
“Éramos ratas callejeras”. Así recuerda el artista estadounidense Thomas Lanigan-Schmidt cómo era la vida para él y otros jóvenes homosexuales en la ciudad de Nueva York en 1969.
No era para menos. Muchos de sus compañeros de generación habían sido expulsados de sus hogares siendo muy jóvenes, incluso adolescentes, por amar a alguien de su mismo sexo.
En sus casas, en lugar de protección, guía y afecto, solo obtuvieron rechazo. Muchos de sus sueños se vieron truncados y, a diferencia de la mayoría de sus vecinos, se vieron forzados a entrar en la adultez de un día para otro y valerse por sí mismos.
Ante este panorama, muchos huyeron de la incertidumbre y el desamparo y se refugiaron en Manhattan con la esperanza de que en esa gran urbe iban a encontrar mayor aceptación.
Sin embargo, no fue así. “Vivíamos en hoteles baratos, edificios ruinosos y hasta en las calles. Tu hogar era donde estuviera tu corazón. A la mayoría nos habían echado de casa antes de terminar el bachillerato”, continúa Lanigan Schmidt en su memoria.
Si ya antes los habían tirado a la calle, acá tampoco todos toparon con la mejor de las suertes. Los que podían hacerse pasar por heterosexuales la tenían más fácil, pero los más afemeninados llevaron la peor parte ya que se toparon de nuevo de frente con el rechazo no solo de la sociedad, sino también de la propia comunidad LGTBI a la que pertenecían.
Marsha P. Johnson fue una de esos jóvenes. Desde que era un niño de cinco años empezó a usar vestidos de mujer pero dejó de hacerlo cuando empezaron a acosarla. Apenas terminó la secundaria, empacó sus pocas pertenencias y se marchó a Nueva York con $15.
Ahí se convirtió en uno de los rostros más conocidos del barrio gay. Su presencia no pasaba inadvertida por su llamativa vestimenta y desenfada actitud. Era claro que alguien como ella no iba a poder conseguir un trabajo regular y al igual que otros jóvenes tuvo que recurrir a la prostitución.
Un caso similar al de Marsha, fue el de Sylvia Rivera, otra figura clave de lo que pasaría más adelante. Su padre la abandonó cuando era una bebé y su madre murió cuando Rivera tenía tres años. Fue criada por su abuela y cuando la pillaban usando la ropa y maquillaje de ella recibía una golpiza. Pronto se fue a vivir a las calles.
Rivera incluso aseguró en distintas entrevistas que Marsha le salvó la vida ya que la acogió bajo su ala protectora.
“No había ningún lugar que fuera seguro para un joven homosexual. La única opción eran los bares en especial si eran chicos que no tenían dónde dormir y hacía frío afuera”, relata Danny Garvin, activista por los Derechos Humanos, en un documental de YouTube.
Para colmo de males, una ley ambigua sobre lo que podía ser percibido como indecoroso, permitía que los dueños de locales pudieran negarse a ofrecerle servicio a quienes no encajaban con lo que se percibía como normal.
De igual forma, las visitas violentas de la policía a este tipo de locales eran frecuentes y por lo general culminaban con detenciones y acoso por parte de los oficiales sin que se opusiera mayor resistencia.
El bar Stonewall Inn, ubicado en el llamado Greenwich Village de la ciudad de Nueva York, era uno de los lugares frecuentados por los homosexuales, lesbianas y transgénero y que se convirtió en una especie de refugio para que pudieran vivir con relativa normalidad en medio de la clandestinidad de la época.

Sin embargo, ni ahí podían estar tranquilos. “Si te arrestaban en un lugar así podías terminar en la cárcel, o sometido a un tratamiento de electrochoque o a una lobotomía para sacarte los demonios homosexuales del cuerpo. A menudo los periódicos publicaban los nombres de los arrestados y hasta su dirección, para que la comunidad los hostigara. ‘Cazar maricones’ era el deporte nacional en Estados Unidos”, detalla un reportaje de Vanity Fair sobre Stonewall.
