
Llega diciembre y, con él, esa serie de tradiciones que hacen del costarricense un amante peculiar de la Navidad: los tamales en la mesa, las posadas que llenan los barrios y los programas televisivos que ya son parte del ambiente festivo nacional. Entre ellos, el más esperado por muchos: El Chinamo, de Teletica.
Una de las secciones más queridas y comentadas del histórico programa decembrino es, sin duda, el Chinaoke, espacio que el año pasado tomó un giro más crítico al abordar temas como la crisis de seguridad, el deterioro del transporte público y otras realidades que afectan al país.
De esta manera, el Chinaoke convirtió famosas melodías en vehículos de reflexión y denuncia. Como si cada canción fuera un espejo con ritmo, permitió decir en tono de humor lo que muchos pensaban en silencio.
Tan críticos han sido los chinaokes que, en el 2024, dos empresas estatales decidieron retirar su pauta publicitaria de El Chinamo, alegando no estar de acuerdo con el contenido que presentaba esta sección musical. Más adelante, en este artículo, se ahondará sobre este tema, que llegó a dirimirse en la Sala Constitucional.
Pero, ¿quiénes están detrás de esas letras y parodias tan afiladas? Se trata de Melany Mora y James Meneses, dos jóvenes comunicadores que, entre el humor digital y las redes sociales, hallaron el camino para llegar a la televisión nacional y transformar la sátira en arte popular.

El sueño que comenzó con una parodia
Para Melany, hacer parodias de canciones ha sido parte de su identidad creativa desde sus años de estudiante. En el colegio y la universidad, entregaba trabajos y hacía exposiciones al ritmo de versiones musicales, a las que ella misma bautizaba como “Chinaokes”, inspirada en la famosa sección del programa de Canal 7.
“Recuerdo que hace seis años puse un tuit que decía: ‘Si ustedes creen que yo llevo 4 años de formación humanística para terminar en un programa tan burdo como El Chinamo haciendo Chinaokes, están en lo correcto’”, relató entre risas.
La joven productora audiovisual, de 27 años, también recordó otro mensaje que publicó tiempo después: “Estoy harta de que no me llamen de Teletica para hacer Chinaokes”.
Sin quererlo, o quizá con una intuición premonitoria digna de guion televisivo, Melany terminó manifestando su destino. En mayo del 2024 organizó su cumpleaños bajo la temática de El Chinamo: un evento al que llamó “La Chinamela”, con concursos, patrocinadores y, por supuesto, música.
Para esa fiesta surgió la idea de producir su propio Chinaoke. Luego de ver un meme sobre El Chinamo creado por su colega universitario James Meneses, decidió proponerle colaborar. “Me dijo: ‘hagamos no un Chinaoke, hagamos varios’”, recordó Mora.
De esa iniciativa nacieron sus primeros Chinaokes independientes: una parodia sobre el AyA y otra centrada en la gentrificación, esta última con la participación de Leo Van Schie, conocido por interpretar la canción final de La Media Docena. Ambas producciones se hicieron virales en redes sociales, pues combinaban crítica social, humor y música con una naturalidad que conectó con el público.
“Publiqué el video de mi fiesta en redes sociales y el productor de El Chinamo me llamó y me preguntó: ‘¿Esto es en broma o es un homenaje?’ Y yo le dije que era un poco de ambas”. Según la creadora, el productor le comentó que justo ese año había una plaza disponible para los Chinaokes.
A partir de esa llamada, y tras mostrarle sus trabajos, Melany y James se convirtieron en las nuevas mentes creativas detrás de las parodias más comentadas de la televisión costarricense.


