Fútbol Nacional

Opinión: Esos locos del arco

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Dicen que Bernardino Chaves se encerraba en una habitación con una manada de gatos e intentaba atraparlos lanzándose de pared a pared, por arriba, por abajo y a los revolcones. Así se fogueaba como guardameta. Por eso era fantástico en Limón, estelarísimo en Alajuelense y oficiaba de Batman con el Cartaginés. En Argentina, Hugo Orlando Gatti salía de su meta y surcaba el medio campo con el balón dominado, desafiando la lógica y los principios del fútbol que el loco interpretaba a su manera. Ambos, Nino y Gatti fueron correligionarios de primer orden en la estirpe de los gendarmes solitarios, esos tipos del arco que suelen convertirse en héroes y ángeles; en villanos o fantasmas.








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