A las 12:05 a. m., en plena celebración por la llegada del año 2022, un niño resultó con graves quemaduras en el tórax y abdomen por el estallido de pólvora. El suceso ocurrió en la comunidad de Costa de Pájaros, en Manzanillo de Puntarenas. La situación obligó a la Cruz Roja a trasladarlo de urgencia al Hospital Monseñor Sanabria.
Las quemaduras de segundo grado, como las que sufrió el menor de edad, se caracterizan por la afectación de la capa externa y subyacente de la piel, causando hinchazón y, a diferencia de las de primer grado, también ampollas, según la descripción de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
La Nación contactó con los hospitales Monseñor Sanabria y Nacional de Niños para conocer el estado del menor, no obstante, los encargados no brindaron información al respecto.
Este percance se da cuatro días después de la explosión de una fábrica clandestina de pólvora en Pitahaya de Aguacaliente, provincia de Cartago. En dicho incidente una persona falleció y tres más resultaron quemadas.
Fue tal la explosión, que el estallido se escuchó a varios kilómetros a la redonda, según vecinos. Además, una madre aseguró que a su hijo de 13 años “le cayó el techo encima”.
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Bill Solís, director de Armamento del Ministerio de Seguridad Pública, aseguró a La Nación que estos productos deben ser manipulados por mayores de edad que tengan conocimientos mínimos de seguridad y en espacios abiertos, no confinados.
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