EscucharUn nuevo intento del gobierno para que se discuta en el plenario el futuro del plan de vuelos baratos entre Costa Rica y Centroamérica topó con pared este lunes, cuando 11 diputados votaron en contra de que se ampliara la primera parte de la sesión para poner ese tema sobre la mesa.
Con una pobre asistencia de legisladores en el plenario y con la necesidad de que hubiera 38 votos afirmativos para extender la sesión y poder entrarle al proyecto sobre vuelos baratos, la petición de la jefa oficialista, Pilar Cisneros, no tuvo el apoyo suficiente.
De hecho, solamente había 41 congresistas presentes, y de ellos, no todos estaban de acuerdo en tomar una decisión sobre el veto de Rodrigo Chaves.
El plenario debe decidir si acoge el veto y archiva el proyecto de Eliécer Feinzaig sobre tiquetes aéreos de bajo costo, o resella la iniciativa y envía la iniciativa de ley a su publicación y entrada en vigencia.
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Para resellar, se necesitan también 38 votos. Cisneros asegura que la oposición no los tiene, por lo que los proponentes de la iniciativa prefieren evitar esa discusión que podría sepultar definitivamente el proyecto.
Los 11 votos en contra fueron seis de los partidos Liberación Nacional (PLN), una de la Unidad Social Cristiana (PUSC), los dos del Liberal Progresista (PLP) y dos independientes.
A favor de entrar en la discusión estuvieron 30 legisladores de cinco agrupaciones políticas e independientes.
Previo a que se votara la moción que habría permitido discutir sobre el asunto, Cisneros hizo un llamado a los congresistas para “debatir de una vez por todas el veto o resello sobre vuelos baratos”.
“En un entorno internacional tan difícil, donde la actividad turística mundial, no solo la de Costa Rica, está en serios problemas, no podemos permitirnos el lujo de poner en mayor peligro a la industria número uno del país”, dijo Cisneros.
La iniciativa de Eliécer Feinzaig busca establecer el costo de los tiquetes aéreos entre Costa Rica y Centroamérica en $100, ida y vuelta, y a la mitad si es solo en un sentido.
Para viajar a República Dominicana, se fijaría el costo en $120 ida y vuelta, y la mitad para viajar en un solo sentido.
El veto presidencial se dio porque el mandatario Rodrigo Chaves considera que abaratar el costo de los viajes hacia los países de la región generaría un fuerte golpe en el turismo local.
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Con este, ya el Poder Ejecutivo lleva tres intentos de sepultar el proyecto de forma definitiva. El primero se dio a inicios de mayo, cuando limpió la agenda de proyectos y solo dejó el de vuelos baratos, pero una norma reglamentaria que obliga a discutir ese veto antes de las 4 p. m., en la primera parte del plenario, impidió el avance.
Lo mismo pasó el jueves pasado, cuando Rodrigo Chaves vació la agenda para forzar a la discusión sobre los tiquetes, pero una contrajugada de la oposición mantuvo vivo el proyecto por unos días más.
Con la gestión de este lunes, queda en evidencia que el gobierno seguirá intentando matar el proyecto de Feinzaig, hasta que la matemática legislativa se lo permita, es decir, hasta que logre los votos necesarios para entrar en la discusión.
