
Guanacasteca, Santos, Turrialba y Limón Black Star tienen en común que el Comité de Licencias de la Federación Costarricense de Fútbol (FCRF) les rechazó la solicitud de licencia para la temporada 2025-2026 del fútbol profesional costarricense. Ante esto, los clubes no pueden competir ni en Liga de Ascenso, ni en Primera División.
De esta forma, y por orden federativa, ADG, Turrialba y Limón Black Star ya fueron descendidos al balompié aficionado, mientras que Santos se encuentra a la espera en su proceso, aunque los antecedentes indican que les podría suceder lo mismo.
Juan Carlos Román, presidente de la Liga Nacional de Fútbol Aficionado (Linafa), explicó que tiene muchas dudas sobre lo que pasará con estos equipos, sobre todo porque ve muy difícil recibirlos en sus categorías actuales. De hecho, confesó que, si el proceso finaliza (es decir, agotan sus apelaciones), podría abrirles espacio, pero únicamente en la cuarta división de Costa Rica, es decir, dos niveles por debajo de la Liga de Ascenso.
En los casos de Santos, ADG y Turrialba, todo nació luego de una investigación realizada por La Nación, que reveló irregularidades administrativas en los dos equipos que militaban en Primera División. En el caso de Turrialba, también se detectaron, según el Comité, inconsistencias internas. Además, La Nación dio a conocer una tentativa de amaño en el cuadro azucarero en febrero pasado.
Por otra parte, el caso de Limón Black Star se debe a un incumplimiento de criterios financieros. Es importante recordar que Celso Gamboa, hoy detenido tras una solicitud de extradición por parte de Estados Unidos, siempre estuvo relacionado con el cuadro caribeño, al punto de afirmar, cuando se anunció el club en 2022, que era socio de la institución.
¿Dónde jugarían ahora?
Con los cuatro planteles en problemas, la duda que surge es: ¿Dónde jugarían los clubes en el organigrama del fútbol aficionado?
Para empezar, es importante aclarar que la Segunda División B es la liga que entrega un boleto a la Liga de Ascenso de Costa Rica. Este torneo equivale a la tercera división y se compone de 30 equipos; ya ha disputado dos fechas.
Seguidamente está la llamada tercera división; ese es su nombre oficial, pero si se cuenta desde la máxima categoría hacia atrás, representa la cuarta división del fútbol nacional.
El formato de competencia de esta división es mucho más complejo: participan unos 200 equipos, divididos en 22 regiones en todo el país. Los campeones de cada región avanzan a llaves de eliminación directa hasta que quedan los cuatro mejores planteles, que obtienen su ascenso a la Segunda B.
Para ingresar a Linafa, Juan Carlos Román confirmó que los requisitos son mínimos:
“Básicamente deben inscribir el equipo, registrar a los jugadores, pagar la inscripción y ajustarse a reglas específicas como tener 10 jugadores entre 18 y 24 años, 15 entre 18 y 28 años, y tres futbolistas mayores de esa edad”, explicó.
Román expresó su preocupación logística, ya que los campeonatos de fútbol aficionado ya comenzaron, especialmente en Segunda B, que está completamente llena.
“Aquí hay un gran problema, porque a mí no me han dicho absolutamente nada. Simplemente dicen que van para abajo, pero ¿dónde los metemos? A nosotros no nos han notificado absolutamente nada”, reclamó.
Otro tema que el jerarca no sabe cómo se resolverá es cuándo los planteles podrían integrarse a los campeonatos, dado que todos están en proceso de apelación y los torneos ya están en marcha.
“Me despedaza todo el sistema. Digamos que Limón apele, entonces en ese interín se meten en una torta. Toda la estructura la tenemos en el limbo”, finalizó.
La Fedefútbol se fajó para evitar irregularidades administrativas y financieras. Sin embargo, aunque los cuatro equipos tienen casi asegurado su descenso al balompié de canchas abiertas, ni siquiera ahí hay claridad sobre qué hacer con ellos. Todos podrían caer en una de las divisiones aficionadas, con poca visibilidad y competitivo limitado.