Tres minutos que encierran meses de trabajo
De acuerdo con James Meneses, la experiencia de producir para El Chinamo fue un proceso de aprendizaje vertiginoso.
“Con el equipo editorial vemos temas, pero la línea creativa de letras y guion la tenemos nosotros como base. Entonces el proceso es buscar el tema a tratar, pelotear canciones, componer la letra y escribir el video”, explicó.
Para él, crear dentro del espacio televisivo resultó similar a hacerlo en internet: un escenario abierto donde las ideas fluyen como si tuvieran un megáfono propio. Esa libertad creativa fue fundamental para construir mensajes que resonaran tanto con el público tradicional como con nuevas generaciones.
El año pasado usaron canciones que en sus coros transmitieran “un grito de auxilio”, lo que los llevó a elegir temas como Blinding Lights, de The Weeknd, o Holding Out for a Hero, de Bonnie Tyler.
Aunque el resultado final dura apenas unos minutos en pantalla, detrás hay meses de trabajo. Desde inicios de año diseñan conceptos, crean guiones y planifican cada detalle. Las grabaciones, que se llevan a cabo entre octubre y noviembre, involucran actores, extras, escenografías y un equipo técnico que cuida hasta el más mínimo gesto.
Además, cuentan con un equipo que se encarga de la edición y otro del presupuesto y la logística general. Todo se engrana para lograr que esa mezcla de humor, crítica y ritmo llegue viva a la pantalla.
Los Chinaokes de este año: más punzantes, más variados
Meneses adelantó que este 2025 El Chinamo incluirá seis nuevos Chinaokes que explorarán temas como la educación, la corrupción, la caída del turismo, los candidatos electorales y otros tópicos que marcaron la conversación nacional este año.
“En 2024 supimos que todo se catalizó mucho hacia el Poder Ejecutivo, y este año no pensamos en que estamos criticando al gobierno, sino a quienes tenemos que criticar”, comentó Meneses.
Ambos coinciden en que no se trata de señalar verdades absolutas, sino de provocar reflexión. “Los temas que abordamos usualmente son una verdad nuestra. No es una verdad que queremos imponer. (...) La gente que está a favor, genial; la que no, que igual nos diga por qué está en contra. Lo importante es que haya diálogo”, agregó el joven.

Las censuras que desataron la polémica
El trabajo de Melany y James trascendió las pantallas. Sus Chinaokes no solo despertaron risas y debates, sino también acciones controvertidas: en diciembre del 2024, el Banco Popular y el Instituto Costarricense de Electricidad retiraron la pauta publicitaria que tenían pactada con El Chinamo, en represalia por el contenido crítico de los videos.
La decisión fue condenada por la Sala Constitucional en julio de 2025, que determinó que las instituciones violaron el derecho a la libertad de expresión.
En su resolución, los magistrados recordaron que ese principio es un pilar esencial para cualquier sociedad democrática.
“De alguna forma fallaron a favor de nosotros, pero más que eso, fallaron a favor de del hecho de que todavía vivimos en un país donde se puede hablar y expresarse con libertad. Nos pone muy felices que todavía haya órganos que velen por eso”, expresó Meneses.
Para Mora, la experiencia fue tan intensa como aleccionadora. “Me alegra mucho que el país todavía tenga herramientas para poder defender la libertad de expresión. Se siente muy extraño estar en el ojo del huracán y escuchar cómo el presidente y una diputada hablan del trabajo de uno y dicen mentiras, desinformando de manera muy verificable”, agregó.
“Hubo entidades gubernamentales que dijeron explícitamente que iban a quitar el financiamiento por el contenido del programa. Eso lo puede hacer cualquier empresa, pero cuando es parte del gobierno es mucho más delicado, porque implica que no les gustó que estuviéramos en contra de ellos”, agregó Mora.

La productora audiovisual destacó que situaciones así no tenían precedentes en Costa Rica. “Así como tampoco se ha visto que un presidente se pelee con el Tribunal Supremo de Elecciones, por ejemplo”, arremetió.
“Que un Chinaoke haya sido el tema de un control político en la Asamblea Legislativa por Pilar Cisneros, que trabajó en prensa por tanto tiempo, y que el presidente nos haya dedicado diez minutos en una conferencia de prensa, por una parodia, por una sátira, habla demasiado de la situación”, añadió Meneses.
Para él, quienes ejercen el poder deben entender que la crítica es parte natural de sus funciones y, en una democracia, también de su convivencia con el pueblo.
Hoy, Melany y James se declaran agradecidos de poder expresar, a través de la música y la parodia, las inquietudes que comparten con miles de costarricenses. Además, reconocen que los Chinaokes del año pasado provocaron reflexión social y ayudaron a visibilizar problemáticas que suelen quedar fuera del discurso cotidiano.
Con el trabajo terminado y los videos listos para salir al aire, ambos esperan el inicio del tradicional programa decembrino para ver en pantalla el fruto de meses de creatividad, esfuerzo y pasión. Y como en cada edición, su mayor satisfacción será escuchar cómo sus melodías viajan por las redes sociales y las casas, entre risas, comentarios y debates.

