
Benedict Cumberbatch lleva mucho tiempo cargando secretos. Eso, lejos de quitarle el sueño, lo ilusiona: no hay nadie que entienda mejor la ansiedad de los fanáticos de Marvel que este actor, hoy uno de los líderes del cine de superhéroes que domina la industria cinematográfica.
Los dos más recientes trabajos de Cumberbatch para Marvel Studios como el hechicero Stephen Strange han sido también dos de los filmes más esperados de los últimos tiempos, responsables de que la gente finalmente perdiera el miedo pandémico de volver al cine. En diciembre del 2021, su participación en Spider-Man: No Way Home lo hizo más visible que cualquiera de sus apariciones previas en el Universo Cinematográfico Marvel (MCU, por sus siglas en inglés), al que se integró en el 2016 cuando estelarizó la primera película en solitario de Doctor Strange. Ahora espera emular y, ojalá, sobrepasar el desempeño astronómico de meses atrás con su segundo filme como titular, Doctor Strange in the Multiverse of Madness, que recién se estrena en todo el mundo.
De esta nueva aventura se especula desde hace rato, pues Marvel abrió en el último año, de par en par, la puerta del del MCU al multiverso, lo que le ha permitido traer personajes de otras franquicias cinematográficas (como sucedió con los anteriores Peter Parker en No Way Home), o conjurar cruces antes impensables en la pantalla grande de superhéroes con sus variantes de otras realidades. Las posibilidades son infinitas y, no en vano, los avances de Multiverse of Madness revelaron que Cumberbatch interpreta en el filme al menos a tres distintas versiones de Strange.
El MCU, inaugurado en el 2008, actualmente avanza sobre la que se ha denominado es su cuarta fase o etapa, una en la que títulos “más volados” han encontrado cabida, ya sea en el cine con Eternals y No Way Home y también en el streaming, a partir de series de Disney+ como Wandavision, Loki, What If..? y la recién concluida Moon Knight. Lo sobrenatural, lo cósmico, la magia y lo místico son los nuevos pan y mantequilla de Marvel.
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En esta estrategia, Doctor Strange in the Multiverse of Madness juega un rol fundamental, pues de sus acontecimientos dependerá mucho de lo que sucederá en los próximos 10 años de la saga. Por eso, todo lo que Benedict Cumberbatch dice, hace o calla es analizado con lupa por geeks y nerds, ansiosos de encontrar pistas o mensajes ocultos sobre lo que espera a Stephen Strange en su nueva historia. Sin embargo, el actor ha sabido mantener los secretos y sortear los spoilers.
Sobre esto y más, el nominado al Óscar, de 45 años, conversó hace unos días, vía Zoom, en una mesa redonda con medios latinoamericanos, de la cual ‘La Nación’ tomó parte. Ahí habló sobre las expectativas depositadas en la que se considera la primera película de horror de Marvel y lo que significó trabajar de la mano del director Sam Raimi, un consagrado tanto del género de terror y sustos (trilogía Evil Dead), como también del cine de superhéroes (su trilogía de filmes de Spider-Man cimentó las bases sobre la que se construyó la actual era dorada de los cómics en la pantalla grande).
Además, Cumberbatch repasó los aprendizajes que su personaje cosechó en su encuentro con Peter Parker en No Way Home, así como la nueva relación que la cinta de estreno establece con otra figura joven, la poderosa América Chávez (Xóchitl Gómez), cuya habilidad para transportarse en el multiverso la hace especialmente valiosa para Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen), quien a pesar de ser una Vengadora toma ahora el rol de antagonista de Strange, tras los eventos de Wandavision y su transformación en la temida Bruja Escarlata.
Este es un extracto de nuestra conversación con Benedict Cumberbatch:

¿Cuán difícil es interpretar a un personaje que tiene tantas personalidades distintas en el multiverso?
Primero, creo que todos tenemos muchas personalidades en nuestro propio universo, ya sean por los distintos roles que jugamos. Así que fue un gusto interpretar (a Strange) de la manera más fantástica en este capítulo del MCU. Fue como una terapia personal para el personaje, es una manera de desarrollarlo y que entienda sobre escogencias y consecuencias. Lo disfruté mucho, no puedo decir algo más específico sobre esto porque les arruinaría el filme pero fue un reto, de seguro, y me encantó ver la evolución del personaje de nuestro universo y tomarlo en direcciones tan distintas.
¿Fue complejo prepararse mentalmente para cada versión de Doctor Strange, tomando en cuenta, por ejemplo, los cambios de vestuario o hasta que uno de ellos lleva un peinado de cola de caballo?
La gente ha hecho un gran asunto sobre esto (del pelo) y lo que les digo es que solo sintonicen un partido de fútbol de la Premier League y verán todos los tipos de peinado. No es tan revolucionario. Pero lo disfruté, pues meterse en cada Strange fue refrescante, el sentimiento es diferente. Toma tiempo preparar un personaje, incluso el Stephen que ya conocíamos, pero les aseguro que no se confundirán, queda claro cuál versión estás interpretando. Para mí lo más importante era dar suficiente de la correlación pero, al mismo tiempo, entender que son personas completamente diferentes en muchos aspectos. Así que sin decir mucho, no fue tan difícil el separarlos, sino el diferenciarlos.
