El gobierno de Rodrigo Chaves atrasó la construcción del nuevo hospital de Cartago, durante gran parte de su administración, alegando falta de financiamiento y supuestas condiciones inadecuadas del terreno, en El Guarco, donde finalmente se construirá el nuevo centro hospitalario. En una ocasión, el propio mandatario hasta utilizó documentos equivocados para exigir un cambio de sitio.
El vaivén comenzó en marzo de 2023, cuando la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) suspendió la construcción de nuevos centros de salud y la adquisición de nuevas propiedades, bajo el argumento de que era necesario garantizar la sostenibilidad financiera de la institución.
Dentro de esa lista de obras paralizadas se encontraba el nuevo hospital Max Peralta de Cartago. Sin embargo, un mes después, en abril de 2023, la CCSS acordó continuar con el proyecto, luego de que la Sala Constitucional acogió un recurso de amparo presentado por los alcaldes de Cartago.

‘Problemas con el terreno’
El 17 de mayo de 2023, Rodrigo Chaves volvió a dejar el proyecto en el aire, al informar sobre supuestas irregularidades en torno al terreno.
“Este (anuncio) duele. Todos duelen, pero este duele mucho”, expresó Chaves. De seguido, Marta Esquivel, la entonces presidenta de la CCSS y actual candidata a diputada por Pueblo Soberano, argumentó que dentro de los estudios técnicos del proyecto “no se verificaron ni la factibilidad ni capacidad de suelo”.
Sin embargo, la Caja desmintió los argumentos. “De los múltiples y detallados estudios técnicos que se han realizado al terreno, ninguno establece que no pueda ser utilizado para la construcción del hospital”, señaló el documento firmado por el ingeniero Jorge Granados Soto, gerente de Infraestructura de la Caja.
No obstante, el 24 de mayo de 2023, el presidente anunció que se iba a preparar una licitación pública para la compra de otro terreno. El mandatario admitió que esto atrasaría aún más la construcción. “No vamos a mentirle al pueblo de Cartago. La licitación (del primer terreno) se llevó en promedio 10 años”, manifestó.

Chaves retrasó obra con papeles equivocados
Un día después, se constató que la decisión de Chaves se basaba en documentos equivocados sobre otro terreno, ubicado en El Fierro de Cartago, el cual ya había sido descartado por la Caja.
El presidente citó criterios del 23 de junio y 8 de julio del 2008 (DAI 1421 y GIT-23484) y leyó parte de sus conclusiones. No obstante, ambos oficios de la CCSS se referían a un proyecto de ley de donación de un terreno del Ministerio de Justicia y Paz, ubicado en el Fierro de Cartago.
Esa finca de 47.499 metros cuadrados, de matrícula 3-007065-000, es distinta a la que la Caja Costarricense de Seguro Social adquirió para levantar la nueva sede del Hospital Max Peralta.
La propiedad que adquirió la institución en el 2011 para el nuevo edificio es de 118.883 metros cuadrados, valorada en ¢1.595 millones, y se encuentra ubicada en Coris, en el cantón de El Guarco.
Trabas a constructoras
Después de meses de intensas discusiones al respecto, la Junta Directiva de la Caja acordó, el 22 de mayo, adjudicar la construcción a la empresa mexicana Promotora y Desarrolladora Mexicana de Infraestructuras S. A. de C. V.
La adjudicación se aprobó con el voto de seis de los nueve miembros del máximo órgano de la Caja presentes en la sesión extraordinaria. Votaron en contra tres representantes estatales: la presidenta ejecutiva Marta Esquivel Rodríguez, María Isabel Camareno Camareno y Jorge Porras López.
Incluso, el Poder Ejecutivo presentó una moción para declarar desierta la licitación. Los representantes estatales pretendían dar tres meses de tiempo para presentar una nueva propuesta con cinco terrenos que ya estaban vistos para construir el nuevo Max Peralta y para la precalificación de las empresas.
Esquivel presentó un documento del Ministerio de Salud que reiteraba la inviabilidad del lote de El Guarco, a criterio del Poder Ejecutivo.
Cinco meses después, en setiembre de 2024, la empresa mexicana se retiró del proyecto al esgrimir fluctuaciones en el tipo de cambio del dólar y criterios encontrados entre la Caja y el Ministerio de Salud sobre la conveniencia de construir el hospital en el terreno de El Guarco. “El Ministerio de Salud dijo que el terreno no es apto para un hospital seguro. Hay claras desavenencias entre instituciones del Estado costarricense”, explicó la empresa.
Al final, después de estiras y encoges, en marzo del 2025, la Junta de Adquisiciones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) readjudicó la construcción del nuevo Hospital de Cartago a la empresa Van der Laat y Jiménez, que había presentado la segunda mejor oferta calificada.
Sin embargo, Chaves recriminó a los representantes de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) por no oponerse a la posible adjudicación. Incluso, anunció un proyecto de ley para sacar a la organización empresarial de las directivas de instituciones públicas.
Luz verde al hospital
No obstante, el pasado 11 de setiembre la Contraloría General de la República (CGR) dio luz verde a la construcción del nuevo Hospital de Cartago. La institución refrendó el contrato entre la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y la compañía constructora Van Der Laat y Jiménez S.A. por $394,9 millones (¢198.299 millones, aproximadamente) más $4 millones (¢2.008 millones), para trabajos de contingencia.
Luego de analizarlo con la información pertinente, la CGR confirmó que la CCSS sí contaba con nuevas fuentes de financiamiento para la adjudicación de la oferta. Además, se verificaron los estudios legales, técnicos y de razonabilidad del precio, que refieren al cumplimiento de los requisitos por parte de la empresa.
Ahora le corresponde a la CCSS emitir la orden de inicio del proyecto y ejecutar la obra bajo su entera responsabilidad, según términos acordados en dicho contrato.
Actualmente, el hospital de Cartago tiene 16 órdenes sanitarias y 10 servicios con infraestructura crítica.
El nuevo centro médico tendrá 334 camas (expandible a 457), diez quirófanos, un bloque ginecoobstétrico, salas de reanimación, servicio de diagnóstico por imágenes, y consulta externa con todas las especialidades. Se prevé que la construcción durará cinco años.
