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Procesión del 11 de diciembre en el traslado de la Virgen de Guadalupe de la Iglesia de Nicoya a La Casa de la Cofradía. La Virgen la cargan los mayordomos y lo acompaña la Danza de la Yegüita. Fotografía: Cortesía Mario Rojas.
“Esta es una inmensa alegría porque es parte de un reconocimiento nacional que el Estado hace a una celebración emblemática de nuestra querida Nicoya. Hablar de Nicoya es hablar de las fiestas de la Virgen de Guadalupe y de su Cofradía”.
De esa manera celebró Mario Rojas Cárdenas el Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto, que le otorgó este miércoles el Ministerio de Cultura y Juventud a la Cofradía Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe de Nicoya.
Rojas ejerció la Mayordomía de la congregación religiosa –que data de la época colonial– durante el 2019, precisamente el periodo que contempló Cultura para el más reciente anuncio de sus galardones anuales.
“Esta es una oportunidad para divulgar y dar a conocer esta tradición, para que muchos costarricenses conozcan estas fiestas y para que nos ayuden en esa tarea de conservar y salvaguardar una tradición que es tan antigua”, agregó Rojas.
La Cofradía recibió una mención honorífica en los Premios Nacionales de Cultura del 2013 en el apartado Popular Tradicional, y seis años después, la organización comunal con gran impacto religioso y cultural fue galardonado con el Emilia Prieto.
“Esta es una organización donde los roles están constituidos dentro de una comunidad, donde existe un alto sentido de pertenencia y de comunidad. La representación de esa manifestación cultural a la hora de cohesionar el grupo es un elemento interesante que nos llamó la atención. La Cofradía tiene un sistema de organización sociocultural y religiosa que data de más de 400 años, lo que remite a un proceso de transmisión de conocimientos de generación en generación”, comentó Paola Salazar, jefa de la Unidad de Patrimonio Cultural Inmaterial del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura al justificar el reconocimiento.
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Mientras los hombres construyen la Ramada, las mujeres alistan la comida que se repartirá durante El Celebro. Fotografía: Cortesía Mario Rojas.
Fiesta para la Virgen
Pero ¿qué es la Cofradía Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe de Nicoya y cuál es la importancia de su impacto en la cultura costarricense?
Las cofradías son organizaciones con fines religiosos heredadas de la Colonia; no obstante, solo subsiste en Costa Rica con fuerza y revitalizada cada año la de Nicoya alrededor de la advocación a la Virgen de Guadalupe.
Esa organización es la encargada de planificar y ejecutar cada año las festividades de la Virgen de Guadalupe que, según el calendario de la Iglesia católica, corresponde a cada 12 de diciembre. En la Cofradía esa celebración inicia desde el 1.° de noviembre.
“Hablamos de festividades porque en las celebraciones hay tres momentos principales, por eso se habla en plural a pesar de ser una fiesta única”, subrayó Mario Rojas, quien en la actualidad es nacume de la Cofradía (otro puesto de menor jerarquía en la organización que sirve de apoyo al Mayordomo) y es vicepresidente de la Asociación Pro Conservación de las Festividades de la Virgen de Guadalupe, encargada de administrar La Casa de la Cofradía, inmueble ubicado 200 metros al este del Parque de Nicoya y que es sede de la organización.
A La Casa de la Cofradía también se le conoce La Casa de la Virgen o La Sede de la Cofradía.
Rojas detalló que las festividades inician con La contadera de días, una ceremonia ancestral que se realiza el 1.° de noviembre de cada año en La Sede de la Cofradía. “Con granos de maíz se realiza esa ceremonia para contar los días que faltan para la fiesta de la Virgen de Guadalupe. Ese día se dice que faltan 30 y 12 días para El Celebro, que es el término que usaban los indígenas para la fecha precisa de la celebración”, explicó Rojas.
Allí mismo se anuncia el lugar y el día que se hará La pica de leña, el otro gran momento de las festividades que tiene como fin cortar la leña que se utilizará para cocinar todos los platillos típicos que se van a regalar el Día de la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre) en la Cofradía. “Ese día la comida no se vende, todo se regala; por eso el Mayordomo tiene que trabajar durante todo el año para buscar el dinero que garantice eso”, comentó Rojas.
La pica de leña debe realizarse un sábado de noviembre en una finca localizada al sur de Nicoya, porque ahí se ubicaron los asentamientos indígenas. Inicia a las 4 a. m. con un desayuno, y en ella participan boyeros, hacheros y macheteros. A media mañana del día de La pica de leña se sirve el almuerzo en la finca y, posteriormente, a ello se realiza un desfile que recorre las principales calles de la ciudad en medio de cimarronas y música de marimba, mientras que las carretas trasladan la leña a la Cofradía para el día de la cocinada.
