El Inter Miami de Lionel Messi empató este lunes en casa 2-2 con el Palmeiras y se clasificó a octavos de final del Mundial de Clubes como segundo del Grupo A, por detrás de su rival brasileño, en la mayor hazaña de su corta historia.

Fundado en 2018, el club floridano puede celebrar un paso más en la revolución que supuso la llegada de Messi en julio de 2023.
¿Su próxima parada? El PSG, campeón de Europa, el domingo en Atlanta. Un día antes, el cuadro de Sao Paulo chocará con su compatriota Botafogo en Filadelfia.
Ante un Palmeiras favorito, el Inter disfrutó del liderazgo del rosarino y de Luis Suárez, su excómplice del Barça, en un partidazo en el Hard Rock Stadium que bajó el telón de la zona A.
El delantero uruguayo asistió a Tadeo Allende para el primer gol de los locales, en el minuto 16, y anotó el segundo tras una jugada personal (65).
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Los floridanos desaprovecharon, sin embargo, esa ventaja y acabaron pidiendo la hora ante los paulistas, que empataron en la recta final, impulsados por su inagotable “torcida” verde, por intermedio de Paulinho (80) y Maurício (87).
El Inter entró bien al partido. En torno a Sergio Busquets, el equipo tocaba con paciencia en busca de sus delanteros.
Messi se mostraba muy activo, ofreciéndose entre líneas y combinando arriba con Suárez y el extremo venezolano Telasco Segovia.
Los brasileños, por su parte, buscaban el vértigo en cada jugada. Nada de detenerse en el centro del campo, lo suyo era descargar rápido a las bandas y aprovechar la velocidad de sus extremos -la perla brasileña Estêvão y el uruguayo Facundo Torres- y del lateral izquierdo Joaquín Piquerez.
El plan generaba peligro, pero al Palmeiras le fallaba el último pase y los hombres de Javier Mascherano aguantaban sin muchos apuros.
Así estaba el partido cuando Federico Redondo despejó un balón desde la frontal de su área y Luis Suárez lo desvío con el pecho hacia Tadeo Allende.
El interior argentino, lanzado desde el centro del campo, aceleró hacia la portería rival y nadie pudo seguirle el ritmo, ni siquiera el central Murilo, que se lesionó al intentar alcanzarlo.
Allende batió con frialdad al arquero Weverton y silenció a los numerosos hinchas brasileños presentes en el Hard Rock Stadium.
El Pistolero disfruta
Las Garzas ganaban 1-0 y no era una sorpresa. Enfrente, el Palmeiras apenas presionaba y dejaba todo el tiempo del mundo a Busquets, Messi y Suárez para encontrarse. Siempre una mala idea.
El uruguayo, rejuvenecido, estaba en todas partes. Un jugadón suyo puso patas arriba a la afición rosa: recibió en tres cuartos, se quitó a dos rivales de encima y batió al portero brasileño con un zurdazo imparable.
El partido parecía encarrilado para los locales, pero el tanto despertó por fin a los brasileños.
Por primera vez del partido, el Inter perdió el control del balón y multiplicó las pérdidas en su campo.
En una de ellas, el centrocampista Allan se encontró con la pelota en el balcón del área y le filtró un bonito pase a Paulinho en el área.
El delantero, sustituto de Facundo Torres, no desaprovechó el regalo y batió a Oscar Ustari.
En una de las últimas jugadas del encuentro, el mediapunta Maurício aprovechó un mal despeje del central Maximiliano Falcón para empatar el encuentro con un tiro seco desde dentro del área.
En el otro partido que cerró el Grupo A, Porto de Portugal y Al Ahly de Egipto ofrecieron un recital de goles, un trepidante 4-4 para despedirse a lo grande del Mundial, pues los dos quedaron eliminados.
