Un cargamento de aproximadamente 900 kilos de cocaína fue interceptado por las autoridades inglesas en el Reino Unido. El alijo se ubicaba dentro de un contenedor que provenía de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), en la provincia de Limón.
En Costa Rica, por su parte, se iniciaron las pesquisas para determinar el grupo criminal que intentó introducir la droga a Europa.
El Ministerio de Seguridad Pública atribuyó el decomiso de la droga a “operaciones conjuntas” entre autoridades costarricenses y europeas.
“El trabajo en conjunto de las policías europeas con las nacionales se intensificó en los últimos meses, como parte de las operaciones conjuntas para combatir al crimen organizado trasnacional que se dedica al tráfico internacional de drogas”, dice el comunicado emitido por Seguridad.
Un informe de la Contraloría General de la República (CGR) del 31 de marzo pasado, alertó que más de la mitad de la mercancía transportada a través de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM) no fue revisada en el 2024 por los escáneres para detectar trasiego de droga.
Según la auditoría, solo un 48% de las unidades de transporte que entraron a la TCM en el 2024 fueron inspeccionadas. Este es el puerto que conecta a Costa Rica con Europa, uno de los principales importadores de cocaína.
Un mes después, en entrevista con La Nación, el ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora Cordero, reconoció que la colocación de escáneres en los distintos puertos y fronteras del país no representa una solución definitiva para frenar el problema del narcotráfico.
El 27 de setiembre del 2023, durante una gira a Puntarenas, el presidente Rodrigo Chaves afirmó que de la TCM “no ha salido un kilogramo, una onza, ni un gramo, desde que lanzamos la Operación Soberanía”, en referencia a los dos escáneres instalados en ese puerto desde julio de aquel año.
Sin embargo, desde entonces, varios cargamentos de cocaína han llegado a puertos en Europa y Asia.
En octubre de 2024, 350 kilos de cocaína que fueron decomisados en España salieron por la Terminal de Contenedores de APM Terminals, en Moín, camuflados en un contenedor con una carga de harina de yuca.
Un mes antes, en setiembre, autoridades aduaneras de Bélgica interceptaron un cargamento de 62 kilogramos de cocaína en el puerto de Amberes. La droga estaba oculta en un contenedor de bananos proveniente de Costa Rica.
El 4 de agosto de este año, las autoridades belgas incautaron 60 kilos de cocaína en el mismo puerto, ocultos en un contenedor que viajó desde Costa Rica.

