El primer largometraje del director costarricense Jurgen Ureña, Muñecas rusas, reflejó el interés del público por la producción nacional, al llenar la noche del miércoles el cine Magaly, como parte del Festival Paz con la Tierra 2014 .
El trabajo (que según Ureña comenzó como un documental y terminó como una película de ficción) arrancó aplausos, pero también dejó ciertas dudas entre algunos de los asistentes, quienes esperaban una historia secuencial.
“Me sorprendió bastante. Estaba esperando un documental, era lo que conocía del proceso. No es una película como que se entienda en sí, no tiene un hilo narrativo fácil de seguir, pero fotográficamente me gustó mucho”, expresó Aarón Acuña, quien es productor audiovisual.
Gladys Jiménez, chef y quien fue parte de los más de 549 espectadores (algunos la vieron de pie), dijo que le gustó y le pareció interesante el filme, pero que el final quedó como en el aire.
Sorprendido. El director de Muñecas rusas se mostró asombrado por la cantidad de gente que acudió a la cita. Además, bautizó su obra como “cine alternativo” y lo definió como una especie de juego en el que entra el espectador.
“Algunos logran entrar (a la historia) porque se conectan con ciertos referentes cinematográficos. Pueden seguir esa historia que, prácticamente, no tiene historia. La cinta no aspira a un público masivo”.
”Está claro que es una película atípica, que bebe de diferentes lenguajes. Tiene elementos que provienen del videoarte, del cine documental, del cine de ficción y todo eso forma un audiovisual que alguna gente, si lo vemos como cine clásico, tendría problemas para llamarla película”.
El afiche de la cinta, el tráiler y la sinopsis le advierten al cinéfilo el tipo de producción que verá, explicó el creador de la obra.
El objetivo de Ureña es reflexionar sobre el cine, el oficio del cineasta y la posibilidad o no de hacer películas en Costa Rica.
“Quiero abrir una puerta hacia el aprendizaje de estética, la técnica y recursos cinematográficos que usualmente no vemos acá”, mencionó.
Según contó su idea es tener el filme al menos en una sala en marzo del 2015, pero eso dependerá de los dueños de los cines.
Por el momento, la cinta girará por algunos festivales, incluido el Ícaro en Guatemala, donde compite en ficción con otras películas del istmo, entre ellas las nacionales Espejismos y Rosado furia .