, lo que ellos han guardado y nunca han contado. Tengo que tener el olfato, ser valiente, sagaz y dar confianza al entrevistado sin faltarle el respeto. Esto lo digo por que creo que en algún momento, por la inmadurez, a uno se le iba la mano por la adrenalina del momento; hoy son enseñanzas. Sé que hay cosas que dije y que hice, que si yo lo hubiera pensando y creado como lo estoy haciendo (ahora) hubiera sido diferente.
¿Es Edgardo más maduro, más sabio?
Es un Edgardo que ha sufrido, ha llorado, reído y gozado mucho. A mis 33 años me han tocado cosas muy bonitas y otras muy difíciles, eso me ha hecho abrir más la mente, tener más cuidado, y también pensar que ante todo la persona a la que entrevisto es igual que Edgardo, es un ser humano que puede tener momentos difíciles o alegrías.
De esos momentos difíciles y los alegres, ¿hay alguno que quiera rememorar?
Tuve momentos muy difíciles cuando yo comencé en el programa en el que estuve (Intrusos): tuve que hacer una entrevista a Nancy Dobles (la esperó varias horas para preguntarle sobre su separación matrimonial) fue un poco difícil; sin embargo, soy de sacar la tarea, soy muy apasionado con mi trabajo. Que recuerde ahora tengo una relación bonita con ella, una vez me invitó a su casa a hacer una entrevista y hasta me invitó a comer un pastel que había hecho. Hay enseñanzas, van a notar a un nuevo Edgardo, eso lo puedo asegurar.
¿Cuando habla del nuevo Edgardo, a qué se refiere?
La novedad radica en que al Edgardo que van a ver en televisión y el que está con la dirección de este programa es un Edgardo que, ante todo, sabe que va a entretener, pero estoy claro que las personas con las que voy a entretener son humanos como yo y tienen familia como yo. No todo es noticia y antes para mí todo era noticia, ahora creo que analizo más la situación alrededor de una noticia.
¿Cuál va a ser el límite en La roncha, fin de semana?
La persona que acepta a dar una entrevista y sentarse con Edgardo es porque no tiene nada que esconder, nada que temer y porque, ante todo, sabe que la idea es hacer una entrevista cálida donde vamos a reír, donde nos vamos a poner sentimentales, siempre muy humano. El límite es la confianza que vayamos teniendo, el límite es cómo nos podamos sentir.
Usted ha tenido una vida personal muy expuesta, ¿cree que eso influya ahora que tratará asuntos personales con la gente como los que tocó con Charlie Zaa?
Mi vida ha sido expuesta porque yo acepté. Mi mamá me dijo una vez: 'a usted le pagan para hablar de la gente, no para que hablen de usted'; sin embargo, en este país a muchos les parece que los que salimos en televisión tenemos notoriedad o reconocimiento y la vida de uno se vuelve atractiva para alguien, entonces no me puedo esconder, mi vida ha sido pública, la gente sabe lo que he vivido, lo que he llorado, no tengo nada que esconderle a nadie.
"Lo que saben de mí es lo que se hizo público y lo que la gente consumió bien o mal. La gente conoció algo de Edgardo. Hoy comprendo que todos tenemos derecho a tener una vida íntima y una privada en eso estoy muy claro con las entrevistas que yo hago, yo estoy en todo el derecho de preguntarle a la persona, pero la persona también está en todo el derecho de responder lo que quiera".
Hablando de esto, quiero mencionar el tema que creo fue el más publico sobre su vida personal donde estuvo hablando de “la cura de la homosexualidad” que había tenido. ¿Mantiene lo que dijo? Hubo gente (principalmente en redes sociales) de acuerdo, otros se sintieron heridos, decían que ser homosexual no era una enfermedad.
"No usé el término cura, me parece curioso que he hablado con mucha gente en varias ocasiones y lo mencionan. Creo que más allá de decir que 'vi la luz, y me curé y que Cristo me dio la mano y me tomó y yo quedé sano'... el que tenga esa entrevista la verdad me gustaría verla, ese término no lo usé. Sencillamente conté lo que estaba viviendo, sobre que conocí a una mujer hermosísima a la que le tengo cariño y respeto, con ella todavía hablo y tenemos una relación bonita. Ella llegó a mi vida para sacarme de un montón de situaciones difíciles que estaba viviendo.
"Entonces el tema de que si Edgardo lo dijo o no lo dijo (lo de curarse) hoy me atrevo a decirlo con la frente en alto que si se tergiversó o que si la gente interpretó que si este muchacho ha tenido ‘esto y esto’ en su estilo de vida, ahora resulta que va a la iglesia y conocío a alguien y es mujer, obviamente la gente piensa que fui a la iglesia para ‘esto y esto’, yo al final tengo una relación con Dios muy bonita. He aprendido a quererme, a entenderme y a tener una relación con Dios como debe de ser. Un amigo tranformista en un bar gay me dijo: ‘no sé por qué la gente dice que usted dijo en la entrevista que se curó, si yo la vi y no sé porque lo dicen’.
