
“Para mí, cuando firmé mi retiro, fue rarísimo. Levantarme y no tener esa obligación de ir a entrenar fue muy extraño, estuve dos o tres meses como un poco perdido”, confesó Andrey Amador en entrevista con La Nación.
El ciclista acababa de firmar su alianza durante un año con Liberty, porque tienen muchos proyectos en mente, empezando con la visita a Marruecos para correr la Titan Desert.
- ¿Cómo ha sido esta vida ahora, sin ser ciclista profesional, pero sin dejar de ser ciclista, porque eso nunca va a pasar?
- Nunca dejaré de serlo. Si algo nos caracteriza a los que somos ciclistas, y en este caso que viví la parte del ciclismo profesional, es que no fue ni por un negocio, ni por eso; sino fue por pura pasión. La pasión, eso es algo que nunca en la vida se nos va, y por eso aquí estamos.
”Probablemente se nos pueda apartar 1, 2, 3, 4 meses, 1 año o 2 años, pero nos vuelve. Vea a los exciclistas, todos terminan de vuelta, obviamente haciendo ya tipos de eventos recreativos, o eventos de resistencia, y eso es lo que estoy haciendo yo”.
- ¿Amigos suyos del pelotón, como Richard Carapaz, ya saben que va para el desierto?
- Ah, claro, sí. Yo hablo con ellos y el compis, como nos decimos, no lo puede creer. Al final, yo lo que les he dicho a ellos, es que cuando está ahí a veces no es que no lo valora, porque uno sí lo valora, pero luego cuando uno se retira también extraña eso, de lo que era el deporte, el ciclismo, levantarse, tener una obligación.
”Para mí, cuando firmé mi retiro, fue rarísimo. Levantarme y no tener esa obligación de ir a entrenar fue muy extraño, estuve dos o tres meses como un poco perdido.
”¿Salgo o no salgo? Bueno, sí, pues si no estoy obligado, ¿para qué? Si está lloviendo, ¿para qué voy a salir? Todo eso me lo cuestionaba. Entonces es como una transición que no es tan fácil al principio.
”Pero uno termina de nuevo otra vez, metiéndose en algún tipo de carrera, porque al final, la bicicleta para mí es un modo de vida; para mí es algo que me ha dado todo. Si no fuera por el ciclismo no tendría a mis hijitas Gretta y Abril; no tendría a mi esposa Laura Segú, ni la experiencia que viví. Las cositas, entonces, lo tengo como un pilar en mi vida”.
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- Su retiro del ciclismo profesional corresponde en parte a una recomendación de sus cardiólogos. ¿Cómo está su corazón?
- Bien, yo digo, que bien. La gente cree que era que no podía tocar la bicicleta, pero por recomendación es que puedo seguir en el ciclismo. Es muy diferente, un ejemplo, un Tour de Francia, o un Giro de Italia, donde si al día tres o cuatro me enfermo, yo estoy casi que en mi obligación, por lo menos personal, y el equipo más o menos, de seguir. Y de poder darle vuelta a ese refriado, a ese virus, o lo que sea. Es muy diferente ahora.
”Yo voy ahora a una carrera, y si estoy resfriado, me quedo en la casa tranquilo, no tengo ningún problema. Si hace un montón de frío o de lluvia, ya no tengo que hacer esos kilometrajes de antes, ni veintiún días. Cambia mucho, ahora yo hago el ciclismo a manera de salud, por deporte y por disfrutar. Y las exigencias que hago son muy controladas, de lo que yo sé que están a mi alcance. Tampoco voy a hacer un esfuerzo sobrehumano”.
- Hace años cuando usted decidió irse a Europa, Albin Brenes estaba preocupado porque consideraba que Costa Rica perdía al mejor ciclista de montaña que tenía, porque estaba renunciando a eso por la ruta. ¿Tenía algo de razón de él?
- Sí, yo creo que sí. De hecho yo estaba 100% de eso. El mountain bike (ciclismo de montaña o MTB) siempre fue la modalidad del ciclismo que más me gustó; la que mejor se me daba, en la que tenía muchísima más facilidad. Puedo decir que era donde la carrera que hacía la ganaba. Tenía la seguridad de que la iba a ganar, contra los Sub-23, o élites.
”En ruta no era así, porque era un corredor que a veces podía ganar, pero había gente más talentosa. Sin embargo, entró la otra parte, porque como me aconsejaron: ‘El tren pasa una vez, no dos’.
”Entonces, la oportunidad que yo tuve en ese momento fue la del ciclismo de ruta. No estaba yo para decirle no a ir a España, pensando que yo era muy bueno en el ciclismo de montaña y quedarme esperando a ver qué pasaba”.
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- No tenía mucho que pensar...
- No, se me presentó esa oportunidad en el ciclismo de ruta, y no la desaproveché. Fui para allá y no sabía a lo que me iba a afrontar. Probablemente en un año me podía ir mal, que era lo que a veces yo hasta pensaba, y me decía a mí mismo si las cosas no salen bien, vuelvo otra vez, con el ciclismo de montaña, y sigo estudiando también. Inclusive en el primer año estuve a punto de regresarme.
”Probablemente, yo sé que Albin Brenes me hubiera vuelto a abrir las puertas, porque es una grandísima persona, y hubiera seguido todo normal. Tal vez fue por cuál era la oportunidad de ese momento, que era irme a España. A mí me dijeron, y yo dije sí. Y no sabía ni a dónde iba. De hecho, gracias a Dios me fui con el Lizarte al ciclismo amateur, con Manolo Azcona, que en paz descanse.
