Allanamientos en Desamparados, Tibás y Zapote permitieron la captura del primer mezclador o “mixer” de drogas sintéticas en Costa Rica.
Así se le llama a la persona que combina ketamina (un analgésico veterinario), una droga llamada MDMA, cocaína y saborizantes y colorantes artificiales para obtener la droga sintética que luego se comercializa como cocaína rosada o “tusi”.
Las cinco operaciones simultáneas permitieron las detenciones de tres hombres identificados como Baltodano, de 32 años; Golfín (26), y Martínez, de 43. Así como una femenina apellidada Peña, de 31 años y un adolescente de 17.
Las acciones fueron ejecutadas por la Oficina contra la Delincuencia Organizada del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). La investigación, que se extendió por aproximadamente ocho meses, se centró en la venta de esta sustancia cuyas dosis se comercializan entre ¢10.000 y ¢15.000, explicó Michael Soto, subdirector del OIJ.
Aunque calificó al grupo como “pequeño”, Soto destacó la importancia de sacar del mercado a personas que combinan sustancias de manera artesanal, pues comercializan drogas muy peligrosas que podrían provocar la muerte por intoxicación.
Además de algunos decomisos de ketamina, los cinco detenidos quedaron a la orden del Ministerio Público donde se les tomaría declaración indagatoria.

Menos común y peligrosa
El “tusi” empezó a llamar la atención de las autoridades en el 2021, cuando se empezaron a reportar los primeros decomisos de esta droga que ya era bien conocida en Colombia y algunos países europeos.
En aquel año, el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) reportó dos decomisos de la cocaína rosada, a un hombre de apellido Tobón, de 20 años, en Abangares, Guanacaste. La segunda incautación ocurrió en el 2022, no obstante, no trascendió la cantidad, ni el lugar.
Desde entonces, el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) ha percibido un incremento en el consumo de esta droga, especialmente entre personas jóvenes, explicó el doctor Luis Eduardo Sandí.
“Clínicamente, en la consulta de adolescentes y de adultos que hay aquí en el IAFA, tanto en oficinas centrales como periféricas, sí hacen referencia al ‘tusi’, la población joven básicamente, es como de 18 a 35 años, en promedio, la gente joven que utiliza más ese tipo de sustancias nuevas o nuevas drogas de diseño”.
“Sobre todo en actividades recreativas, en fiestas electrónicas más de tipo grupal es donde se utiliza más este tipo de droga por su efecto estimulante fuerte”, explicó Sandí.
Esta droga no solo difiere a la convencional en su color, sino también en sus componentes, mientras la rosada tiene alucinógenos, la blanca es estimulante. En apariencia, el “tusi” podría ser hasta seis veces más fuerte que la cocaína de consumo regular.

Sandí agregó que si bien no es usual que se desarrolle adicción, esta droga pueden provocar una amplia lista de síntomas durante su consumo y posterior a este, incluyendo el síndrome de abstinencia, euforia, depresión (que puede derivar en suicidio), miedo, tristeza, cansancio, alucinaciones visuales y auditivas, entre otros.
Además, pueden aparecer cambios en el sistema cardiovascular como taquicardias, problemas del corazón que pueden llevar a la muerte, confusiones que hacen a la persona perder su sentido de ubicación, aislarse y tener paranoia, pues tienden a pensar de que su familia quiere hacerles daño, asimismo, pueden autolesionarse tras una fuerte ansiedad o alteración.
El experto del IAFA detalló que una de las dificultades de analizar al “tusi” es que los efectos dependen en gran parte de la combinación que se esté utilizando, la cual puede comprender una amplia variedad de sustancias.
“Exactamente no se sabe qué contiene la cocaína rosa, porque es una mezcla arbitraria de de drogas estimulantes y depresoras, y tampoco se sabe la concentración de la droga. El que consume esto no sabe ni qué está consumiendo, ni cuánto”, expuso Sandí.


