Barcelona. La innovación que adeudan los fabricantes de aparatos móviles a los usuarios no es una pantalla más brillante o una mejor cámara. El clamor es por una batería con energía suficiente para una semana.
El creciente hábito de observar vídeos en línea, navegar Internet o jugar en tabletas y teléfonos invoca la ira de los usuarios encadenados a la rutina de cargar sus dispositivos móviles, al menos, una vez al día.
A mediano plazo, la perspectiva es desalentadora por las limitaciones de la tecnología actual en baterías y los hábitos de las personas. “El consumo de energía creció en últimos años con procesadores más veloces, pantallas más grandes y más vídeo y navegación móvil”, explica Mike Keeley, de la empresa Spirent Communications .
La compañía exhibió en el reciente Congreso Mundial Móvil un software que ayuda a fabricantes y operadores telefónicos a estudiar la vida útil de las baterías en celulares y tabletas y evalúa cuáles actividades son las más demandantes de energía.
A corto y mediano plazo, Keeley cree que las “cosas empeorarán”. “Los fabricantes saben que hay escasez de espacio en el teléfono para baterías más grandes y además límites de costo”, señaló.
Freno al negocio. El pronóstico de Keeley se debe a que, conforme la industria móvil estimula la venta de relojes y pulseras inteligentes, el tema de las baterías dañará el negocio si la pila en esos dispositivos permite pocas horas de uso.
Si bien los fabricantes crean artefactos cada vez más eficientes en el uso de energía, el desvelo es hallar una tecnología que sustituya las baterías basadas en iones de litio utilizadas desde hace años. La solución se complica al ser difícil ratificar la seguridad de nuevas formas de energía móvil que aparecen.
Una invención sin pruebas suficientes podría transformar la batería de un smartphone en una bomba sobre la mejilla de alguien.
Sin embargo, la tecnología de iones de litio tampoco es tan segura. En febrero, científicos de la Universidad de Carolina del Norte, EE.UU., anunciaron la creación de una sustancia chiclosa que previene que esas baterías sean del todo inflamables.
El riesgo potencial en las de litio proviene del electrolito. Este es un líquido o gel que sirve de conductor para la electricidad y el soporte donde se genera.
El ácido líquido utilizado como electrolitos eleva el riesgo de incendio o quemadura química si la batería es sobrecargada.
El descubrimiento es un avance pero aún requiere investigación, adopción por parte de fabricantes y deja sin resolver un problema: los usuarios desean cargar menos veces sus dispositivos electrónicos.
“Las baterías hoy niegan al usuario la tranquilidad e independencia de un día completo de carga. Si tu negocio depende de tener siempre tu tableta o teléfono activa, apenas baja el nivel de carga, empieza la ansiedad”, explica Julian Hughes, de Intelligent Energy. Su empresa expuso en el Congreso un aparato portátil llamado Upp Upp que incluye una celda de hidrógeno el cual, al mezclarlo con oxígeno del aire, genera electricidad para tabletas o teléfonos.
Si bien Upp provee cierta independencia, es necesario recargar la celda de hidrógeno cada semana, lo cual es una limitante. Hughes confía en ver su tecnología potenciando aparatos móviles en el plazo de unos tres años. La urgencia, empero, es tal que hasta Google, firma que inventó las gafas inteligentes Google Glass, también clama por una solución. Larry Page, su director ejecutivo, así lo manifestó a inicios de año en el blog oficial de la compañía . “La duración de la batería es un gran problema. No deberías tener que preocuparte constantemente por recargar tu teléfono”, anotó.