”Para mí fue como un segundo padre, hasta hace un año que me fui de allá. Entonces, lo que son las vueltas de la vida, como se dice, no sabemos lo que nos depara”.
- ¿Pero sí le quedó el gusanillo del MTB, porque ya fue al Arenal Epic que lo ganó y ahora va para la Titan Desert en Marruecos?
- Siempre ha sido una modalidad en la que he me sentido muy cómodo. A veces el ciclista de ruta agarra una bicicleta de montaña, y es un ciclista muy tieso; no le gusta, no se siente cómodo. Yo cuando agarro una bicicleta de ciclismo de montaña me siento cómodo, libre, feliz. Y sí es cierto, a mí siempre el MTB me gustó más.
”De hecho que cuando yo me fui para el ciclismo de ruta, como que no cogía el ciclismo de montaña de alguna manera, como que cuando a uno le gusta mucho algo, no lo coge. No sé, le tenía como un recelo. Desde mi última Ruta de los Conquistadores en 2006, la primera vez que volví a coger una bicicleta de montaña fue ahora. Por 20 años no toqué una bicicleta de montaña”.
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- ¿Cómo se da esto de ir a la Titan Desert?
- Me contacta KH7 por medio de mi cuñado, Santiago Segú, que tiene una tienda y que también fue ciclista. Él me cuenta que KH7 quiere reunirse. Entonces me dan esta posibilidad de ir a correr la Titan Desert, pero justo me tenían que operar del pie. Estamos hablando que me operaron casi para Navidad, el 17 o 18 de diciembre.
”Me dijeron que tranquilo, que fuera a aprender, que probablemente dentro de un año sí les gustaría ir a pelear la carrera conmigo. Entonces yo les digo: ‘¡Vamos!’. Empecé a entrenar así de lleno el 1.° de febrero, que tenía tres meses para prepararme y me hice un poquito ahí mi esquema.
”Al final siempre somos competitivos, y nos entra ese gusanillo de querer ir a hacerlo bien, y no he parado de entrenar. He estado ya entrenando bastante, y fui a hacer la Arenal Epic. Primero el reconocimiento, y decidí correrla, fuera la posición que fuera. Iba a hacer la ruta de 90 kilómetros, la mediana, pero me decidí por la grande. Ahí estuvimos, y terminamos ganando.
- ¿Y cómo es esta prueba en Marruecos?
- Esta es una prueba diferente, no todo es físico. Es una aventura, yo nunca la he corrido, no era como antes, que yo voy a un Giro, a un Tour, o una Vuelta y ya sabía a lo que iba. Probablemente, la primera vez que yo fui eran solo dudas también, y ahora que voy, lo que he hecho es estar preguntando a los que han ido.
”Entra la parte física, pero me dicen que agarre el GPS de navegación y que lo familiarice muy bien, porque allá es navegación también, que es salida, y hay dos o tres puntos que estamos obligados a tocarlos. Y que hay una recomendación de la organización de cuál es la ruta, que la que sí o sí, en la de navegación es la más sencilla, pero, digamos que son 100 kilómetros.
”Puede haber un recorte que pueda ser de 5 kilómetros, en 3 kilómetros se puede ir muy bien y en 2 kilómetros que sean piedras que haya que bajarse y más bien se termina perdiendo más tiempo.
”Entonces, ahí es donde entra la estrategia, que KH7 tiene un gran grupo en ese aspecto. Es un grupo que tiene mucha experiencia en ese tipo de carreras de aventura, tanto del ciclismo como de las motos. Eso da un poquito entre comillas de tranquilidad, de que el mapero, como ellos le dicen, tiene muchísima experiencia, y hay que confiar”.
- ¿Y el post-carrera?
- No es que termina ahí, como una carrera donde la gente está acostumbrada que hay aire acondicionado, vamos al hotel, la alimentación del cocinero, del chef... Ahí es terminar, bañarse en condiciones todos llenos de arena, y luego dormir en un tipo de tiendas de campaña, que se comparten. Usted no sabe a veces quién le toca a la par y la recomendación es llevar tapones para los oídos, por si le toca alguien que ronca.
”Se vuelve como un poquito al aire libre, a un punto que hay otra etapa, que se llama la maratón, que es una etapa que usted con lo que sale es con lo que usted va a tener en la llegada. O sea, si usted sale sin nada, muy bien, sale sin peso, pero en la llegada usted no tiene para dormir, entonces duerme en arena.
”Son cositas de estrategia, de supervivencia, y también que el desgaste no solamente es el ciclismo físico, digamos, de la carrera, sino también el post, que los descansos no son los mejores. Usted no duerme en un súper colchón, es un colchoncito apenas para decir que no duerme en la arena”.
- ¿Es en parejas que se corre?
- No, hay esa modalidad. En este caso, nosotros vamos en individual. Yo voy en individual.
- ¿Pero sí es un equipo?
Somos un equipo, KH7. De hecho que yo voy con Josep Betalú, que tiene mucha experiencia y le va contando a uno cositas, como el tipo de presión que se tiene que llevar. Porque para uno todo es nuevo, y uno no sabe qué tipo de presión hay que llevar en arena, cositas así.