Deyver Vega se lanzó sin miedo a cruzar el Atlántico a sus 24 años, dejando de lado su comodidad y el protagonismo con el que contaba en Saprissa. El volante llegó a Bergen, segunda ciudad más poblada de Noruega, a inicios de 2016 para unirse al Brann, equipo en el que se consolida día a día y apunta a que sea un trampolín para saltar a otra liga más competitiva en el 2018.
Deyver disputó 18 de 30 partidos de liga en la temporada anterior y acumuló dos tantos, mientras que en la presente campaña acumula 12 apariciones en 23 oportunidades y abombó las redes en cuatro ocasiones.
El nacional pasa por su mejor momento desde que arribó al país nórdico, luego de anotar tres goles en los últimos cuatro compromisos y aunque suene contradictorio, este presente se lo debe en gran parte a un esguince grado dos que sufrió en su rodilla izquierda a inicios de julio y que le impidió participar hasta el 20 de agosto.
"Después de la lesión trabajé muchísimo. Me concentré con los fisioterapeutas en ganar masa muscular, más que todo en las piernas, y en ganar aire y fuerza. Además, me enfoqué en la parte táctica y en dónde posicionarme en el terreno de juego, era algo que cuando estaba en la cancha no lo percibía", manifestó.
Vega también recibió el respaldo del cuerpo técnico y sus compañeros. Adicionalmente, le dieron libertad de movimientos en el campo y el propio jugador sintió ese apetito por despuntar y ser un protagonista directo.
El costarricense optó por hacer un extra en su rutina diaria y ahora recoge los frutos por corregir una de sus falencias, según él mismo describe.
"Siempre me ha faltado masa muscular y ahora he tenido que trabajar mucho en esto y me está dando resultados. No sé qué pasó en el tiempo que estuve lesionado, pero me contagié de eso que sentía en Saprissa, donde había partidos en los que tomaba la pelota y generaba peligro. Me exijo más, ahora me dan más la bola y tengo más peso, algo que debo retribuir con goles, asistencias y buenos juegos", indicó.
Deyver dejó atrás la etapa de adaptación del primer año, defiende el nivel de una liga a la que considera muy competitiva y recalca que no se arrepiente en lo más mínimo de haber dado el salto a Noruega.
El habilidoso jugador recalca que ganó más profesionalismo y madurez, por lo que apunta a mantenerse y consolidarse para dar el salto en 2018 a una liga top, tras el que sería su tercer año en el Brann.
"La primera temporada fue para conocer y aprender. Esta es una liga más competitiva, acá no es como en Costa Rica, que en algunas ocasiones uno se daba permisos de caminar. Di un paso hacia adelante y no hacia atrás. El otro año apunto a estar en Champions o en Europa League y aunque tengo contrato hasta mayo del 2019, quiero terminar bien el 2017, jugar cosas importantes en 2018 y dar el salto a una mejor liga. Cumpliría tres años en Noruega y sería una muy buena preparación para entrar a una liga más dura", añadió.
El equipo del tico es tercero, a 10 puntos del líder Rosenborg y a uno del Sarpsborg, a falta de siete fechas. El campeón avanza a los playoff de Champions League, mientras que el segundo y tercero van a la Liga de Europa.
Realista con la Selección. Deyver no esconde su deseo por ser llamado a la Selección, pero es realista y tiene claro que las opciones son reducidas por meterse en el grupo que encabeza Óscar Ramírez, más aún luego de que él mismo reconozca que no dio la talla en la Copa Uncaf de 2017.
"Le deseo lo mejor al grupo que buscará sellar el boleto en octubre. Sé que al estar en Noruega es muy difícil que lo llamen a uno, no sé si los ojos no vienen acá, pero es difícil que lo vean. De igual forma uno sigue trabajando y no pierdo la fe porque la Selección siempre es un anhelo para todo jugador", dijo Vega.
Deyver asume la responsabilidad por lo de la Uncaf, aunque espera que en algún momento pueda mostrarse con la base de la Tricolor, algo que afirma le gustaría mucho y que hasta ahora no ha podido hacer.
