A pesar de que reconozco el valor histórico del Estadio Saprissa, voy a puntualizar en los factores por los que, si tuviera que escoger entre un estadio nuevo cerca de Barreal de Heredia o quedarse con el actual recinto remodelado, elegiría la primera opción.
La historia que guarda el estadio Saprissa es única e irrepetible. Son cientos de recuerdos profundos acumulados por múltiples generaciones de morados. Como periodista, aún me sorprende ingresar a la Cueva y sentir las vibraciones de la grada.
La verdad, es un estadio único, pero también viejo y con serias limitantes. Hace poco Horizonte Morado invirtió cerca de $1 millón de dólares solo en remodelaciones.
Nadie va a negar el valor histórico de la Cueva, antagónico de otro punto que, hoy en día, me parece aún más relevante para nuestro fútbol: el crecimiento y el progreso.
Y aquí es donde quiero profundizar en el punto clave de mi columna: creo que Saprissa haría muy bien si construye un nuevo estadio, incluso fuera de Tibás.
El tema surgió porque el gerente morado, Gustavo Chinchilla, admitió en Columbia que el club evalúa construir un reducto nuevo.
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De acuerdo al periodista de Teletica, Miguel Calderón, la dirigencia saprissista contempla como posibilidad demoler el estadio actual y hacer uno nuevo para 27.000 personas en el mismo terreno, o construir en un espacio cercano a Barreal de Heredia.
Esto ha generado una interesante discusión en la afición y la prensa, con argumentos muy válidos de quienes creen que Saprissa no debe irse de Tibás.
Sin embargo, yo pienso distinto.
A pesar de que creo en el valor histórico del Ricardo Saprissa, voy a puntualizar en los factores por los que siento que, de escoger entre un estadio nuevo cerca de Barreal de Heredia o quedarse con el actual recinto remodelado, elegiría la primera opción.
1. En primer lugar, es determinante entender el nuevo modelo de negocio de los estadios. Por supuesto que la venta de boletos y sillas para los socios sigue siendo clave, pero resulta que ahora se pueden agregar otros factores que incrementan los ingresos.
Solo un aumento sustancial en el número de espacios de parqueo puede significar una mejora significativa. Sin contar con un nuevo museo (más venta de boletos), alquileres comerciales y, por supuesto, más asientos disponibles para la colocación de las entradas.
Y claro, en la actual Cueva se pueden hacer agregados, pero es muy distinto a planear un estadio desde cero, que permita definir otros modelos de negocios de acuerdo al espacio del terreno. La planeación es totalmente diferente en todos los sentidos.
2. Y aquí viene el punto dos: ¿Qué pasará si Saprissa mejora sus ingresos con un estadio nuevo? Probablemente, un porcentaje se reinvierta en las fuerzas básicas y, si se mira desde una óptica integral, habrá más dinero para potenciar a los talentos, que luego llegarán a las selecciones nacionales. Al final, es un ‘efecto dominó’ muy favorecedor.
Sumado a la calidad del espectáculo como tal; la comodidad de los asientos y la posibilidad de incrementar el presupuesto para contratar mejores futbolistas.
3. ¿Y por qué no una remodelación total del estadio en Tibás? Puede que sea posible. Como cualquier modelo de negocio, habrá que contemplar los costos, a sabiendas de que tocar la parte estructural también es un tema delicado.
Sin embargo, el negocio de los estadios ha tomado muchos giros llamativos e interesantes para los empresarios, especialmente de los clubes más grandes y que están en capacidad de llenar un reducto con su afición.
Por ejemplo (este es un caso hipotético), podría aparecer un grupo inversionista dispuesto a ceder una propiedad y parte de la construcción, a cambio de un porcentaje de la venta de las entradas durante un periodo específico de tiempo.
Es decir, desde el momento en que se elige un terreno nuevo las posibilidades para negociar, e incluso para diseñar, se vuelven ‘infinitas’, lo que claramente también podría dar un valor agregado a la experiencia del aficionado.
Básicamente, un ganar-ganar que además sería muy favorable para la estabilidad institucional.
4. Como cuarto punto, el Barreal me parece una zona estratégica para un equipo nacional. Hoy en día, Saprissa y Alajuelense acaparan un alto porcentaje de la afición costarricense, por lo que tienen una amplia representación en todo el país.
De ser el Barreal, le quedaría relativamente cerca a los morados de San José, Heredia, e incluso Alajuela.
5. Por último, Saprissa seguirá siendo Saprissa. La historia no se borra.
Aún cuando entiendo que, en lo emocional e histórico, tiene su valor, me parece que los beneficios son mucho más relevantes para todas las partes si se construye un estadio nuevo, aunque sea a algunos kilómetros de Tibás.
José Pablo Alfaro es un periodista deportivo con más de 14 años de experiencia. Ex periodista de La Nación, hoy es panelista en Fútbol Al Día de Canal 8 y en el programa ‘Por Goleada’ de Radio Columbia. También crea su propio contenido en TikTok (+56.000 seguidores) y Youtube (+18.000).
@alfaro_periodista Las HISTORIAS paralelas de Mariano Torres y Kendall Waston: El 'rey' y la 'torre' del ajedrez del Saprissa. #saprissa #alajuelense #waston #mariano #marianotorres #unafut #herediano #cartagines
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