Después del temblor de magnitud 5,5 que ocurrió en Varablanca de Heredia el pasado 18 de febrero a las 2:24 a. m., se ha registrado una merma paulatina en la secuencia sísmica de la que se contabilizan unas 180 réplicas, la más reciente a las 12:48 p. m. de este miércoles, 900 metros al suroeste de Fraijanes de Alajuela.
Producto de esa seguidilla, los vecinos reportaron fisuras en la ruta nacional 126, que enlaza Heredia con Sarapiquí. En las imágenes se pueden apreciar largas grietas que corren paralelas a la vía y las primeras socavaciones del terreno a ambos lados de la ladera.
Al respecto, Lidier Esquivel, director de gestión de riesgos de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), explicó que la secuencia sísmica pudo haber generado un desequilibrio en la estabilidad de laderas y un eventual colapso de la vía cuando empiecen las lluvias.
Por eso, el especialista advirtió la importancia de reforzar en algunos tramos el relleno de la ruta que es muy transitada, incluso por buses y camiones pesados. Dijo que se requiere un manejo controlado, según se desprende de la inspección que realizó a la zona el geólogo Blas Sanchez, de la CNE.
Estas recomendaciones se las hicieron ver al Ministerio de Obras Públicas y Transportes y el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), lo mismo que al municipio local, debido a que otras vías secundarias de la zona también requieren refuerzos.
Gran parte de la ruta 126, que pasa cerca de las antiguas instalaciones de la fábrica agroindustiral El Ángel, quedó totalmente intransitable luego del terremoto de Cinchona del 8 de enero del 2009, el cual tuvo una magnitud de 6,2. Luego se realizó un relleno en algunos tramos y fue rehabilitado el paso desde el 2011.
Según Esquivel es necesario tomar medidas para garantizar la seguridad de los usuarios y prevenir posibles riesgos. “Hay un sector de esa ruta que presenta un desprendimiento, el cual no inhabilita la carretera, pero llama la atención y requiere un manejo controlado”, dijo el geólogo.
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Esquivel insistió en que esa zona concentra mucha actividad turística y productiva, además de servir como ruta alterna cuando se cierra el paso por el Zurquí, (ruta N.° 32) de manera que se requiere que permanezca en buen estado.
Existe otra carretera alterna cuyo mantenimiento corresponde al municipio de Heredia y que en el futuro cercano podía ser la más usada, ya que se encuentra en un sector menos riesgoso, dijo el funcionario.
Lección de Upala
La noche del 2 de julio del 2016 un temblor de magnitud 5,3 originado 6 km. al norte de Bijagua, Upala, falseó terrenos y laderas. Aunque inicialmente no causó mayor afectación ni se le dio el seguimiento adecuado, en noviembre de ese año, debido a las fuertes lluvias que generó el huracán Otto, surgieron avalanchas desde la zona falseada que devastaron varios puntos de ese cantón alajuelense y causaron muertes.
A raíz de aquel temblor, el alcalde de entonces, Juan Bosco Acevedo, se mostró preocupado por los deslizamientos que se observaron en las laderas del volcán Miravalles y el taponamiento en los ríos Zapote y Guacalito. “La gente teme una avalancha”, dijo el funcionario en lo que constituyó una premonición.
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El temblor del sábado pasado en Varablanca, no tuvo tanta fuerza como para nuevos deslizamientos grandes, pero sí afectó la carretera principal.
Cascada de sismos decae
Este miércoles se han presentado tres temblores de magnitudes entre 2,1 y 2,6, los cuales no han sido perceptibles para la población.
Marino Protti, sismólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), ha señalado que esta situación es normal luego de un sismo fuerte como el del pasado 18 de febrero. De 180 réplicas, el Ovsicori ha localizado 130, debido a que las otras han sido muy pequeñas.
“Cuando el sismo solo queda registrado en una estación, sabemos que ocurrió, pero no lo podemos localizar. Es necesario que un temblor sea captado por al menos tres estaciones para obtener su localización”, dijo.
El científico indicó que se registra una disminución en el número y la magnitud de los sismos en la zona. Afirmó que no se nota una mayor activación de las múltiples fallas que existen entre los volcanes Poás y Barva. Dejó claro que ninguno de los dos volcanes tuvo cambios en su actividad en asocio a los temblores de los últimos días.
De igual forma, Lepold Linkimer, de la Red Sismológica Nacional, indicó que el origen del sismo principal y sus réplicas, pese a estar en medio de dos volcanes (Poás y Barva), no tiene nada que ver con ellos, pues se trata de movimientos tectónicos y no volcánicos.
Aunque la falla originaria es muy diferente a las que se conocían en el sitio, por su orientación e inclinación, se descarta su relación con los volcanes. La RSN va a profundizar sobre ella para conocer si en el tiempo geológico (millones de años) alguna influencia volcánica le dio las características diferentes a otras que se conocen en la zona.
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