Pekín. Ren Zhengfei, fundador de la gigante de telecomunicaciones china Huawei, no tuvo una niñez sencilla. En su infancia, sobrevivió a la escasez de comida y se superó hasta crear una compañía que factura $100.000 millones. Sin embargo, en este momento, enfrenta otro desafío: salvar a su empresa y a su hija, acusados por la justicia estadounidense.
El empresario de 75 años creó su compañía en 1987, dando paso a una empresa multinacional con aproximadamente 180.000 empleados en 170 países y 206 millones de celulares vendidos en el 2018.

La defensa en torno a su familia y el trabajo de su vida, surgen luego de que el departamento Justicia estadounidense acusarán a su hija, Meng Wanzhou, de fraude bancario y violación de las sanciones impuesta a Irán. Por su parte, Huawei está acusada de robar secretos tecnológicos del operador de telecomunicaciones norteamericano, T-Mobile.
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“Debo expresarme para que nuestros clientes nos entiendan”, comentó Zhengfei, subrayando que se encuentra “obligado a hablar” en un período que podría ser de “crisis” para Huawei.
Wanzhou, su hija, fue detenida en Canadá a principios de diciembre, esperando una primera audiencia de extradición prevista para marzo.
Acta de procesamiento
Oficialmente no se acusa de nada a Ren Zhengfei. Pero el ex ingeniero militar, al frente de una fortuna estimada en $3.400 millones, según Forbes, es citado en el acta de procesamiento estadounidense.
Identificado como “Persona-1”, en el acta se dice que habría “declarado erróneamente” en 2007 a agentes del FBI que su empresa nunca estuvo en relación directa con una compañía iraní.
"Las actividades criminales mencionadas en este acta de acusación son de al menos 10 años y nos llevan hasta la dirección de la empresa", subrayó el lunes Matthew Whitaker, el secretario de Justicia interino estadounidense.
Washington impulsa desde el año pasado una intensa campaña para disuadir a sus aliados occidentales de utilizar los equipos de Huawei, en nombre de la seguridad nacional que se vería amenazada por el grupo chino.
Esta desconfianza hacia la empresa proviene en parte del pasado militar de Ren Zhengfei.
Ren Zhengfei se incorporó a las Fuerzas Armadas durante la Revolución cultural (1966-1976) cuando en el país reinaba “el caos”, explicó en enero a la prensa extranjera.
Por ser ingeniero se incorporó a un equipo a cargo de reestructurar una fábrica textil en la pequeña ciudad de Liaoyang (noreste), en donde las temperaturas pueden caer hasta -20 ºC.
"No recibíamos verduras frescas. Teníamos que poner en conserva repollo o rábanos recolectados en el otoño. Y contentarnos con eso durante seis meses", contó.
Sus antecedentes como ingeniero militar fueron destacados. Se incorpora al Partido Comunista Chino (PCC) y asiste en 1982 al Congreso quinquenal como representante.
"Soy el padre de Meng Wanzhou, por ello la extraño mucho", contó. "Cuando era niña yo era militar, y estaba ausente once meses por año".
Sobre Ren Zhengfei pesan varias sospechas, como su pasado militar, interpretado como prueba de que tiene estrechos vínculos con las Fuerzas Armadas y el gobierno chino.