Antes de entrar a escena, el ambiente era relajado en los camerinos, pero se sentía cierto nerviosismo y es que no era para menos porque después de cuatro años de no tocar juntos, los músicos de Escats volverían a reencontrarse con su público fiel en un escenario impactante: el Teatro Nacional.
La noche del jueves 22 de noviembre fue la primera cita de este reencuentro del grupo nacional con su público fiel, tan fiel que en las afueras del teatro la fila para entrar al recinto era extensa. Parece que la admiración y el amor por la música que, durante más de una década, la banda le entregó a su audiencia seguían intactos. Así fue, así se notó durante las dos horas que duró el espectáculo.
Como si nunca se hubieran ido. En cuanto Luis Alonso Naranjo, Kin Rivera Jr., Nelson Segura y Felipe Contreras pisaron el escenario, sus seguidores estallaron en aplausos, pero más que eso, en cariño. Fue natural, orgánico. Cada uno en su instrumento, concentrados y tocando esas canciones que hicieron éxitos radiales durante su vida en conjunto.
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“Es como andar en bicicleta”, dijo el cantante durante una de sus intervenciones porque lo que bien se hace, nunca se olvida. Los nervios pasaron a un segundo plano en cuanto Rivera en la batería dio los primeros toques para guiar el inicio de sus compañeros, inmediatamente sonó Cometa, lo que auguraba una noche llena de números uno.
Acompañado por dos coristas, la voz de Luis Alonso Naranjo mostró una total recuperación luego de que la perdiera tras ser víctima de un accidente de tránsito en el 2014. Es el mismo al micrófono, con la misma pasión y dulzura que conquistó a sus seguidores; su calidad vocal quedó demostrada incluso con notas agudas y complicadas que logró en varias ocasiones como con el tema ¿Qué más da?.
El concierto fue más que un show musical, fue una oportunidad para reencontrarse con amigos, con personas queridas que los acompañaron durante su carrera. Hubo intimidad, algunas lágrimas, pieles erizadas y muchos aplausos durante cada canción, incluso cuando por un par de segundos Naranjo se vio afectado por el frío del aire acondicionado del teatro; ahí fue realmente cuando se sintió acuerpado no solo por sus compañeros de banda, sino por un coro gigante que llenó el teatro.
Entre bromas y recuerdos, Escats tuvo la oportunidad de rememorar muchos momentos importantes de su carrera. El repertorio abarcó sus tres álbumes de estudio: Para quien quiera que seas, donde quiera que estés (2007), Manual práctico del amor y desamor (2010) y Qué lindas que son las ticas (2015). Así llegaron, para gusto de los músicos y del público piezas fáciles de reconocer como Recomenzar, Perdóname, Tu juego, Sin prisa, Oro al fuego o Llanto del alma que significó un momento muy especial para que los bajistas Segura y Contreras emocionaran al público cada uno con solos de bajo espectaculares.
Pero no solo demostraron su calidad como bajistas, sino también como guitarristas gracias a que, con pedales especiales, le dieron a sus bajos sonidos de guitarras eléctricas. Fue realmente intenso ver a los dos músicos pasar de interpretar líneas de bajos a espectaculares melodías de guitarras.
Ahí fue cuando el cantante afirmó que tuvieron que pasar más de 15 años para darse cuenta de que Escats siempre debió de ser un cuarteto.
Mucho por dar
Parecía que el tiempo se iba a hacer corto, pero dio chance para mucho más. La segunda parte del recital contó con un set acústico de los temas Tu luz y Escuchando, para dar paso a otro solo: el de Kin en la batería.
Los dotes del baterista, que son bien conocidos, volvieron a conquistar al público luego de que durante varios minutos expresara su pasión. Una vez más, el público ovacionó el espectáculo.
El romanticismo no cesaba y con las queridas piezas Solo como amigos (de su disco en homenaje a compositores costarricenses), Tu nombre y la muy sentida Cada vez llegaría la despedida.
“Con esta nos despedimos”, dijo Luis Alonso, a lo que la audiencia respondió con un no. “Ustedes saben como es esto. Nosotros decimos que nos despedimos, salimos un momento y ustedes piden ‘otra, otra’ y nosotros volvemos. Cuidado nos hacen pasar un bañazo ahí atrás y no nos vuelven a llamar”, bromeó el intérprete y compositor.
Así pasó, luego de Cada vez los artistas salieron de escena e inmediatamente comenzó la petición. Volvieron para cantar el éxito Recuérdame, que también le dio el nombre a este espectáculo y, por último, la movida Despacito que invitó al público a ponerse de pie y bailar.
Escats estuvo más que bien, su público lo agradeció. La velada fue una muestra de que el amor recíproco del grupo y sus fans sigue intacto y que todavía hay mucho por dar.
Este viernes, también a partir de las 8 p. m., Escats volverá a escena una vez más en el Teatro Nacional. Según confirmó el productor Luis Sanabria, se desbloqueron algunas entradas para esta noche, las cuales puede adquirir en la boletería del teatro y en la página www.teatronacional.go.cr.