En una charla en octubre del 2015 se planeó cómo jugaría Saprissa a partir de ese momento. Los tres protagonistas son Carlos Watson, Paulo Wanchope y Luis Ortiz.
Watson en calidad de nuevo entrenador, Wanchope en la de gerente deportivo y Ortiz, quien es un hombre de confianza del entonces DT morado por todo su conocimiento en el campo del movimiento humano.
Ellos tres querían un Saprissa ofensivo, pero construir una defensa sólida. Con ellos tres se gestó el 1-4-5-1 que plantea el cuadro morado hasta el día de hoy. Esa idea perdura en Vladimir Quesada y Víctor Cordero, quienes fueran asistentes de Watson.
Por ejemplo, en dichas sesiones de diálogos entre los tres involucrados manifestaron el deseo de tener una línea de cuatro en el fondo, con dos laterales que atacaran, pero que también pudieran salvaguardar la zona defensiva.
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Un contención que no solo cortara juego, sino que le diera salida al equipo, ojalá de manera vertical. Un volante mixto y un creativo.
También dos volantes ofensivos en ambos extremos y un centro delantero que aportara goles.
Ese sistema táctico es el que aún utiliza el Monstruo, con algunas variantes en ciertas oportunidades, pero el esquema se ha mantenido por casi tres años, situación que a hoy no se repite en ningún club tradicional como Alajuelense, Herediano o Cartaginés, por ejemplo.
Carlos Watson conversó cómo gestó ese modelo de juego y aunque es enfático en que no le gusta "echarse flores", cuenta detalles hasta ahora desconocidos, como la participación de Ortiz en ese modelo.
“A mí no me gusta hablar en primera persona, nunca me ha gustado. Con que ustedes lo analicen y les guste quedo complacido. Esto fue un trabajo en conjunto con el profesor Ortiz y Paulo. Planeamos qué era lo mejor para el club y buscamos establecer una identidad de juego, creíamos que no era posible jugar con línea de tres atrás, por ejemplo, eso no significa que la línea de tres no sirve y los que la usan están equivocados, no tengo esa intención. Uno cree que con cuatro se defiende y se ataca mejor”, explicó Watson en conversación con La Nación.
En esos constantes diálogos y discusiones para ver cuál era la mejor forma de poner a jugar a la S, Watson indicó que la clave era mirar hacia la actualidad del fútbol mundial e informarse. Ponerse a estudiar.
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"El tema es estar al día de qué está pasando, uno llega a conclusiones que lo pueden llevar al éxito, qué modelo de juego nos puede ayudar", agregó.
Incluso, Watson aseguró que lo que más costó consolidar de su idea era le tema defensivo, por las constantes salidas en cada semestre.
"En el Saprissa la gente comete un error, un error gravísimo que la gente cree que el equipo tiene que jugar siempre al ataque, cuando primero se defiende, así de corto, sintético: como quiero atacar tengo que defender", explicó.
Y agregó: “A todos nos gustan los laterales explosivos, Jordan Smith alcanzó un nivel bueno en ese momento, Heiner Mora se recuperó y nos rindió, pensamos en consolidar a Joseph Mora y lo logramos, pero más allá de echarme flores encima, lo dificilísimo fue que cada vez que terminaba un campeonato perdíamos a los defensas, como Adolfo Machado, Roy Miller, Julio Cascante, Francisco Calvo y Joseph Mora, cada vez que querían un jugador era un defensa y Víctor Cordero fue baluarte en ese tema”.
Ese planteo de constante reconstrucción llevó a Watson a seguir su estilo de siempre: “Yo soy buscón y copión, lo que opina la gente es muy importante, yo escucho y luego aplico”.
Luego de casi tres años, Vladimir Quesada, exasistente de Watson, plantea el equipo de la misma forma, aunque con algunos ajustes de ser necesarios.
“Ahora lo han hecho mejor que yo. Yo escuché que el alumno debe superar al maestro y así debe ser. Es el ideal”, externó Watson sobre el trabajo de sus antiguos colaboradores como Vladimir, Víctor Cordero y Pierre Luigi Morera.
Previo al clásico nacional, este tema reviste importancia, máxime porque en el bando ocurre lo contrario; así lo reflejan los constantes cambios de entrenador desde la partida de Óscar Ramírez, en el Verano 2015.
En total, la Liga fichó a 33 futbolistas que luego abandonaron y cambió de estratega 11 veces en siete torneos.
“El Saprissa gana muchísimo con mantener una idea luego de tanto tiempo. Es una gran virtud por todo el tiempo que se tiene trabajando juntos, más el grupo que estaba con el cuerpo técnico anterior. Nosotros tenemos una idea muy clara”, expresó Michael Barrantes, a las puertas del clásico de este domingo a las 11: 05 a. m. en el Morera Soto.