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José Pablo Córdoba es un delantero guanacasteco de pura cepa. Nació en la pampa, en la ADG, y en su momento fue considerado la promesa de la zona para proyectar el fútbol nicoyano, como lo fueron en el pasado Minor Díaz o Yosimar Arias.
Hoy, a sus 26 años, el artillero se vio obligado a dejar Nicoya, ya que no quiso seguir jugando con su tranquilidad familiar. Ante esta situación y la del club, prefirió finiquitar su contrato y aceptar el ofrecimiento que le hizo el Puntarenas F.C.
A Córdoba le restaban seis meses de contrato con los pamperos, pero ahora tiene vínculo por un año con el PFC.
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“Llego a un equipo que viene haciendo las cosas muy bien. Busqué nuevos aires, porque es complicado el tema que se vive en Guanacasteca. Además, sentí que tenía que buscar un nuevo reto, era hora de hacer un cambio. También, pensando en la tranquilidad de mi familia, acepté este nuevo reto. No se puede estar esperando a la deriva”, afirmó.
José Pablo se refiere a los atrasos salariales que hay en la ADG, equipo que tiene su licencia de competición suspendida desde el 16 de abril. El ofensivo añadió que, pese a las circunstancias, está muy ilusionado con su llegada a Puntarenas.
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“Se da en un momento y etapa buena de mi carrera. Este torneo no terminé jugando por una lesión, pero fue un torneo bastante bueno”, acotó.
Por último, el pampero comunicó que finiquitó su contrato la semana pasada con los guanacastecos.
Córdoba ha pasado por equipos como Herediano, Grecia, La U y Liberia.
