El simple hecho de mencionar la palabra Jacó es suficiente para pensar en playa, sol y arena. Es lo normal, y por eso se entiende que los oriundos de las ciudades aún no sepan de los enormes jaguares, tortugas, el tucán y la lapa que adornan hoy a esa comunidad.
Sin embargo, desde hace aproximadamente tres años quienes caminan por esta ciudad costera pueden percibir que el arte se ha convertido en un ornamento de lujo que llena de color y vida al pueblo.
Basta con prestar atención y ver más allá de los negocios que invaden las calles y perturban las miradas ajetreadas de los turistas, para descubrir que la flora y la fauna nacional han tomado el protagonismo y están impregnadas en muchos muros y paredes de Jacó, acompañando a nacionales y extranjeros en su paseo a la playa.
Son murales que se han pintado en escuelas, negocios, hoteles, condominios y miradores de la zona como parte de un proyecto que busca destacar la riqueza y la belleza natural que hay en Costa Rica, por medio del arte.
Amor por el arte
Wendy Greenwald es una estadounidense que tiene más de 20 años de vivir en Costa Rica. Ella llegó al país y se fue directo a Jacó, lugar del que se enamoró por sus paisajes, la gente y la cultura; desde entonces reside allí y ya se considera una lugareña más.
Ella es amante del arte y hace 12 años se encontró con Steward Invierno, otro extranjero residente de esa zona y con quien ideó un plan para poder embellecer Jacó, llenándolo de mucho color y destacando sus bellezas naturales.
Fue entonces cuando crearon Artify Jacó, una organización sin fines de lucro cuyo único objetivo es instalar murales de pequeña, mediana y gran escala en lugares públicos, visibles y que se puedan apreciar a simple vista.
“Esto es por amor a Jacó. Todo cuesta bastante, pero buscando donaciones 100% privados, de ciudadanos y residentes de acá que confían en nosotros y nuestra visión hemos hecho las instalaciones. Entonces si hay dinero instalamos y si no hay dinero no instalamos. Y ha sido difícil porque los comercios no nos han apoyado como queríamos”, explica Greenwald.
No obstante, desde el 2016 hasta la fecha se han logrado instalar una docena de murales, cuya inversión va desde los $5.000 hasta los $8.000 si hablamos de cada proyecto de gran escala; y entre $1.500 y $4.000 los más pequeños.
Pero no se trata solo de una cuestión económica, ya que para llegar a pintar un mural hay que realizar todo un procedimiento previo que incluye desde buscar el muro que se va a intervenir, el artista apropiado para el tipo de pared, la temática, los permisos y la logística de alquilar el equipo necesario desde San José.
“Ahora estamos en una etapa en la que evaluamos adónde vamos a ir (a pedir ayuda). Tenemos que buscar la manera de lograr continuar con el proyecto, porque incluso es una iniciativa que está generando empleo. Por ejemplo, hay una señora de aquí de Jacó que realiza un tour por todos los murales", comentó Greenwald.
Artistas exitosos
En lo que va del año en Jacó se han instalado tres grandes murales. Uno de ellos es Morpho, desarrollado por el reconocido artista francés Youri Cancell, conocido como Mantra, en la pared de un condominio que está frente a la playa y en el que se observan varias mariposas.
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Casi al frente de este se encuentra Frágil, un mural que es un homenaje a Grecia, el tucán que recibió la primera prótesis de pico en un pájaro. Este se ubica en la fachada de un condominio y fue pintado por el artista español Antonio Segura, conocido como Dulk.
El tercero fue una colaboración entre ambos artistas, el cual lleva por nombre El coleccionista y es una mezcla de mariposas con una imponente lapa roja.
“Es un trabajo profesional el que estamos haciendo aquí, de un nivel muy alto”, afirmó Greenwald.
De hecho, la mayor parte de los murales han sido pintados por destacados artistas internacionales como la peruana Jade Rivera, el chileno Diego Roa, la argentina Fío Silva o el mexicano Farid Rueda.
No obstante, el talento tico también destaca entre las paredes de Jacó. Entre ellos se encuentran Danny Herrera, Gilberto Aquino, Inka Rogers y el artista boruca K-mel, quienes han sido invitados a dejar su huella en el proyecto.
El más reciente es el graffitero Roy, quien pintó una tortuga en la Escuela de Pochotal, en Playa Hermosa, donde los menores reciben clases sobre la conservación de este animal.
“Que a la gente le guste mi trabajo es lo más lindo, yo vivo de esto y aunque uno necesita el dinero, eso no se compara con ver a los niños y a la gente contenta" dijo el artista ramonense.
Roy ya cuenta con más de 10 años de experiencia y aunque inició pintando graffitis por pasión, hoy es su trabajo, al que le dedica el 100% de su tiempo.
Embellecimiento
Pero este es solamente uno de los proyectos que se realizan en la zona, ya que los empresarios de Jacó, Herradura y Hermosa se han unido en la Cámara de Turismo y Comercio Sostenible del Pacífico Central (CATUCOSO) para embellecer la región en conjunto con la Municipalidad de Garabito y la Red Costarricense de Turismo Accesible y la Federación de Surf.
Por ejemplo, en marzo anterior Jacó se convirtió en la primera playa accesible del país luego de que se estrenara una rampa para que las personas con discapacidad puedan acceder al mar de una forma más segura y cómoda.
Esta rampa es desarmable, tiene una longitud de 63 metros de largo y 1,5 metros de ancho; se construyó con un total de 420 mil tapas plásticas, 521 kilogramos de bolsas plásticas y 1361 kilogramos de plástico reciclado.
Por otro lado, trabajan en la construcción de un bulevar de aproximadamente cinco kilómetros de longitud, así como en la siembra arboles en la playa y en las calles principales que dan ingreso al cantón y una campaña de embellecimiento de los postes de tendido eléctrico para pintarlos con temáticas alegóricas al cantón.
“Con esto apoyamos la idea de que tenemos que llevar arte y cultura a nuestro cantón y que apoya mucho el proyecto de Artify, porque el hecho de tener murales pintados por artistas nacionales e internacionales nos han dado un realce importante”, comentó Juan Carlos Chávez, presidente de la Cámara.
Además, están trabajando en el desarrollo de un festival gastronómico, el cual se realizará en los próximos meses.
En cuanto a los murales, la organización espera que las donaciones continúen llegando para hacer de todas las paredes de Jacó una obra de arte.