En ningún momento de la puesta en escena de El proceso es fácil ver la escenografía completa. La luz tenue y los ángulos que cortan bruscamente el espacio, teñidos de negro, impiden comprender la totalidad del mundo que habita Josef K., protagonista de la obra que se estrena este jueves , en el Teatro de la Aduana.
Una escalera lleva a otra que lleva a una puerta tras la cual hay una escalera que desemboca en el punto de partida.
Cuando Josef K. es arrestado, sin saber por qué, empieza un periplo a través de un mundo oscurecido por la burocracia: cada vez que llega a un oficial que puede explicarle qué ocurre, se entera de que hay una autoridad superior, inaccesible.
Poco a poco, Josef K. desespera y avanza, sin saber adónde.
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“Se trata de esta cosa tan absurda que todos vivimos con tanta naturalidad, con la misma que Josef K. va pasando por este calvario, esta cantidad de estaciones que solo lo pueden llevar a su muerte”, explica el director argentino-canadiense Luis Thenon , cuya relación con Costa Rica es familiar y teatral.
Es una muerte cotidiana en la máquina burocrática, dice Thenon, la suspensión de lo humano en la sencilla frase: “Hay un error, qué pena, tráigame tal papelito, venga otro día”.
No existe forma de comprender por dónde debe transitar el ser humano en el mundo abrumador descrito por Franz Kafka hace un siglo en la novela El proceso . Esa es la materia de una obra que cruza la literatura y las demás artes del siglo XX, y que hoy resuena con vigor.
El Teatro Universitario celebra su 65.° aniversario con una reflexión típica de su estilo : una confrontación directa de lo que tomamos como natural.
“Construyendo el personaje, una conclusión a la que llegué es que hemos creado una institucionalidad, una máquina humana, la burocracia, para evitar matarnos. Colocamos en ella la responsabilidad de resolver los conflictos, pero esa maquinaria en sí misma nos mata”, dice Pablo Morales, quien interpreta al atormentado Josef K.
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Urgente. La versión teatral de El proceso fue escrita por Alejandro Finzi, y traza en términos de movimiento, luz y sonido una ruta opresiva que hizo de la novela una obra capital.
“Kafka piensa esta novela con una fragmentación de los espacios y los segmentos narrativos, con una ruptura de la linealidad narrativa”, explica Thenon. En esta obra, eso buscan las escaleras interrumpidas y el escenario monumental.
17 actores forman parte del elenco de El proceso , coproducción del Teatro Universitario y la Compañía Nacional de Teatro .
Algunos de los intérpretes son Amadeo Cordero, Ana Ulate, Vinicio Rojas, Natalia Regidor, Manuel Ruiz y Juan Carlos Calderón, quienes encarnan al personal burocrático de un mundo grisáceo y severo.
“Luis parte de un manejo expresionista de su puesta, lo cual obliga al actor en un uso muy diferente del texto y de su cuerpo”, explica Morales. En un ensayo, el movimiento de los actores me recordó tempranas animaciones cinematográficas de los años 20: bloques de negro y blanco moviéndose en el espacio, puro movimiento.
Los actores se desplazan en líneas horizontales y verticales, y su gestualidad también traza rectas que enfatizan el mundo opresivo de K. “Traté de establecer una resonancia entre las dimensiones escenográficas, esas asimetrías que hay, a la vez muy geométricas, y las trayectorias de los personajes”, explica Thenon.
Agudo. Como fundador del Laboratorio de Nuevas Tecnologías de la Imagen, el Sonido y la Escena de la Universidad de Laval (Québec), Thenon es conocido por su aplicación de la tecnología audiovisual al teatro. Aquí, pudimos apreciar esa experimentación por última vez en el 2006, cuando dirigió En el séptimo círculo con la CNT.
En esta ocasión, ha reducido el aporte de la tecnología a un efecto de iluminación, pues Kafka le inspira, más bien, una “poética del espacio”. Pensó en tomar imágenes del público y proyectarlas de vuelta al escenario, un juego que, en su mirada, sería otra puesta. “¿Y si paramos un poco y decimos no toda imagen virtual es necesaria, conveniente y buena?”, dice.
El mundo de El proceso se construye en escenografía, luz y sonido. “Thenon ha hecho una estructura laberíntica muy compleja, tanto visualmente como para los actores. Ha llevado un buen rato de actuación antes de encontrarnos con la escenografía”, dice Manuel Ruiz –director del Teatro Universitario y Juez en la obra–.
El 1.° de junio empezaron a ensayar lo actoral, pero hasta finales de julio enfrentaron esta escenografía compuesta de caminos muertos y puertas bloqueadas. La iluminación, de Gabrio Zapelli y Sonia Suárez, materializa esa opacidad planteada por la obra.
“Si Kafka nos hubiera querido contar una historia lineal, hubiera sido fácil, pero nos cuenta una historia tormentosamente fracturada, fragmentada, superpuesta. Todas estas cosas son nuestra cotidianidad”, opina Thenon.
A aquellos movimientos interrumpidos y bruscos la acompaña una música teñida por disonancias (Allan Hernández diseñó la banda sonora).
En tal opresión, únicamente uno de los personajes, Anna (María Orozco), parece tener la voluntad de decirle a Josef K. que huya, que no se acerque a las puertas que no llevan a ninguna parte. Para tal esperanza, empero, podría no haber cabida. Thenon ha procurado realzar a Anna para no excluir a la mujer de esta reflexión y hacerlo más actual.
En Áncora , Thenon señalaba que la niebla administrativa ocultaba el verdadero sentido de la justicia del mundo de El proceso . En la puesta en escena, la niebla se siente físicamente. Si funciona como acto teatral, los espectadores podremos saberlo desde hoy y hasta el 20 de setiembre.
El reparto está conformado por Pablo Morales, Amadeo Cordero, Pablo González, Ana Ulate, Natalia Regidor, Juan Carlos Calderón, Jean Martén, Carlos Miranda, María Orozco, Manuel Ruiz, Alex Molina, Alvaro Marenco, Vinicio Rojas, José Gustavo Castro, José Montero, Rubén González y Pablo Molina.
‘El proceso’, una coproducción del Teatro Universitario y la Compañía Nacional de Teatro, estará en escena hasta el 13 de setiembre en el Teatro de la Aduana. Dirige Luis Thenon, a partir de una adaptación de Alejandro Finzi. Funciones: de jueves a sábado, serán a las 8 p. m.; domingos, 5 p. m. ¢5.000 en general y ¢2.500 para estudiantes con carné y ciudadanos de oro. Teléfono: 2257-8305.