El tercer momento de las festividades inicia el 9 de diciembre y se extiende hasta el 12 de ese mes. “Son los días más importantes de la celebración”, subrayó Mario Rojas.
El 9 de diciembre es La atolada. A todo el pueblo se le reparte atol de maíz pujagua en un guacal, con el objetivo de ‘avisar’ la pronta llegada de El Celebro. “Se le manda al alcalde, al sacerdote, al Presidente Municipal, al jefe de la Fuerza Pública, de la Policía de Tránsito y a todas las personas que lleguen a la Cofradía”, refirió Rojas.
Para el 10 de diciembre se realiza la construcción de la Ramada, una especie de rancho típico construido con una madera particular y que se ubica fuera de la Cofradía. La Ramada será el sitio desde el cual se recolecten las ofrendas durante el 11 y 12 de diciembre, y esta debe ser construida por hombres, al tiempo que sus esposas realizan las comidas que se regalarán durante el día de El Celebro.
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Construcción de la Ramada, el sitio donde se reciben ofrendas para las festividades de la Virgen de Guadalupe. Fotografía: Cortesía Mario Rojas.
“En esa Ramada hay un escríbano con un libro de actas donde anotan las donaciones recibidas, que son, principalmente, en dinero. Hay otras donaciones como arroz, frijoles o gallinas, pero esas se entregan directamente en la cocina de la Cofradía”, apuntó Mario Rojas.
El 11 de diciembre la Cofradía festeja el Día de las Vísperas de El Celebro con gran variedad de actividades, donde existen figuras que se llaman Patrones, que asumen un papel preponderante en las festividades. Por ejemplo, el Patrón de Alborada se encarga de anunciar a la comunidad la madrugada de ese día que está por amanecer y lo hace repicando las campanas del templo a as 4 a. m., convocando al pueblo a la iglesia y de ahí traslada a toda la congregación hasta su casa donde se ofrece un rosario y un desayuno.
También están los Patrones de Vestir la Yegüita y la Muñeca, dos danzas que recuerdan un milagro que los indígenas atribuyen a la Virgen. El Patrón de las Doce anuncia que una procesión de la Virgen de la Iglesia de Nicoya a la Cofradía está por iniciar, y a las 5 p. m. otra procesión con la Virgen recorre el pueblo de la Cofradía a la Iglesia de Nicoya. En medio de todo ello hay una ceremonia para vestir a la imagen con un atuendo que confeccionó alguna familia nicoyana.
El Celebro
El Celebro del 12 de diciembre inicia a las 5 a. m. con repique de campanas y pólvoras, luego se ofrece una misa solemne y en esa misa se presenta la Danza de la Yegüita, además de una procesión principal por las calles de Nicoya y la oficial repartición de comida.
Las festividades culminan con La Elección, que tiene lugar el propio 12 de diciembre, y en el que solo mujeres mayores de 15 años pueden elegir a los nuevos servidores de la Cofradía: una pareja de mayordomos, dos parejas de nacumes (los segundos en la jerarquía de la Cofradía) y cinco parejas de priostes (los hombres que construyen la Ramada y las mujeres que cocinan). Este grupo se encargará de organizar las festividades del año siguiente.
Mario Rojas comentó que la Cofradía y las festividades de la Virgen de Guadalupe no tienen la misma antigüedad. Se presume que la Cofradía tiene entre 250 y 300 años, mientras que las festividades por la Virgen de Guadalupe en Nicoya alcanzan los 475 años.
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El atol de maíz pijagua es una de las tradicionales recetas que se comparte para las festividades de la Virgen de Guadalupe en la Cofradía. Fotografía: Cortesía Mario Rojas.
“Estamos haciendo esfuerzos para hacer una investigación histórica seria, porque la Cofradía surge cuando ya los indígenas tenían una devoción por la Virgen”, comentó Rojas.
Cualquier nicoyano puede formar parte de la Cofradía, y eso tuvo relevancia en la designación del galardón que también reconoce los cinco ámbitos del patrimonio inmaterial que contempla el premio: tradiciones orales ligadas a historias y mitos ancestrales; vocablos específicos relacionados con la festividad; música y danzas tradicionales conexas; elementos de religiosidad popular que muestran un sincretismo entre lo indígena; la fe católica y cocina tradicional con comidas y bebidas particulares para el festejo.
En el 2013, la Universidad Estatal a Distancia produjo el documental La Cofradía de Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe, que retrató esta tradición ancestral nicoyana.