Editorial

Editorial: Estallidos de rebelión en Cuba

El ahogo económico, social, sanitario y político generó una ola de protestas espontáneas y masivas. Lejos de buscar soluciones, el régimen ha respondido con represión y mentiras.

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La mañana del pasado domingo la chispa se prendió en San Antonio de los Baños, al suroeste de La Habana. Centenares de habitantes se lanzaron a la calle para protestar por los interminables apagones eléctricos; la falta de alimentos, medicinas y combustible; por la virulencia con que están creciendo los contagios y muertes por covid-19; y por la incapacidad de las autoridades para hacer frente a la crisis. En esas tempranas horas parecía, o al menos así supuso el régimen, que sería un brote fácilmente controlable. Incluso, la cabeza de la dictadura cubana, Miguel Díaz-Canel, presidente del Gobierno y primer secretario del Partido Comunista, se trasladó a esa pequeña ciudad con el fin de aplacar la cólera popular. Pero se equivocó totalmente. Ya era demasiado tarde, y demasiado poco.








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