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Con la aparición de un globo meteorológico en las últimas horas en el cielo costarricense, surgió la pregunta de qué era ese dispositivo, para qué servía y cuál era su función en la atmósfera.
Según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) estos instrumentos, llamados técnicamente radiosondas, se inflan con helio y son lanzados al aire junto a un paquete de sensores que van midiendo, cada dos segundos, conforme asciende el globo, las condiciones de la atmósfera hasta una altura de unos 30 kilómetros o más.
Una vez en el aire, los datos son enviados a una estación en Tierra a través de un transmisor de radio. En Costa Rica la variación de lanzamiento desde el IMN ocurre una vez al día a las 6 a. m. de acuerdo al huso horario UTC.
“Cuando va ascendiendo tiene una serie de instrumentos que están guindados en el globo y tienden a medir temperaturas, humedad, contenido de agua en la atmósfera, velocidad, dirección del viento, presión atmosférica y algunas otras variables como altitud por ejemplo”, explicó Daniel Poleo del IMN.
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Entre otras de sus funciones está alimentar modelos numéricos, explicar cómo está la atmósfera en el punto lanzado, qué tan intensos son los vientos y hacia dónde se dirigen. Cada uno de ellos tiene un costo aproximado de $400 (¢232.400 al tipo de cambio actual) y es precisamente por su elevado costo que solo se vuelan una vez al día, a diferencia de otros países como Colombia donde sucede cuatro veces.
“Normalmente los que nosotros usamos son más baratos por consiguiente más pequeños, pero hay de diferentes tamaños y precios, por ejemplo los que miden ozono tienden a ser muy costosos porque son globos más grandes, pueden llegar hasta la estratosfera. Estos globos normalmente se explotan porque a medida que van ascendiendo van haciéndose más grandes a unos 15 kilómetros de altura”, añadió.
Otra institución que realiza un proyecto con globos meteorológicos es el Centro de Investigación en Ciencias Atómicas, Nucleares y Moleculares (Cicanum) de la Universidad de Costa Rica (UCR) donde por medio de la ‘Tico Sonda’ liberan globos que se elevan hasta 35 kilómetros e inflados pueden llegar a medir dos metros de diámetro.
Estos transportan una caja con una bomba que a su vez, tiene una pequeña manguera que aspira los gases atmosféricos para medir concentraciones de ozono o vapor de agua. El proyecto por lo general, vuela una radiosonda todos los viernes, eso sí, coordinando con la NASA porque en el mismo momento debe situarse sobre Costa Rica un satélite que permita correlacionar las mediciones del globo y el satélite.
