
En los últimos años, se ha generado una expectativa considerable sobre las posibilidades que traería el despliegue del servicio móvil 5G. Se habla insistentemente del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), vehículos autónomos, cirugías remotas, ciudades inteligentes y experiencias de realidad aumentada. Sin embargo, conviene hacer una pausa y preguntarnos: ¿cuáles de estas promesas son aplicables a la realidad costarricense a corto y mediano plazo?
El IoT, por ejemplo, requiere más que una red 5G activa. Para que los sensores industriales, agrícolas o domésticos funcionen de forma masiva, se necesita un ecosistema maduro: dispositivos compatibles, una infraestructura energética confiable, plataformas de gestión de datos, así como regulaciones específicas de ciberseguridad y privacidad. Costa Rica aún está en proceso de construir ese ecosistema.
Otro punto crucial es el espectro radioeléctrico. Para que el 5G funcione eficientemente, se requiere una asignación suficiente, oportuna y organizada del espectro, lo cual depende en gran medida de las decisiones regulatorias del Estado. Sin este insumo esencial, los operadores difícilmente podrán ofrecer velocidades o latencias cercanas a las que se promocionan.
Tampoco podemos olvidar que una red 5G masiva exige una alta densidad de estaciones base –especialmente en zonas urbanas–, lo que implica mayores costos de despliegue, coordinación con gobiernos locales y acuerdos sobre infraestructura pasiva. ¿Está el país preparado para esto? ¿Existe claridad sobre los modelos de inversión y retorno?
No se trata de desestimar el valor del 5G, sino de establecer expectativas realistas y priorizar las aplicaciones que realmente aporten valor a nuestro entorno productivo, como la telemedicina rural, el monitoreo ambiental o la digitalización de procesos industriales.
El debate sobre 5G debe dejar de girar en torno a eslóganes futuristas y pasar a una discusión técnica, regulatoria y estratégica aterrizada a nuestras capacidades, limitaciones y prioridades como país.
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Guillermo Rivero González es ingeniero en Telecomunicaciones.