Por consiguiente, quienes asistían a ese bar eran vistos con malos ojos y marginados. Nadie quería estar asociado con los “bichos raros” que se congregaban en esa zona.
Para finales de los años 60, la homosexualidad todavía era clasificada como una enfermedad mental en Estados Unidos (y en Costa Rica también) y al ser vistos como enfermos eran frecuentes los ataques y el rechazo de la policía y la sociedad ante lo que era percibido como una conducta indecente.
Ya no más
Todo este caótico ambiente empeoró la madrugada del sábado 28 de junio de 1969. Con la excusa de una patente anómala, los agentes policiales ingresaron en el pequeño local del Stonewall Inn y arrestaron a los empleados por vender licor de forma irregular. El asunto no paró allí, ya que los clientes que se encontraban ahí en ese momento fueron maltratados e incluso algunos llevados bajo custodia.
Pero esa noche todo cambiaría: la gente que estaba en los alrededores, harta del acoso, se mantuvo firme en el lugar y por primera vez se enfrentaron con valentía a la policía con lo que fuera: gritos, ladrillos, vasos, botellas y hasta piedras.
Ante esta inédita respuesta, la fuerza policial solicitó refuerzos y se atrincheró en el lugar mientras unas 400 personas se mantuvieron afuera del establecimiento hasta altas horas de la madrugada y así nació una revolución que llevó a la creación del Frente de Liberación Gay y una lucha organizada por los derechos de la comunidad.
David Carter, autor del libro Stonewall: Los disturbios que desataron la revolución gay, relata que tras la rebelión siguieron seis días de protestas, incluidos tres días de enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.
Jim Fouratt, quien estuvo esa noche en el lugar, le contó al periódico New York Times: “Nosotros estábamos cantando y bailando fuera del lugar, no fue un motín, me gusta más la palabra rebelión, la cual vino desde adentro”.
Hay versiones encontradas sobre quien lanzó el primer ladrillo e incluso si de verdad se trató de un ladrillo. Hay quienes señalan a la activista trans Marsha P. Johnson, otros aseguran que fue Sylvia Rivera, la otra activista transexual. En entrevistas posteriores, ambas negaron haber sido las primeras, pero es innegable el aporte de figuras como ellas al movimiento.
LEA MÁS: Marsha P. Johnson: El final de una vida transparente
Mientras la ciudad se prepara este junio para celebrar los 50 años de Stonewall, el alcalde de Nueva York anunció en mayo los planes de crear un monumento que honre la contribución de Johnson y Rivera a la defensa de los derechos de la comunidad LGTBI, el cual sería uno de los primeros monumentos en reconocer a personas transgénero. Se espera que la obra esté lista para el 2021.
Legado
En 1970, un año después de esa llamada rebelión, se conmemoró el primer aniversario del levantamiento con tres marchas en Nueva York, San Francisco y Los Ángeles. Así nació la primera marcha, que desde entonces se ha convertido en un símbolo de resistencia contra la intolerancia, así como una celebración por los avances y un tributo por quienes dieron la lucha.
En nuestro país, la Marcha de la Diversidad cumple 10 años en este 2019 y según datos de la organización se esperan unas 180.000 personas. La actividad tendrá lugar el domingo 23 de junio, a partir del mediodía.

Aunque Stonewall es descrito como el punto de partida, lo cierto es que hubo otras iniciativas previas que datan incluso a 1897 en Berlín con la formación del Comité Científico Humanitario que luchó por el reconocimiento de los derechos de los hombres y mujeres homosexuales, siendo la primera organización de su tipo de la que haya registro en la historia moderna.
También le precedieron asociaciones como Hijas de Bilitis o la Mattachine Society, ambas agrupaciones fundadas en los años 50 en California, que luchaban por los derechos homosexuales. Incluso en Nueva York, a pocos metros del Stonewall, ya se habían registrado movimientos civiles previos en los que se visitaban bares que por general negaban servicio a la población homosexual y que se bautizó como las 'sip-ins' (sorbidas) inspirados en los 'seat-ins' (sentadas) en los que los afrodescendientes visitaban lugares que se jactaban de ser exclusivos para la población blanca.

