A sus 61 años, Isabel Solano Moncada aseguró haber sufrido el pasado sábado uno de los sustos más grandes de su vida, cuando la fuerte tormenta que azotó al cantón Central de Cartago provocó que siete enormes árboles de pino cayeran justo frente a su casa.
Esta maestra pensionada, vecina de San Francisco de Cartago, recordó la sorprendente escena este lunes, mientras esperaba a los representantes de la Municipalidad sentada en una banca del corredor de su casa. “Gracias a Dios estoy contando el cuento”, manifestó.
Doña Isabel relató que cerca de la 1 p. m. del sábado, ella se preparaba para almorzar junto con su empleada cuando, de pronto, inició un aguacero acompañado de granizo y fuertes vientos. Al escuchar los granizos, salió a observarlos, pues aseguró que eran “casi del tamaño de una bola de ping pong”.
Contó que la temperatura bajó, los vientos “doblaban los árboles” y la lluvia incrementaba. Eso hizo que ella se sorprendiera y sintiera mucho temor. “Llamé a una hermana e incluso le dije: ‘Dina, esta lluvia no me está gustando nada’ y ella me dijo que estuviera tranquila”, comentó.
Cuando terminó la llamada, doña Isabel sirvió el almuerzo y entonces escuchó un extraño crujido. El sonido la impactó y se asomó por la ventana. Al correr la cortina, observó cómo los pinos que estaban al frente de su casa “iban cayendo como en efecto dominó”.
En medio de gritos, avisó a su empleada sobre lo que sucedía y le indicó que se fueran al patio porque era el sitio más seguro, pues no había riesgo de quedar bajo escombros. Sin embargo, por la fuerte lluvia, la trabajadora no la escuchó y quedó encerrada en uno de los cuartos.
Segundos después, los árboles cayeron y el suelo tembló un poco. Al pasar un rato, salieron y afortunadamente no ocurrió una tragedia.
La docente afirmó que dichosamente el viento corría de este a oeste y no de norte a sur, dirección en la que está su vivienda, construida hace 45 años al costado norte del Colegio Miravalles. La estructura solo sufrió daños leves, pues las ramas de uno de los árboles golpearon una canoa y una precinta.
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“Lo malo es que cuando los árboles caen, yo pensé que iba a salir y me iba para donde el vecino, pero no podíamos porque los árboles obstaculizaron la única salida de la casa”, acotó.
“Yo llamé a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), pero me dijeron que yo (por lo que sucedía en el resto de Cartago) no era una emergencia”, agregó.
Entonces, se contactó con unas amistades que con sierras y machetes lograron cortar algunas ramas para que ambas mujeres pudieran salir de la residencia.
Damnificados
A unos cuatro kilómetros de la casa de doña Isabel, en La Calle La Asunción de Tejar del Guarco, Luis Castillo estaba limpiando su casa y asoleando algunos muebles que pudo rescatar luego de que las aguas alcanzaran 1,20 metros de altura a su paso por ese lugar.
“Nosotros hoy estamos recogiendo, perdimos la cocina, la refrigeradora y otras cosas que ya se las llevaron. Nunca había pasado algo así. Ese día yo no estaba, pero mi mamá y mi sobrina estaban acá y me avisaron que la casa estaba inundada”, recordó Castillo.
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Este joven de 23 años aseguró que los daños generaron una pérdida económica importante, pues solamente en los electrodomésticos, muebles y estructura de su vivienda pudo perder alrededor de ¢2 millones.
Por otra parte, aseguró que la CNE, así como la municipalidad, les han colaborado a su familia y vecinos con ayuda para subsistir durante estos días.
“Hemos recibido ayuda. Lamentablemente, vino la gente del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) para ver si ocupábamos algo, pero mi mamá por trabajar en el colegio de Tejar y por trabajar con el Estado no aplica.
“Lo que pasa es que ellos no dicen que ella gana ¢450.000 más los rebajos, que la casa está hipotecada, no dicen que hay que pagar comestibles, recibos y cosas esenciales, pero debemos reconocer que otras instituciones sí nos han colaborado”, manifestó el joven.
La casa de Castillo, así como la de doña Isabel, son parte de las 100 viviendas que fueron reportadas como afectadas en Cartago por la tormenta del fin de semana.