A partir de este miércoles y hasta el 21 de enero, el Tribunal Penal de Limón llevará a cabo un juicio contra dos hombres de apellidos Vanegas Sánchez y Venegas Porras, quienes son investigados por el homicidio de Kristel Patricia Aguilar Ortiz, de 21 años, y Nahomy Ramírez Jiménez, de 22, dos jóvenes madres reportadas como desaparecidas el 18 de febrero de 2023 y a quienes la Policía Judicial dio por fallecidas dos meses después.
Las víctimas fueron reportadas como desaparecidas tras una denuncia presentada en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Limón. Kristel era madre de una niña que en aquella época tenía 3 años, mientras que Nahomy dejó una hija de 4 años.
Según las investigaciones, los detenidos Vanegas y Venegas, junto con otros dos hombres de nacionalidad hondureña (uno fallecido y otro prófugo), serían los responsables que planificaron el asesinato de las jóvenes tras una actividad social en una casa ubicada en el barrio Las Palmeras de Limón.

Los hombres trasladaron a las víctimas desde sus hogares hasta el lugar mencionado y, después de compartir en el sitio, presuntamente las asesinaron con armas de fuego. Posteriormente, para ocultar las pruebas del delito, llevaron los cuerpos a un lugar que aún no ha sido identificado por la Policía.
En diciembre de 2023, este caso, policialmente denominado “Las Américas”, fue reconocido como el segundo mejor resuelto por el OIJ ese año. La Delegación Regional del OIJ de Limón logró determinar que no se trataba de una desaparición común, sino de un doble homicidio perpetrado en una casa.
Cuatro días después de la denuncia por desaparición, se obtuvo una orden de allanamiento que permitió a los agentes establecer que en dicha vivienda ocurrió un hecho violento. Mediante la aplicación de un químico llamado luminol se recolectaron muestras de sangre que, tras compararlas con perfiles genéticos de familiares, confirmaron que pertenecían a las jóvenes desaparecidas.
Por la cantidad de sangre en la escena, estimada en unos tres litros, el OIJ determinó que ambas estarían fallecidas.
Kristel y Nahomy tenían bastante tiempo de conocerse y eran buenas amigas. Nahomy era estudiante del Centro Integrado de Educación de Adultos (Cindea) de Estrada, Matina, donde iba para quinto año. En el caso de Kristel, su madre Andrea Ortiz Valverde, vecina de Cieneguita, se hizo cargo de la niña, que hoy tiene cinco años.

Rastro de sangre dio un giro a la investigación de Kristel y Nahomi
A partir del hallazgo de sangre, fue necesario realizar labores de inteligencia, análisis, intervenciones telefónicas, vigilancias y verificaciones de información confidencial para identificar a los cuatro imputados señalados como responsables del doble homicidio.
Las investigaciones del OIJ determinaron que Venegas Porras sería quien trasladó a Kristel y Nahomy hasta la casa donde ocurrieron los homicidios. Este sujeto intentó huir hacia Colombia, pero los agentes judiciales lograron detenerlo en el aeropuerto el 13 de abril del 2023.
Por su parte, Vanegas Sánchez cayó en el casco metropolitano de San José el 17 de abril, cuando intentaba vender un vehículo. Rastros telefónicos permitieron determinar que él habría participado en el traslado de los cuerpos de las víctimas hasta una finca donde se presume que las ocultaron por un tiempo.
Vanegas realizó trámites para cambiar el color y otras características del vehículo, aparentemente con el propósito de eliminar evidencias que lo vincularan con el hecho. Sin embargo, las pericias científicas demostraron la presencia de restos de sangre humana en el vehículo, y se constató que el color original coincidía con el del automotor utilizado durante los crímenes.
Otro de los vehículos empleados pertenecía a un hondureño, Freddy Luna Valle, prófugo de las autoridades de su país por homicidio, tentativa de homicidio y violencia contra las mujeres. Las evidencias lo vincularon directamente con la muerte de Kristel y Nahomy.
La información recopilada durante la investigación reveló que detrás de estos homicidios operaba una banda dedicada al tráfico de drogas y armas, dirigida desde Honduras. Se determinó que los sospechosos formaban parte de esa estructura criminal liderada por hondureños radicados en ambos países.
Durante los operativos, se decomisaron armas de fuego de grueso calibre, municiones y joyas, lo que permitió dimensionar la magnitud de esta organización.
Tras cinco meses de investigación, 59 pericias forenses, 44 operativos policiales, 66 decomisos y 24 allanamientos en los que participaron más de 214 personas, el OIJ identificó a los sospechosos, detuvo a dos de ellos y tuvo noticia de que José Freddy Luna Valle habría muerto en un accidente en un taller mecánico en Nicaragua. Otro sospechoso, Víctor Alfonso Rosales Rodríguez, sigue prófugo.
En una de las diligencias policiales, el 27 de julio del 2023, varios hombres apuntaron con armas de fuego al equipo de investigadores. Tras controlar la situación, se detuvo a los implicados por resistencia a la autoridad y portación ilegal de armas. En esa propiedad los agentes buscaban restos de los cuerpos y se encontraron armas de grueso calibre y municiones en grandes cantidades. Entre los detenidos figuran cinco hombres de apellidos Mármol, Rosales Moradel, Cortez Martínez, Rodríguez Varela y Sabillón, quienes esa vez fueron puestos en prisión preventiva.
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