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El Tribunal Penal de Alajuela condenó, este jueves, al mecánico Jesús Alberto Arce Céspedes a 14 años de cárcel por el homicidio de la estudiante Kassandra Sánchez Ballestero, ocurrido en las afueras de un bar en Poás de Alajuela, en marzo de 2022.
A pesar de que la Fiscalía solicitó 18 años de prisión por el asesinato de la joven, los jueces Elsiana Mairena, Rodrigo Monge y Alberto García fijaron 14 años al considerar que el caso no ameritaba la pena máxima. No obstante, tampoco aceptaron los 12 años que pidió el defensor del imputado.
“Hemos valorado algunos argumentos como que el evento ocurrió en un lugar de esparcimiento. Incluso, de previo a acercarse a Kassandra, usted ya portaba el arma. También (valoramos) su comportamiento posterior al delito que fue esconderse 15 días en una zona alejada en Cariari de Pococí, tratando de evitar ser capturado”, indicó García a Arce.
“El peritaje llevó a la conclusión de que usted tiene alteraciones en su comportamiento; se trata de una persona violenta que no controla impulsos. La intervención estatal para darle el apoyo y los programas que necesita para reinsertarse en la sociedad no pueden ser los propios de una pena mínima, sino una intervención un poco más amplia”, señaló.
Además, se condenó al imputado al pago de ¢200 millones a Sonia Ballestero, madre de Kassandra, por el sufrimiento y daño moral que tuvo la progenitora desde que falleció su hija. Igualmente, Arce deberá hacerse cargo de las costas del proceso de un poco más de ¢24 millones.
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Solo faltaba fijar los años
Arce Céspedes, de 31 años, había sido declarado culpable del crimen el pasado 13 de abril por el Tribuanl, sin embargo, faltaba fijar la pena, pues el juicio se realizó en dos partes, bajo la figura jurídica cesura del debate.
Según el artículo 323 del Código Procesal Penal, el imputado puede solicitar que el juicio se realice en dos partes, con el objetivo de que en la primera se discuta únicamente si existe culpabilidad y en la segunda, en caso de que exista culpabilidad, se evalúe la imposición de la pena y las acciones civiles.
El asesinato de Kassandra ocurrió la noche del 6 de marzo del año pasado, cuando ella y otros tres jóvenes salían del bar El Rey, en Poás de Alajuela. En las afueras del local observaron a Arce Céspedes, quien estaba armado con una pistola y discutía con otro sujeto en la vía pública.
El mecánico se dirigió a uno de los amigos de Kassandra, de apellidos Ugalde Vargas, y le cuestionó con insultos por la forma de vestir, de modo que se armó una riña y fue ahí donde intervino la joven. Al discutir con el sujeto, él le dijo “¿Qué quiere, comer bala?” y de inmediato le disparó.
Edgar Hernández, abogado defensor del sentenciado, había alegado que su representado fue víctima de violencia intrafamiliar desde la infancia y que padece adicción por consumo de alcohol y drogas, lo cual disminuyó su capacidad al momento de los hechos.
“El fin como tal de la pena es asumir la responsabilidad de los actos, por lo que esta representación viene a solicitar al Tribunal que se interponga el mínimo establecido para el hecho. Endurecer la pena más bien ha sido un efecto contrario para evitar otros delitos”, aseveró Hernández.
“Mi representado desde un inicio asumió su responsabilidad, pero por circunstancias propias del proceso no fue posible”, añadió.
Entretanto, el fiscal José Alejandro Araya señaló que ninguno de los hermanos del agresor estaban siendo juzgados y que si todas esas situaciones les hubiesen afectado, ellos también estarían sentados en los tribunales por delitos de ese tipo de delincuencia.
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Arce Céspedes se mantendrá en prisión preventiva los próximos seis meses hasta que la sentencia quede en firme. Su captura ocurrió el 22 de marzo del 2022, más de 15 días después del homicidio de Kassandra en una vivienda en el Ceibo de Cariari de Pococí, Limón.
Kassandra era hija única y vivía con su mamá en Carrillos de Poás. Al momento de su muerte acababa de graduarse de Inglés básico y de un curso para ser asistente de cajera. Su anhelo era estudiar Nutrición.
