El arrepentimiento que dice sentir un sujeto por lanzar un gato desde casi 30 metros de altura, lo podría librar de afrontar un juicio por ese hecho.
Se trata de un sospechoso, de apellido Saborío Soto, quien en noviembre del 2019 lanzó a un gato desde el sexto piso de una torre de apartamentos en Curridabat, pero cuya acción trascendió a principios de agosto cuando circuló un video en redes sociales.
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Según confirmó la Fiscalía de Goicoechea ante una consulta de este medio, la investigación por este caso de crueldad animal culminó y, “en vista de ello, este despacho decidió someter el caso a valoración en la modalidad de Justicia Restaurativa”.
Esta modalidad busca solucionar el conflicto lejos de salas de juicio, siempre que el ofensor (así se le llama en lugar de imputado) asuma la responsabilidad por el daño causado a la víctima y a la comunidad. El objetivo es levantar acuerdos satisfactorios para las partes involucradas y que, con ello, se promueva la restauración del hecho.
Entre los planes reparadores que contempla la Ley de Justicia Restaurativa, está el tratamiento de drogas bajo supervisión judicial, la cual consiste en un abordaje terapéutico para la atención de las adicciones. Eso sí, este es admisible solo cuando se determina que la comisión del delito está asociado a un consumo activo y “problemático” de este tipo de sustancias, señala la norma.
Así las cosas, una vez que Saborío aceptó los cargos, la causa 20-016620-0042-PE pasó a tramitarse en esa vía alterna, en donde, tras su respectivo análisis, deberá señalarse una reunión restaurativa.
En ese encuentro se deberá dar una negociación entre las partes, las cuales son el ofensor, el defensor, el equipo psicosocial, el fiscal de Justicia Restaurativa, el juez y las víctimas. También participa la parte querellante.
“Mientras tanto, la Fiscalía (de Goicoechea) se mantiene pendiente del resultado de dicho procedimiento”, apuntó.
En caso de que en esa reunión no se llegue a un acuerdo restaurativo, la causa retornaría a su trámite ordinario. Es decir, el Ministerio Público debe hacer el requerimiento que considere oportuno (si acusa o pide sobreseimiento), y luego se realizaría una audiencia preliminar para determinar si el caso se eleva a juicio.
Si eso ocurre, Saborío se vería expuesto a una pena de hasta dos años de prisión por el delito de crueldad y muerte animal, según establece la Ley de Bienestar de los Animales.
En el tanto continúa el proceso, el sospechoso continúa cumpliendo las medidas cautelares de impedimento de salida del país, firmar una vez al mes, mantener un domicilio fijo y prohibición de acercarse a animales o mascotas, confirmó la Fiscalía.
Grabación lo delató
Este caso se dio a conocer el 1°. de agosto pasado cuando un video generó estupor en las redes sociales.
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En la grabación se ve claramente cuando Saborío Soto agarra al gato y lo lanza desde el apartamento en el que vivía, ubicado en el sexto piso de la torre.
Conforme la grabación se hacía viral, los primeros efectos comenzaron a verse: él fue expulsado del condominio en donde ocurrieron los hechos, así como también fue despedido de su trabajo.
La Policía, por su parte, también comenzó su trabajo luego de que la Fiscalía ordenara oficio abrir una investigación penal en contra del sujeto por el delito de crueldad animal.
Un día después, el 2 de agosto, Saborío Soto envió una carta a este medio asegurando que se ponía a las órdenes de la Fiscalía para asumir la responsabilidad por el acto cometido, ya que “nada” podía justificar el comportamiento que tuvo con su mascota.
En el comunicado expresó: “Bajo los efectos del alcohol y drogas, respondí a la presión social de las otras personas que estaban conmigo ese lamentable día, realizando esta terrible acción”.
Asimismo, negó que el hecho obedeciese a una venganza en contra de alguien más, como en algún momento se especuló en redes sociales.
Unas cuantas semanas después, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) dio a conocer la autopsia practicada al felino:
"El animal, en primera instancia, fue lanzado de una altura de unos 27,98 metros. Luego de que cayó en un arbusto, el gato se levantó por instinto de supervivencia y tomó dirección hacia el parqueo del sótano número dos de esa torre de apartamentos.
“Caminó al menos 30 metros y, finalmente, llegó al parque de perros donde lo encontraron y auxiliaron. Sin embargo, pese a eso, (el gato) falleció”.
Esa caída le provocó “fracturas de cadera multifocales severas, luxación de sínfisis mandibular severa, contusiones pulmonares multifocales severas y hemorragias subcutáneas diafragmáticas y pericárdicas severas”, puntualizó el examen forense.
Al mismo tiempo en el que se conocieron los resultados de la autopsia, la Policía Judicial detuvo a Saborío en Trejos Montealegre el pasado 26 de agosto para someterlo a este proceso penal.