Hace unos años, profesionales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) plantearon que el ejercicio y la actividad física deberían prescribirse como parte del tratamiento para el abordaje de ciertos padecimientos crónicos. No sé qué rumbo tomó aquella propuesta; sin embargo, no es nada descabellada y más bien es una medida urgente que debe adoptar nuestro sistema de salud, en virtud del incremento de padecimientos cardiovasculares, cáncer, diabetes mellitus, hipertensión, obesidad mórbida, sobrepeso… que existen en el territorio nacional.
Si bien los médicos recomiendan el ejercicio y la actividad física en algunas ocasiones, esta sugerencia no tiene el peso ni la fuerza que posee la prescripción farmacológica, pese a que cada vez existen mayores evidencias científicas sobre su importancia.
Es aquí donde las instituciones deben realizar alianzas para que, en todos los barrios, distritos y cantones del país, sus residentes dispongan de sitios seguros donde puedan caminar, andar en bicicleta, nadar o simplemente moverse. Las municipalidades y los consejos de deportes deben poner a la disposición de las instituciones de salud los distintos programas para que se sepa adónde acudir a ejercitarse.
Los ayuntamientos tienen que vigilar que las aceras estén en buen estado y puedan usarse para realizar caminatas seguras; lamentablemente, en muchos lugares las aceras se hallan en pésimo estado y más bien representan un gran peligro de caídas para la población, especialmente para aquella que supera los 60 años o que requiere algún dispositivo para movilizarse.
Los parques de las comunidades deben ser retomados para que grandes y chicos puedan jugar, caminar, realizar estiramientos, sentadillas… Y ser provistos de máquinas para que se incrementen las posibilidades de moverse. En esta tarea, las asociaciones de desarrollo comunal de las diferentes comunidades deben tener un papel protagónico, financiar y promover diversas actividades mediante las cuales la gente tenga cómo recrearse, divertirse y ejercitarse en forma saludable.
Los beneficios del ejercicio son múltiples:
- Aumenta el volumen de las dos áreas cerebrales más importantes para la memoria: el hipocampo y el córtex prefrontal.
- Ayuda a proteger las células cerebrales y estimula el crecimiento de vasos sanguíneos en el cerebro: cuantos más vasos lleven oxígeno al cerebro (el principal consumidor de oxígeno del cuerpo), mayor será el volumen del hipocampo y el córtex prefrontal y mejor funcionará la memoria.
- Hace crecer nuevas neuronas en el hipocampo. Las investigaciones sugieren que el factor de crecimiento BDNF (brain-derived neurotrophic factor), una proteína que se activa durante el ejercicio aeróbico, puede ser en parte responsable del nacimiento de neuronas, las cuales se integran más velozmente en los circuitos del hipocampo que las neuronas existentes, lo que mejora el recuerdo.
- La actividad aeróbica moderada y de alta intensidad también reduce la concentración de placas beta-amiloides y ovillos, que pueden conducir a la demencia.
Un estudio publicado en Neurology midió la aptitud cardiovascular de las mujeres suecas en la mediana edad y, como parte de sus hallazgos, se identificó que después de los 44 años, aquellas que estaban muy en forma en la mediana edad evitaron la demencia nueve años más que aquellas con baja aptitud cardiovascular.
Otro estudio publicado en la revista Nature Medicine encontró un vínculo entre la producción de la hormona irisina y el ejercicio y, coincidentemente, en una revisión de cerebros humanos, se halló que las personas fallecidas por alzheimer prácticamente no tenían irisina.
La doctora Gabrielle Lyon, en su libro Siempre Fuerte le da gran importancia a la actividad física, pues asegura que puede potenciar el tratamiento al aumentar la densidad de los linfocitos T e inducir a una respuesta antiinflamatoria que ayuda a regular la salud inmunológica.
La autora es del criterio de que el ejercicio tiene un efecto positivo en el desarrollo cognitivo, la socialización, la reducción del estrés y la sensación general de bienestar mental.
El ejercicio y la actividad física son prácticas que deben ser parte de la rutina diaria de personas de todas las edades. Solo así la población podrá ser más saludable, más plena y más activa.
Por ello, la idea de prescribir el ejercicio como parte del tratamiento no es una idea descabellada, todo lo contrario, sería una medida inteligente.
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María Isabel Solís Ramírez es periodista y salubrista.
