
Bryan Cordero se “quebró” dos veces en una conversación de 20 minutos. Bryan fue el jugador del Municipal Turrialba que activó la alerta Red Button en febrero pasado, después de que el 10 de ese mismo mes, según una investigación de la Oficialía de Integridad de FIFA, a ocho jugadores del club se les hiciera la oferta de amañar un juego por $300.
La Nación informó en exclusiva, el viernes anterior, que según la entidad de FIFA, Rolando Pereira (presidente de Turrialba), Ernesto de La Torre y Enrique Valencia (mexicanos de la empresa Futbol International Management) citaron a 10 jugadores titulares en la casa club; al final, solo llegaron ocho, para plantearles perder un juego ante Cariari por un marcador específico.
Aunque Cordero, de 30 años, asegura que, de momento, no puede profundizar en lo vivido, no escondió que todavía le es difícil digerir lo que le tocó experimentar.
En conversación con este diario, Cordero tuvo que tomar aire dos veces, limpiarse las lágrimas que salían de sus ojos y hablar con voz entrecortada.
“Lo que ustedes han declarado (se corta la voz), lo que hemos declarado es la verdad...Uno se afecta un toque, la verdad (respira). Yo hice lo correcto, me siento en paz. Me quedé sin trabajo, me despidieron, pero sí tengo paz”, afirmó este lunes.
Cordero siempre tuvo claro que no quería entrar en el juego del dinero fácil, por lo que ni siquiera le pasó por la mente considerar la posibilidad de aceptar la propuesta. Aunque es una de las fuentes de ingreso de su familia, junto con su esposa, tenía muy claro cuál sería el camino a seguir.
“Yo activé el Red Button porque no quería ver mi nombre manchado en nada. Yo, junto con otros compañeros que, si ellos quieren, lo dirán, fuimos los que afrontamos esto. A mí me enseñaron los valores del respeto, de amar lo que hago, porque el fútbol me ha dado de comer. Entonces, lo hice porque amo el fútbol y no quiero mi nombre manchado en nada", insistió, a la vez que agradeció la asesoría que le ha dado ASOJUPRO (Asociación de Jugadores Profesionales).
La alerta Red Button es un mecanismo creado por la Asociación Mundial de Jugadores Profesionales (Fifpro) para que futbolistas de cualquier parte del mundo denuncien de manera anónima y segura hechos anómalos, como por ejemplo un intento de amaño.
Aunque el sistema permite garantizar la confidencialidad de las denuncias, en este caso el jugador salió voluntariamente a dar la cara en público.
El capitán turrialbeño no escondió que pasó días muy complejos, porque el propio 11 de febrero ya le cerraron las puertas de los entrenamientos; lo separaron por completo del cuadro azucarero.
“Como jugador y ser humano, tengo el derecho y la obligación de hablar cuando algo no está bien. Lo que sucedió no fue un malentendido, fue una cadena de irregularidades. Mientras la mayoría se quedó callado, mi persona no fue cómplice y activamos la alerta. No busco protagonismo, solo la verdad”, puntualizó.
El futbolista destacó que, hasta cierto punto, en un momento sintió miedo por su familia. Él es la cabeza de un hogar compuesto por su esposa y sus dos hijos.
“Vi cómo algunos se aprovecharon del poder para imponer miedo. Vi a muchos callar, vi complicidad donde debía haber principios. Yo prefiero defender mis valores que vivir con la conciencia sucia. El fútbol debe limpiarse, el fútbol le pertenece a quienes lo respetan, lo sudan y lo viven con el alma. El fútbol es de honestos, y vamos a defenderlo”, aseguró.
En medio de la tormenta, el arquero confesó que aparecieron ángeles que le dieron esperanza, incluso deportivamente: Richard Mahoney y Kevin Briceño, dos deportistas que le han dado todo el apoyo.
“La verdad es que soy un hombre de fe. Dios me dio valentía porque, en ese momento, me dio las palabras para orientar a mis compañeros, para darles un consejo y que no cayeran en la trampa”, reflexionó.
Hoy, este arquero, con experiencia en equipos como Limón y Cartaginés, solo quiere que este duro trago se termine, que la investigación acabe y él pueda recuperar su tranquilidad para volver a un campo de juego. De hecho, ya tiene su libertad para firmar con quien guste.
“Me cuestioné por qué me pasa esto a mí, pero bueno. Al principio me afectó un poco, soy apasionado, como digo, siempre me ha costado llegar a donde estoy. Me he quebrado mucho, lo acepto. Mentalmente sufrí por lo que pasó, pero me he mantenido con fe, confiado de que las cosas saldrán bien”, finalizó.
En la actualidad, el caso se encuentra en manos de la Comisión Disciplinaria de la Federación Costarricense de Fútbol (FCRF), esto luego de que la Oficialía de Integridad de FIFA presentara su relato de los hechos.
La entidad hizo una rigurosa investigación que le permitió obtener prueba documental, testimonial y también imágenes sobre lo sucedido.
El cuadro de Turrialba ya presentó su descargo oficial y además públicamente dio a conocer el viernes anterior, después de que La Nación publicó el reportaje, que ellos negaban todos los señalamientos.
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“Rechazamos categóricamente dichas acusaciones, las cuales carecen de fundamento y se encuentran actualmente en fase de investigación”, se lee.
“Nuestra institución ratifica su respeto absoluto al debido proceso y a la normativa vigente, y confirma que su representante legal, el Lic. Adolfo Hernández, presentó el descargo correspondiente ante el Comité Disciplinario de la Federación Costarricense de Fútbol, rebatiendo tanto los hechos como las irregularidades formales del procedimiento”, agrega.
Colaboró el periodista Amado Hidalgo.
