
Arnoldo André Tinoco, canciller de Costa Rica, advirtió este miércoles de que el riesgo de un conflicto nuclear es el más alto en décadas, por lo que llamó a la comunidad internacional a erradicar estos arsenales.
Así lo dijo durante su discurso ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Las armas nucleares vuelven a ser consideradas por sus poseedores como un centro de las estrategias de seguridad nacional y están siendo esgrimidas como herramientas de coerción”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores.
El jefe de la diplomacia costarricense destacó que cualquier detonación nuclear, ya sea intencional o accidental, tendría consecuencias humanitarias y ambientales irreversibles. “No hay respuesta humanitaria posible, no hay margen posible”, recalcó.
Señaló que la garantía efectiva contra los riesgos de las armas nucleares “es su eliminación completa, verificable e irreversible”.
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André alertó de que el mundo transita por un contexto en el que la confianza entre los Estados se erosiona, las divisiones geopolíticas se amplían y “la sombra del empleo de armas nucleares se cierne, una vez más”.
Énfasis en ayuda humanitaria
El jerarca costarricense también cuestionó que los países estén incrementando el gasto en defensa militar, en lugar de invertir en ayuda humanitaria, especialmente cuando el mundo atraviesa varias crisis en distintas regiones.
“Detrás de cada dólar destinado a todas las armas, observamos una opción política que privilegia la fuerza sobre el diálogo, que debilita la confianza en las instituciones multilaterales y que contradice el espíritu de la Carta (de la ONU)”, subrayó.
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Destacó los casos de Sudán, Gaza y Ucrania, como claros ejemplos de países en los que la ayuda humanitaria es urgente. Mencionó que 300 millones de personas necesitan de este apoyo, pero solo 190 millones la recibirán; el resto tendrá que esperar, “si la vida les concede tiempo”.
André agregó que no es que falten los recursos, sino que se carece de voluntad. En su criterio, los medios existen, pero las prioridades son otras. No obstante, indicó que “la asistencia humanitaria es la cuenta que pagamos por no haber prevenido a tiempo”.
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El canciller enfatizó en que la seguridad humanitaria requiere una respuesta multidimensional y coordinación internacional, con intercambio de información en tiempo real, marcos normativos armonizados y fortalecimiento de capacidades institucionales, para preservar la estabilidad y proteger a los pueblos más vulnerables.
Dijo que Costa Rica observa con preocupación cómo las crisis alimentan el poder del narcotráfico y del crimen organizado, que explotan los vacíos institucionales y operan sin fronteras, ante la ausencia de coordinación multilateral efectiva.
Aludió a Venezuela, Nicaragua y Haití, como ejemplos de las consecuencias de llegar tarde. “Pudimos evitar la violación reiterada de derechos humanos y el éxodo de millones de personas que hoy buscan refugio y otras formas de protección internacional, y no lo hicimos”, aseguró.
Riesgos de inteligencia artificial
También se refirió a los peligros de la inteligencia artificial. Si bien dijo que esta tecnología puede optimizar recursos, acelerar la investigación médica y democratizar el acceso al conocimiento, también conlleva riesgos para la paz y la seguridad internacional.
Puede generar desinformación masiva y habilitar ciberataques que paralicen infraestructuras críticas. Especialmente, expresó preocupación por el uso de los sistemas de armas autónomos, ya que, en su criterio, “desafían nuestra capacidad de mantener el control humano, sobre decisiones de vida y muerte, mientras la automatización avanza sin marcos regulatorios adecuados. Establecer dichas regulaciones es urgente, y el tiempo se agota”.
Indicó que es necesario concluir, antes del año 2026, un instrumento jurídicamente vinculante que establezca prohibiciones y regulaciones para los sistemas de armas autónomos que puedan identificar, seleccionar y atacar blancos sin control humano significativo.
“Ningún algoritmo debe tomar decisiones de vida o muerte”, recalcó.
Triple crisis planetaria
El ministro también abordó la triple crisis planetaria. “El mar sube, el océano se acidifica y millones se verán obligados a migrar”, argumentó.
Declaró que Costa Rica ha experimentado huracanes devastadores, sequías que afectan a agricultores y fuentes de energía, así como pérdidas económicas millonarias. Por ello, el canciller llamó a la comunidad internacional a actuar de manera coordinada y preventiva.
