El diputado y fundador del Partido Liberal Progresista (PLP), Eliécer Feinzaig, dejó este domingo la presidencia de esa agrupación política tras no postularse para un nuevo periodo y vencerse el plazo de su mandato.
Con esto, Feinzaig cede las riendas del partido en medio de un proceso de renovación interna exigido por el cronograma electoral, que obliga a tener estructuras actualizadas antes del 31 de julio, de cara a las elecciones nacionales de 2026. Su salida de esa posición, además, sobrevino luego de fracturas internas en la agrupación.
La nueva presidenta del PLP es la economista Cati Phillips, miembro de la Asamblea Nacional desde 2017, quien fue electa este domingo durante la sesión de ese órgano partidario. Phillips asumirá formalmente el cargo el próximo 7 de octubre y estará en funciones hasta 2029.
El nuevo Comité Ejecutivo Nacional quedó conformado de la siguiente manera:
- Presidenta: Cati Phillips
- Secretario General: Gilberto Campos (diputado)
- Tesorero: Luis Villafuerte
- Vicepresidente: José Andrés Solano
- Vocal: Gretel Mayorga
- Secretario Adjunto: Adrián Alonso Urbina
- Tesorera Suplente: Cristina Jiménez
- Vocal Suplente: María Fernanda Solano
La renovación de las estructuras internas incluyó 84 asambleas cantonales y 7 provinciales.
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Cierre de ciclo marcado por la fractura interna
Feinzaig, quien encabezó la papeleta presidencial del PLP en 2022 y se perfila como eventual candidato para 2026, deja el partido en un momento complejo.
Durante su gestión, el partido perdió a cuatro de los seis diputados con los que llegó al Congreso y enfrentó renuncias masivas dentro de sus estructuras.
La primera diputada en abandonar la fracción fue Kattia Cambronero, seguida por Johana Obando, Cynthia Córdoba y, finalmente, Luis Diego Vargas, quien ahora es candidato a la segunda vicepresidencia por el Partido Unidos Podemos.
A estas salidas se sumó la dimisión de una docena de asambleístas nacionales en enero pasado, así como la renuncia de la entonces tesorera, Laura Álvarez.
Estas figuras alegaron descontento con el estilo de liderazgo de Feinzaig, a quien acusaron de ejercer un control centralizado y restringir los espacios para liderazgos alternativos dentro del partido.
En una carta enviada a la Asamblea Nacional del PLP, los renunciantes afirmaron que “todas las decisiones deben pasar por él, volviendo el partido burocrático, ineficiente y restringiendo el espacio a liderazgos alternativos. Se ha normalizado la concentración de poder durante los últimos tres años”.
El PLP irrumpió con fuerza en las elecciones de 2022, colocándose en la cuarta posición presidencial y logrando seis curules legislativas.
