
“Gracias por la historia, por la herencia y por compartir mi tradición”, canta Gloria Estefan en Tan iguales y tan diferentes, una de las obras del disco Raíces, una carta de amor a Cuba y a los latinos.
A ritmo de son, bolero y salsa, la voz de Gloria, una de las grandes estrellas de nuestra música, ofrece canciones orgullosas de esas raíces que nos han sostenido a lo largo de la historia, y cuyas semillas se convirtieron en frutos de trabajo, de honor y orgullo en medio de tiempos difíciles.
A eso es a lo que canta Gloria en este álbum, el primero en 18 años, que ha sido grabado totalmente en español por la artista.
La cubana entona con fuerza y sabor letras que nos hacen viajar por nuestras tradiciones. Le canta a la fiesta, al cariño, a la familia y, curiosamente, hasta a esa vecina metiche que todos hemos tenido alguna vez. Viaja por sonidos con los que crecimos, con los que todavía seguimos bailando y con los que danzaremos por el resto de la historia.
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Raíces es una fiesta y de eso habló Gloria con La Nación en una entrevista virtual. Hizo, además, un repaso por su relato de amor con su esposo Emilio Estefan, con quien jamás pensó casarse; recordó también cómo su abuela insistió en que ella debía convertirse en cantante y también explicó por qué el disco es una bandera para los latinos en Estados Unidos y el mundo.
A continuación, un extracto de la entrevista.
—¿Cuánto esperó para lograr y publicar este disco, no en tiempo, sino en alma y corazón?
—Si es en alma y corazón, entonces son los 50 años de vida que he tenido en la música, porque cada cosa, cada vivencia, se hace parte de la música.
—¿Y cómo fue la concepción del disco?
—Yo no tenía pensado hacer un disco, pero le había dicho a Emilio que si algún día lo hacía, quería que fuera tropical. Hace dos años vino con la canción Raíces porque estaba componiendo para varias personas, y me dijo: “No quiero darles esta canción (...) pero esta tienes que ser tú y más nadie quien la puede cantar”.
"Me la cantó. Lloré. Me emocioné muchísimo. Estaba muy concentrada en el musical (que produce con su hija) y no podía cambiar mi atención a un disco. Me dijo: ‘¿Tú confías en mí? ¿Me dejas escribirte el disco?’. Le dije que sí y empezó con una maquinaria a traerme canciones".
—¿En qué momento entró a la producción?
—Quise hacerlo cuando tuviéramos como ocho o nueve canciones; no quería esperar al final para tener la presión. Ya conocía las canciones porque las escuchaba, me encantaban, ya era fan de ellas antes de entrar al estudio.
“Cuando entré fue tan divertido para mí, porque me sentía libre; no tenía que mirar la letra, me la sabía y ya estaba debajo de mi piel. Creo que todo eso se palpa en el disco. Además, 18 años después de que hice mi último disco en español, era como regresar a casa”.
—Mencionó que todavía tiene esa capacidad de sorprenderse y emocionarse, que se hizo fan de las canciones. Pese a cantar toda la vida, ¿qué significa eso para usted?
—Bueno, es que si no es así, no tienes por qué grabar. Las canciones son como seres humanos para mí; cada una tiene su propia personalidad, su historia, su sonido, y tienes que enamorarte de lo que vas a cantar porque si no, las personas, que son muy inteligentes a nivel espiritual, saben si es honesto, si es real y si lo que estás cantando realmente lo sientes. Yo sentí cada palabra de este disco.
”Cuando grabé la canción para mi nieto, que originalmente la hice en inglés hace un par de años, tuve que irme para la casa porque cuando empecé a cantarla no podía; se me hacía un nudo en la garganta y empezaba a llorar. Me pasó con un par de canciones del disco como Cuando el tiempo nos castiga, porque empezaron un sinfín de recuerdos de mi padre y de mi madre”.
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—Mencionó la confianza en su esposo Emilio... se emparejan por completo, es su cómplice...
—Absolutamente, somos cómplices. Nos apoyamos en todo y confío plenamente en él. Somos muy distintos en las personalidades, pero eso es bueno, y en las cosas de real valor en la vida y la posición de nuestra familia, las prioridades, el negocio, la política y la música, estamos en la misma página.
“Raramente diferimos, y eso ayuda mucho porque cuanto menos peleas entre una pareja, mejor. Ha sido tan rápido todo, que no puedo creerlo. Todavía me parece ayer que me estaba casando, aunque yo no planeaba casarme para nada”.
—¿No planeaba casarse?
—No, no. Yo me pasé mi juventud cuidando a mi padre en mi casa, porque él estaba muy enfermo. Yo entonces quería viajar, aprender, estudiar; incluso me habían aceptado en la Universidad Sorbona en París, iba a estudiar ley internacional y diplomacia allá.

—¿Y qué pasó?
—Al mismo tiempo había entrado al grupo por diversión (Miami Latin Boys, que después se convirtió en Miami Sound Machine); un año después me enamoré de Emilio y ahí entonces fue fácil, porque no quería dejar a mi madre sola con mi padre enfermo ni a mi hermanita menor.
“Mi abuela me decía: ‘Esto es un don que tú tienes. Tienes que compartirlo porque de lo contrario no vas a ser feliz’. Y así pasó. Cuando entré al grupo me dijo que no le hiciera caso a mi madre, que hiciera lo que yo quería”.
—Volviendo al disco..., personalmente me parece una carta de amor a Cuba, a los latinos y al amor en sí (de pareja, de familia). Es una muestra de orgullo, de cultura y de legado.
—Gracias por eso, porque esa es la intención. En la etapa en que estamos Emilio y yo el tiempo se va acortando y siempre nos ha gustado que si vamos a hacer algo, lo hacemos al tope.
“En esta etapa de nuestras vidas estamos más creativos que nunca, quizás porque ya los hijos están criados y el tiempo es más de uno. Tenemos una experiencia de una vida entera; hemos experimentado tantos sonidos, tanta música, tanto de todo. Estamos viendo cosas difíciles en nuestro país que nos asustan y nos preocupan también, y todo eso se envuelve en el proyecto que uno crea”.

—El disco también es una llamada de atención...
—Pensamos que era importante recordarnos el valor que tenemos, de lo tanto que aportamos al mundo, a este país (Estados Unidos). Los valores familiares que tenemos los latinos, que veneramos a nuestra gente mayor, los encontramos importantes en nuestras vidas.
“Era importante para nosotros este disco en este momento. No fue planeado así, pero coincidió, como suelen pasar las cosas, que el universo te ayuda. Es importante reconocer el momento”.
—Este disco es una voz para los latinos en Estados Unidos porque están viviendo una situación muy difícil. ¿Cuán importante es que una latina levante la voz sin miedo?
—Es importante. Tenemos que estar orgullosos de quiénes somos. No temer a los controles, porque la gente mete miedo para controlar, para adquirir un voto político y mantener un poder.
“Tenemos que estar más orgullosos que nunca, pese a todas las cosas que estamos viendo, que me duelen muchísimo (...) Hay inhumanidades que no entiendo, que no son necesarias por mucho que haya leyes y todo; claro que tiene que haber leyes, pero ¿dónde está nuestra humanidad?“.