Los comentarios negativos que pueden leer míos son por ese tema, que si Edgardo es gay, bisexual o si tiene o no una relación... si se curó o no. Creo que ese tema no tiene que ser hoy relevante. La preferencia sexual de una persona no tiene que ser tema de conversación, más bien creo que todos debemos ser amigos de todos, cada quien hace de su vida lo que quiere, si quiere una relación homosexual, bisexual o heterosexual, si hay algo que tengo claro es que el Dios que tengo es de amor y que no señala, si en algún momento yo señalé o me señalaron a mí, qué triste porque no había que hacerlo".
Realmente su orientacón sexual no es un tema de nuestra incumbencia, sin embargo, el asunto que dijo fue muy notorio. ¿Hoy usted se atrevería a hacer un tipo de entrevista como la que usted dio a alguno de sus entrevistados en La roncha, fin de semana?
"Yo más que preguntarle a alguien de ese tema le preguntaría a la gente que si es feliz. Hoy más que su preferencia sexual, más que si sos de color, si tenés dinero o no, la vida es otra.
"En un año he vivido cosas familiares, mi mamá está malita de salud. Hay situaciones que me han preparado, soy el menor de cinco hermanos pero el que está acá, los otros viven en Estados Unidos. He aprendido y he valorado que hay cosas más importantes como hacer preguntas sobre si le gusta una mujer o un hombre. Uno tiene que luchar por su felicidad.
Tengo claro algo: ese fue un tema que fue tratado en televisión, en redes sociales, hoy me pasa y puedo asegurarlo que cuando he ido a algún club gay con amigas y amigos la gente no me ve raro ni me tratan mal. Solo que en las redes sociales todo mundo es muy valiente; sé que estoy expuesto, si la gente me ve en televisión, me ve en fotos, me escucha en radio no puedo pretender que todo mundo me quiera y hable bien de mí".
¿Se arrepiente de haberse expuesto tanto en esa ocasión?
Voy a ser muy sincero: yo no me arrepiento de nada, porque todo lo que he vivido hoy por hoy han hecho de Edgardo otra persona, otro ser humano. Quizá si no hubiera hecho eso, si no hubiera vivido los ataques o que la gente diga que yo dije sería otra persona. A mí no me señalan otra cosa que no sea el tema gay. Y yo digo: si fuera gay, cuál es el problema, y si no lo fuera, cuál es el problema.
Lo complicado fue que con su mensaje esa vez se entendía que por ir a la iglesia usted había cambiado su preferencia, como si fuera “algo” que puede curarse...
"No tengo que echarle la culpa a nadie, la verdad es que si la situación se dio fue porque se tuvo que dar. Y también porque yo viví un momento bonito con esa persona (muchacha que conoció en la iglesia), yo nunca la expuse, al final lo que yo hago es mi vida personal y laboral, al final la persona que esté a la par de Edgardo también va a estar expuesta, siempre hay morbo. Sin embargo, hoy puedo decir que a la gente le encanta el morbo, es feliz con el morbo , entonces yo no puedo quedarle bien o mal a la gente aclarándole la duda o diciéndole lo que quieren escuchar.
Vea, estoy tan feliz, es un momento tan bonito personalmente que hay cosas más importantes que lo que piensen de mí. Hoy eso no me interesa, en el buen sentido de la palabra no de la forma concha o fría, hoy no me roba la paz lo que la gente pueda pensar de mí. Así mi familia me ama, tengo amigos y soy feliz, así he logrado proyectos personales y eso es muy bueno".
Usted me habla de un nuevo Edgardo, de nueva vida donde hay felicidad, experiencia y que no se arrepiente de nada. ¿Sufrió en aquel momento?
Me atrevo a decir que confié en la producción y en el director del programa, por eso accedí a dar esa entrevista entonces no tengo problema con eso. Soy muy fuerte, cuesta que algo me dañe. Es algo que Dios ha hecho en mí desde pequeño. He sido arriesgado, he sido muy impulsivo y creo que eso es positivo. Salí de San Carlos con 17 años y diciendo que quería ser periodista, estudié dos carreras (Periodismo y Publicidad).
Sé que a la gente le da morbo si tengo una relación sentimental o no, pero hoy he aprendido que mi vida es privada, íntima. No tiene que ser tema porque yo no soy artista, soy un periodista que trabaja. Me da curiosidad que la gente quiera saber eso.
Tiene pareja, sale con alguien...
Usted me puede decir, ¿tiene novia, novio o perro? Y yo le digo: no tengo ni novio, ni tengo novia, ni tengo perro. No tengo nada. Mi vida ha estado muy expuesta para que yo venga a ocultar algo, no se preocupe. Hoy le puedo decir que estoy feliz, pleno, solo y trabajando mucho. Y esperando comprarme un perro que quiero y que no he podido comprar.