"Si se da la oportunidad sería lindísimo porque sería la primera vez que me toque participar con gente como Bryan Ruiz, Celso Borges, Joel Campbell, Cristian Gamboa y Marco Ureña, entre otros. Me encantaría estar, es un grupo muy bonito y se está trabajando muy bien. Toca esperar y sé que ahorita que uno juega y mete goles es importante", añadió.
El mediocampista no se impacienta por la cercanía con Rusia 2018 y señala que "si no es este Mundial será el otro".
Deyver Vega: 'Empezar de nuevo es duro, porque todo lo que se había ganado en Costa Rica se borra'
A nivel extrafútbol, ¿cómo fue el primer año en Noruega?
Empezar de nuevo es duro, porque todo lo que se había ganado en Costa Rica se borra y se empieza de cero. Hay que buscar casa, ganarse un lugar, aprender cómo se juega y lo que les gusta a los compañeros. Son tantas cosas, que solo el tiempo se lo da a uno.
"El entrenador me dijo que al inicio era normal que me tomara tiempo acoplarme. El técnico me recalcó mucho que me iba a llegar el momento y que iba a estar ahí para ayudarme. Además, el grupo de capitanes, el camerino y todos me han acuerpado, aspectos que me ayudaron mucho.
"Pensé que me iba a costar mucho con la comida, pero es similar y aquí se consigue de todo. Lo que sí, es que el país es muy caro, aunque comparándolo con Costa Rica no se está tan lejos. Acá es caro alquilar, los carros y salir a comer, así que hay que cuidar este tema porque la plata no se puede malgastar".
¿Cómo le ha ido con el tema del idioma?
Me defendía un poco con el inglés, pero llegar acá y hablarlo todos los días hace que uno se acostumbre. Además, en el equipo el preparador habla español y eso ayuda. De igual forma, hace un mes inicié con un curso de noruego que termina en diciembre y aunque aún no puedo hablarlo bien, entiendo bastante de lo que me dicen.
¿Cuánto ha crecido en lo personal y profesional?
Bastante. En lo personal, estoy aprendiendo un tercer idioma y estoy surgiendo en todos los aspectos. En lo profesional, estoy disfrutando lo que hago y dejando que todo fluya de la mejor manera, aprendiendo muchísimo.
"Estoy muy contento y feliz, porque me pongo a pensar: ¿cuántos futbolistas se desearían el lugar que tengo acá en Noruega? También valoro: ¿cuántos futbolistas deseamos estar en ligas como la de España? Estoy en la mitad y por eso tengo que ser agradecido. Quejarse es para mediocres".
¿Cómo ha sido su proceso de adaptación en Noruega con la familia?
Nos ha ido superbien acá. Mi esposa (Keyla Salazar) ha sido un gran apoyo para mí y yo para ella. Mi esposa había sacado una licenciatura en Costa Rica, pero le ha costado encontrar trabajo, porque hay que tener un nivel básico del idioma noruego, no basta con el inglés. Por lo mismo nos metimos a un curso de noruego.
"Vivimos muy normal, disfrutamos con los amigos, nos encanta salir a tomar café. Aquí es muy relajado, no tengo una cara tan conocida como para que me reconozcan y aprovechamos para salir mucho. Además, Bismark Acosta es compañero de equipo y nos ha ayudado muchísimo desde que llegamos, nos dijo cómo era todo al pie de la letra.
"Este año lo tomamos más para enfocarnos y hacer lo que queremos, mientras que el primero fue más de planear y observar todo lo nuevo que estábamos viviendo".
¿Cómo es un día suyo en Noruega?
Salgo para el club temprano y desayunamos todos juntos a las 9 a. m., a las 10 a. m. el entrenador dice lo que vamos a hacer y luego pasamos a los gimnasios (hay dos) para hacer algún trabajo específico. Luego ya salimos a la cancha a efectuar diferentes ejercicios con el técnico. Adicionalmente, por aparte hay tareas de pesas o lo que uno requiera hacer varios días a la semana. Finalmente, almorzamos todos en el club.
"Algunas noches voy con mi esposa al estadio para hacer algo extra en el gimnasio, hacer algo más. En el primer año pensaba que le podía sacar ventaja a mis compañeros haciendo algo adicional, pero cuando iba por las noches me encontraba a siete u ocho compañeros haciendo lo mismo".