No obstante, estos esfuerzos de la Mattachine Society no habían impedido las palizas, el acoso y las emboscadas de la policía que seguían sucediendo con frecuencia.
Así, Stonewall se convirtió en un catalizador de toda esa lucha, elevándola a un alcance mundial y marcó un antes y después. Hoy el pequeño bar de ladrillos se erige como una parada obligatoria de quienes tienen un interés especial por la defensa de los Derechos Humanos.
En 1999, el sitio fue incluido dentro del Registro Nacional de Lugares Históricos de Estados Unidos por parte del Servicio de Parque Nacionales y en el 2016, el presidente Barack Obama designó el lugar del motín como un monumento nacional, el cual incluye Christopher Park y sus calle aledañas.

Este mes, Nueva York rememora por todo lo alto ese acontecimiento con los 50 años de Stonewall y alberga, por primera vez en Estados Unidos, el World Pride, un evento para el que se esperan más de 6 millones de visitantes para quienes el silencio nunca más es una opción y que culminará el domingo 30 de junio con el desfile del orgullo.
Luchas propias
A raíz de la conmemoración de los 50 años de la rebelión de Stonewall, se le solicitó a Luis Eduardo Salazar, Comisionado Presidencial para Asuntos de la Población LGTBI en Costa Rica, identificar algunos de los momentos más relevantes ocurridos en nuestro país en la lucha por los derechos de la población sexualmente diversa:
1. 1971: despenalización de la homosexualidad como delito en el Código Penal.
LEA MÁS: El largo camino hacia la igualdad de derechos LGBTI en Costa Rica
2. 14 de marzo de 1987: redada en el bar La Torre, en San José, donde se detuvo a 253 personas homosexuales.
LEA MÁS: Homosexuales de la vieja guardia
3. 23 de mayo de 2006: la Sala Constitucional resolvió sin lugar una acción de inconstitucionalidad del abogado Yashín Castrillo, quien impugnó el inciso 6) del artículo 14, norma que prohibía el matrimonio entre personas del mismo sexo.
LEA MÁS: Sala IV cierra puertas a matrimonio entre homosexuales
4. Junio de 2009. Primera Marcha de la Diversidad.
LEA MÁS: La historia corta de una marcha larga
5. 10 de agosto de 2010. La Sala Constitucional prohibe el llamado “referendo del odio” que pretendía decidir sobre las uniones entre personas del mismo sexo.
LEA MÁS: Sala IV prohíbe referendo sobre uniones civiles gais
6. 14 de octubre de 2014. La Junta Directiva de la CCSS, mediante acuerdo No. 47.069, reconoció el aseguramiento en el sistema de salud pública para parejas del mismo sexo.
LEA MÁS: CCSS aprueba las reglas para permitir a gais asegurar a parejas
7. 27 de octubre de 2015. Primer matrimonio entre personas del mismo sexo inscrito en el Registro Civil, en virtud de un error de registro.
LEA MÁS: Jazmín y Laura: la historia de dos mujeres casadas
8. 9 de enero de 2018. Opinión Consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ordena a Costa Rica garantizarles a las parejas del mismo sexo todos los derechos existentes en la legislación, incluido el derecho al matrimonio.
LEA MÁS: Corte Interamericana ordena abrir la puerta al matrimonio gay en Costa Rica
9. 14 de mayo de 2018. Decisión del Tribunal Supremo de Elecciones que reconoce el cambio de nombre a las personas trans.
LEA MÁS: TSE permitirá a ciudadanos cambiarse el nombre según el género autopercibido
10. 8 de agosto de 2018. Resolución de la Sala Constitucional que avaló el matrimonio igualitario.
LEA MÁS: Sala IV da 18 meses para que entre en vigencia el matrimonio homosexual
