
Oficiales del Grupo de Acción Operacional (GAO) y la Fuerza Pública decomisaron casi 5.000 dosis de drogas y dos armas de fuego en operativos ejecutados en las últimas horas en el sur de San José, como parte de las acciones para combatir la criminalidad en María Reina de Hatillo, sitio denominado por el fiscal adjunto Mauricio Boraschi como “el mall de las drogas”.
Los oficiales sorprendieron en María Reina a dos sujetos que llevaban dos bolsas; al ver a las autoridades, huyeron y tiraron los paquetes que contenían las 4.914 dosis de distintos tipos de droga, informó el Ministerio de Seguridad Pública.
Esta acción se suma a la Operación Troya, ejecutada el pasado 4 de diciembre en esa misma comunidad, cuando la Fiscalía de Narcotráfico y la Policía de Control de Drogas ejecutaron 13 allanamientos en el lugar que, según autoridades, genera ganancias de hasta ¢3 millones diarios en venta de estupefacientes y opera las 24 horas, los siete días de la semana.

En otras de las acciones de las últimas horas, apoyadas por la Dirección de Inteligencia y Análisis Criminal (DIAC), se logró el decomiso de dos armas de fuego, un chaleco balístico, municiones y más de 50 dosis de droga. Estas intervenciones se ejecutaron en San Sebastián y San Felipe de Alajuelita, al sur de la ciudad capital.
María Reina es considerada por las autoridades como el principal punto de distribución de droga dosificada a nivel nacional. En el 2022, un búnker en la zona recaudaba ¢100 millones por semana en ventas de estupefacientes. Las disputas en esa comunidad las protagonizan las organizaciones de alias Pioja y los Lara; este último grupo es el que está pugnando para apropiarse de las ventas de drogas.
Una barriada que opera como empresa
Durante la Operación Troya, Stephen Madden, director de la PCD, reveló que el sitio funciona prácticamente como una empresa. “Trabajan como que si fuera una empresa, una fábrica. Aquí usted conseguía desde una piedra de crack hasta 100, 200, 300 o más, de acuerdo a la necesidad de la persona que venía a adquirirlas”, explicó el jefe policial.
El fiscal general, Carlo Díaz, reconoció que tras cada operativo se generan nuevas disputas por ocupar los puestos de venta. “Prácticamente una hora después de que nos vamos van a haber otros distribuidores de droga, eso es normal, incluso puede intensificarse también la lucha entre las diferentes organizaciones, nuevamente para tener control de la zona”, advirtió.

