En este asunto, cuesta distinguir si los hechos ocurrieron de forma premeditada o por infortunio.
Cada quien tendrá su opinión sobre la conveniencia de que Costa Rica tenga relaciones diplomáticas con China o con Taiwán, pero lo sucedido con el viaje de cinco funcionarios de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS) a Taipéi dejó mal parado al gobierno costarricense, al grado de que el canciller, Arnoldo André Tinoco, debió salir a declarar públicamente que se trató de un hecho inapropiado, el 9 de julio, ante el Congreso.
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El asunto no se quedó ahí. El canciller agregó que, con instrucciones del presidente Rodrigo Chaves, les recordaba a todos los jerarcas públicos que la relación de Costa Rica con Pekín implica reconocer el principio de una sola China.
Con esas palabras, el ministro procuró reparar el agravio diplomático que significó, para el gigante asiático, el viaje de funcionarios de la DIS a Taiwán para entrenamientos sobre resguardo de la seguridad nacional.
Pareciera que el gobierno costarricense se impuso un límite y no quiere deteriorar más la relación con China, con la cual esta administración ha sostenido fuertes tensiones por la exclusión de las empresas chinas de la tecnología 5G en Costa Rica, al tiempo que la embajada asiática asegura que Estados Unidos utiliza el retiro de visas para presionar a costarricenses contra su país.
Altos funcionarios del gobierno incluso han acusado a Pekín de habilitar a sus compañías para realizar acciones de espionaje en otros países. Sin embargo, nada de eso irritó tanto a China como lo de Taiwán.
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El 13 de junio, La Nación dio a conocer que el Gobierno de Costa Rica envió a cinco funcionarios de la DIS a una capacitación de seguridad nacional en Taiwán durante 23 días, un tema sensible.
Aunque los funcionarios publicaron fotografías del viaje hasta en sus redes sociales y la DIS está adscrita al Ministerio de la Presidencia, el canciller ahora alega que desconocía el hecho y afirma que le comunicó al director de Inteligencia y Seguridad, Jorge Torres, que no se pueden aceptar nuevos contactos de ese tipo.
Por ello, no queda claro si lo sucedido se trató de una provocación, de un verdadero acercamiento con Taiwán o, simplemente, de una infortunada descoordinación.

