
La candidata presidencial del Partido Centro Democrático y Social (PCDS), Ana Virginia Calzada, cuestionó a la embajadora de Costa Rica en Estados Unidos, Catalina Crespo, por afirmar que había sido convocada al Congreso de Estados Unidos para hablar del proceso de levantamiento de la inmunidad del presidente Rodrigo Chaves.
Crespo en realidad fue llamada a una reunión privada con el congresista republicano afín a Donald Trump, Mario Díaz-Balart.
“Elevar una gestión administrativa al rango de conflicto diplomático o fiscalización legislativa denota, en el mejor de los casos, desconocimiento de los procesos internacionales; y en el peor, una intención de manipular la opinión pública”, dijo Calzada.
Agregó que la política exterior de Costa Rica “es la primera línea de defensa de la soberanía y la imagen país” y que “no puede gestionarse con ligereza ni inexactitudes. Costa Rica requiere rigor, verdad y competencia técnica”, dijo la exmagistrada de la Sala Constitucional.
“No más shows. Recuperemos el respeto internacional con la verdad por delante”, concluyó Calzada.
Congresista le baja el tono
Este viernes, el congresista estadounidense, Díaz-Balart, le bajó el tono a las críticas contra Costa Rica por el proceso para levantar la inmunidad de Chaves.
En su primer mensaje, el jueves anterior, Díaz-Balart dijo que había solicitado una reunión informativa a la embajadora costarricense para saber de primera mano lo que ocurría. En consonancia con el discurso del mandatario Rodrigo Chaves, Díaz-Balart había dicho estar preocupado por la posibilidad de que se removiera al presidente de Costa Rica mediante “mecanismos ambiguos”.
Este viernes, después de la reunión, el congresista republicano cambió el tono.
No mencionó el proceso de levantamiento de inmunidad contra Chaves y destacó que la reunión fue “positiva”, además de que ambos países tienen una “relación estrecha y duradera”.
