Con el pitazo final del partido Costa Rica-Honduras llegaron las caras largas, las lágrimas y hasta la despedida de jugadores que nunca volverán a compartir un camerino.
El fracaso de la Selección de Costa Rica rumbo al Mundial 2026 significó el adiós para la generación más gloriosa en la historia del balompié tico, que clasificó a tres copas seguidas y alcanzó la cúspide con los cuartos de final de Brasil 2014.
El cuerpo técnico de la Sele tuvo que recurrir a algunas de estas leyendas, quienes ya no eran tomadas en cuenta en la recta final de sus carreras, como un desesperado intento para evitar el inminente naufragio.
Al final, la receta llena de improvisaciones de Miguel “Piojo” Herrera no funcionó y Costa Rica se llevó un sonado descalabro en su sueño por participar en el primer Mundial que contará con 48 países.
Estos son los jugadores que seguramente dirán adiós a la Tricolor, cabizbajos, tras dejar ir el boleto al 2026.
Tal y como lo lamentó el expresidente de la Federación Costarricense de Fútbol, Rodolfo Villalobos, poco después de consumado el fracaso, esta no era la forma como estos futbolistas debían despedirse.
Keylor Navas: Con 38 años de edad (en menos de un mes cumple 39), se da por un hecho que nunca volverá a disputar un proceso eliminatorio. Todavía mantiene grandes facultades en la portería; así lo demostró este año en Newell’s de Argentina, Pumas de México y la propia Selección de Costa Rica. De hecho, es uno de los pocos jugadores que se salva dentro del cataclismo colectivo. Una vez más usó la capa de Superman, como en los viejos tiempos. La diferencia es que ahora no tenía quién respaldara sus atajadas en otras zonas de la cancha.
Celso Borges: Una parte de la prensa y de los dirigentes lo llevaron en hombros hasta la convocatoria de Miguel Herrera, cuando es evidente que ya no está para el ritmo internacional de una eliminatoria. Le alcanza para el Campeonato Nacional, donde los equipos no pasan de meter la tercera marcha; cuando las lesiones se lo permiten, también aporta en la Copa Centroamericana. Pero para pelear un Mundial, ya hace mucho que pasó su hora.
El “Piojo” lo llevó más como una especie de “asistente”, para que les hablara a los más jóvenes, con lo cual implícitamente el técnico reconocía su débil liderazgo dentro del camerino. Borges ya se había autorretirado de la Selección el año pasado. Volvió para la fallida cuadrangular eliminatoria y con 37 años, si vuelve a vestir la camisa de Costa Rica será para el partido de despedida.
Kendall Waston: El primer día del año próximo cumplirá 38 años. Al igual que Celso, ya su época de Selección había terminado y reapareció como un recurso dentro de la desesperación. Fue igual que cuando todos los entrenadores a lo largo de su carrera lo han mandado al frente después del minuto 80, a buscar la salvación de algún gol milagroso por alto.
Como sucede con otros futbolistas, para el torneo local todavía le alcanza, pero la exigencia de una eliminatoria es superior. Y al igual que los anteriores, este fracaso es solo una mancha dentro de su extenso legado. La Torre se puede ir con la mirada en alto.
También están los jugadores que nunca tomaron el relevo; los que debían pedir la palabra conforme la generación del 2014 se iba jubilando. Es decir, la transición normal de cualquier equipo de fútbol.
Una excepción es la portería, donde Patrick Sequeira estaba listo para asumir la estelaridad, pero tuvo que soportar la banca ante el regreso de Keylor.
Esta movida levantó cierto debate en su momento, aunque con sus 27 años, Patrick recibirá la estafeta en un momento de madurez y con el Mundial del 2022 en el salveque.
En cambio, otros futbolistas quedaron en deuda cuando les tocó ponerse en el frente de batalla.
Joel Campbell: Tenía todo para convertirse en el nuevo gran referente del fútbol costarricense. Experiencia como legionario, especialmente en Europa, uno de los más jóvenes del grupo de Brasil 2014, tres mundiales a cuestas.
Con semejante hoja de servicios, tenía los atestados para ser el nuevo comandante. Pero justo cuando le tocaba asumir el liderazgo, su carrera vino a menos y terminó de nuevo en Costa Rica. Trató de reflotar, sin éxito, su estatus de legionario en Brasil. Alajuelense casi le enseña la puerta de salida en la pretemporada de julio, hartos de su mal rendimiento.
En el actual torneo de Apertura 2025 repuntó un poco con los rojinegros, pero siempre lejos de ser el Campbell que se echó la Selección al hombro junto a Keylor en la eliminatoria hacia Catar 2022. Tiene 33 años y quizás nunca vea otra vez la oportunidad de perseguir un cuarto Mundial, salvo que dentro de cuatro años vuelva a fallar la renovación y haya que recurrir a los veteranos.
Francisco Calvo: Otro que podía emerger como un líder tras la partida de la vieja guardia. No estuvo en el 2014, pero sí en los dos mundiales siguientes, donde se nutrió de la savia de los más veteranos. No obstante, a la hora de dar el salto, de exigir su turno y consolidarse, Calvo se quedó corto.
Luego del partido ante Honduras, la afición se ensañó en su contra con silbidos y el defensor se mostró extrañado. Nunca se cuestionó su lealtad, porque siempre estuvo disponible para la Selección, a veces a costa de sus vacaciones. Pero se esperaba mucho más de un jugador de su trayectoria.
Tiene 33 años. Quizás vuelva a actuar con la Sele, aunque la tendrá difícil ante Santiago Van der Putten, Alexis Gamboa y, si algún día se concentra solo en jugar, Fernán Faerron.
Juan Pablo Vargas: Con 30 años de edad, también era un capataz dentro del camerino. Pero a la hora grande, se hizo pequeño y nunca logró marcar diferencia. Terminó siendo un jugador más, y no uno que ya se graduó de un Mundial.
Al igual que Calvo, tiene edad para seguir en la Tricolor, pero quedará en desventaja ante los nuevos zagueros que vienen pidiendo campo, algunos de los cuales superan el 1,90. Cuando Vargas empezó su carrera, la estatura era un factor de diferencia para tomar ventaja; ahora es tan solo un requisito mínimo en ciertas posiciones de la cancha.