Stephen Strange es un personaje al que hemos conocido por tener una sana dosis de arrogancia y poca paciencia hacia los demás. Sin embargo, en sus últimas apariciones le ha correspondido lidiar con jóvenes, primero con Peter Parker y ahora con América Chávez. ¿De su propia experiencia como padre hay algo que incorporó en este nuevo rol de mentor?
No hablo mucho de mis experiencias como padre, pues esa es mi vida privada, así que no puedo aludir a eso. Pero sí puedo decir que en ambas relaciones, con América y Peter, le ha enseñado mucho sobre él mismo. La evolución con Spider-Man es interesante: (en No Way Home) para empezar, él confunde a Peter con un compañero soldado, ve las luchas emocionales de este joven en estas circunstancias y quiere ayudar, haciéndolo de un modo irresponsable, como lo haría un tío que quiere consentir a un sobrino, sin pensar mucho en las complejidades de los jóvenes y lo que le está dando a Peter.
“Cuando todo sale mal con el hechizo, (Strange) se convierte en esta especie de padre enojado que corre alrededor de la ciudad básicamente pidiendo que le devuelvan el juguete. Está furioso con el muchacho pero, al final del filme, le pide (a Peter) que no tome una decisión tremendamente madura porque sino todos los que lo aman, incluyéndolo a él, a Strange, no sabrán quién es. Es una relación muy compleja (con Peter) y ya veremos cómo le resulta con América Chávez”.
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¿Qué pueden esperar los fans de Marvel de esta película?
Pues de todo. Entrar al multiverso, explorar la personalidad de Strange, someterlo a una prueba de estrés. Verán la evolución de alguien que se da cuenta que es que más fuerte al lado de otros que cuando está solo. Alguien que se mueve lentamente desde esta arrogancia egocéntrica, que siempre necesitó estar en control, a alguien que entiende que algunas veces otras personas son las que tienen que sostener el cuchillo y tiene que trabajar en colaboración con ellos.
“En cuanto al multiverso, esto explota las historias, podemos explorar personajes en una manera que vaya con la complejidad de otros escenarios; hemos visto cambios de personalidad, resultados distintos a partir de las escogencias, todo lo que vemos en una narrativa pero en esta escala fantástica, con existencias paralelas. Y tenemos a Sam Raimi, y sustos, y a las maravillosas Elizabeth Olsen, Xóchilt Gómez... y el regreso de Mordo (Chiwetel Ejiofor), de Wong (Benedict Wong), de la doctora Christine Palmer (Rachel McAdams)”.
Muchos califican Multiverse of Madness como una película de terror. ¿Le gusta este tipo de películas?
De niño no me dejaban verlas. En este caso estamos al borde, probando la resistencia ante cosas que te asustan. No ha sido mucho lo mío, pues valoro mucho mi sueño como para meterme demasiado en filmes de terror pero sí hay algunos de los que soy un gran fan, como El Resplandor, que es una de mis películas favoritas. Pero en esta película sí hay horror, y saltos de miedo, y oscuridad, y Sam Raimi trae algo de su trabajo anterior. No es un horror como el de Emily Rose, It o El Exorcista no, pero sí asusta.
¿Qué tal fue trabajar con Sam Raimi?
Es fantástico, es un hombre dulce, un ícono tanto del cine de superhéroes como de horror pero por encima de eso es un colaborador muy humilde, una gran persona. Es increíblemente entusiasta y energético y se emociona como un niño en cada escena. Al mismo tiempo es como hecho a la antigua, respetuoso y considerado al hablar, y a veces tiene que recordarse él mismo que es Sam Raimi y que está dirigiendo la película. Una persona maravillosa para trabajar.
Sus recientes trabajos con Marvel han sido especialmente sensibles en materia de spoilers, dadas las posibilidades del multiverso y el traer de vuelta personajes de otras franquicias. La gente ha estado buscando mensajes ocultos por meses en cada una de sus declaraciones. ¿Es agotador?
No mucho, porque quiero que la gente tenga la misma experiencia que yo tengo. Cuando empiezo a leer el guion no todo lo que va a suceder está ahí, sino que se aprecia hasta el final de la producción; es un proceso en evolución. Yo no llamo a Kevin Feige (cabeza de Marvel Studios) para decirle ‘por favor, cuéntame qué pasa en Thor”, no llamo a Taika (Waititi, director de Thor: Love and Thunder) o Chris (Hemsworth), sino que quiero ir a ver el filme en un cine. Y aunque en Spider-Man se dieron alguno de los secretos peor guardados de Hollywood, al mismo tiempo fue una alegría, pues hubo muchas cosas que la gente no sabía y tener esos momentos de revelación, todo eso me gusta. Y mejor si vives esa experiencia comunal del cine, con un grupo de gente, y no solo viéndolo por tu cuenta en un iPad o en casa, sino estar en un mismo espacio con otros y participar de esa emoción viva de una audiencia respondiendo a lo que ve en la pantalla. Así que no me importa mantener secretos, creo que de eso se trata.

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