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Agentes judiciales de la Sección Especializada Contra los Delitos Medioambientales del OIJ, allanaron este viernes varios locales que comercializaban insectos incrustados en resina. Cortesía: OIJ.
Tres tiendas de souvenirs ubicadas en el aeropuerto internacional Juan Santamaría y otra en Playas del Coco, vendían insectos y mariposas incrustadas en resina, en apariencia una mujer de 56 años apellidada Velásquez, traía desde Panamá llaveros, collares y dijes que tenían a los animales en su interior.
Por este caso, se realizaron la mañana de este viernes nueve allanamientos donde se revisaron los locales donde se comercializaban los objetos, la casa de la sospechosa en Santa Ana, San José y simultáneamente policías panameños allanaron una vivienda y tres bodegas en ese país, que presuntamente, pertenecen a Velásquez.
Los cuerpos policiales lograron incautar aproximadamente 1.800 unidades entre los llaveros, collares y dijes que tenían a los animales en su interior.
La investigación inició en 2020, cuando ingresó una denuncia al Ministerio Público por el aparente trasiego internacional de vida silvestre, los registros se realizaron mediante un trabajo en conjunto de agentes de la sección contra los Delitos Medioambientales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), la Fiscalía Adjunta Ambiental del Ministerio Público y la Fiscalía Ambiental de Panamá.
Al parecer, la sospechosa ponía a la venta los artículos en las tiendas de artesanías. Ella quedó a las órdenes de la Fiscalía Adjunta Ambiental del Ministerio Público quien determinará su situación jurídica.
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Tres locales en el aeropuerto Juan Santamaría y uno en Playas del Coco vendían llaveros y collares con mariposas incrustadas en resina, que traía una mujer de 56 años desde Panamá. (Cortesía OIJ)
En 2020, las denuncias por tráfico de especies crecieron un 963% en apenas un periodo. Pasaron de 89 reportes en el 2019 a 946 en el 2020.
Las orquídeas en miniatura, escarabajos, ranas, aletas de tiburón y madera de cocobolo (Dalbergia retusa), entre otras, son de las especies más apetecidas por grupos dedicados al comercio ilegal de flora y fauna silvestre, muchos de los cuales incluyen a biólogos y otros científicos.
Según el fiscal ambiental, Luis Diego Hernández, en declaraciones a La Nación en 2021, nuestro país se convirtió en proveedor de especies de vida silvestre, que se pagan muy bien en mercados internacionales como Alemania, República Checa, España, Rusia, Estados Unidos y Canadá.
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