
El volcán Poás volvió a mostrar su poderío la madrugada de este martes 10 de junio con una erupción pasiva de ceniza que generó una columna de 1.000 metros de altura sobre el cráter.
Según el más reciente reporte del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori-UNA), la actividad inició a las 3:40 a. m. y se mantuvo activa en las primeras horas de la mañana.
La pluma, de color gris y con carga moderada de ceniza, se dispersó hacia el oeste a una velocidad aproximada de 17,9 km/h, de acuerdo con datos del Instituto Meteorológico Nacional.
La erupción fue confirmada mediante el monitoreo de cámaras web, registros sísmicos de tremor acústico de infrasonido y observaciones directas del personal de la Red Sismológica Nacional (RSN). Aunque la emisión se mantiene constante, hasta el momento no se reporta caída de ceniza en comunidades cercanas.
El Poás, situado a 2.687 metros sobre el nivel del mar, permanece en fase eruptiva desde el pasado 23 de marzo.
Desde entonces, ha mantenido una emisión continua de gases magmáticos —ricos en vapor de agua, dióxido de azufre (SO₂) y aerosoles—, así como eventos discretos de expulsión de ceniza.
La actividad se concentra en la Boca A del cráter, cuya temperatura se ha mantenido por encima de los 400 a 500 grados Celsius, según análisis de imágenes satelitales infrarrojas.
Las autoridades científicas continúan el monitoreo permanente del volcán y recomiendan precaución a los visitantes y vecinos del sector.
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