A consecuencia de la pandemia, las cadenas globales de valor sufren una gran transformación. La tendencia de las empresas multinacionales a dispersar su producción alrededor del mundo (offshoring), en una búsqueda desaforada por el costo más bajo posible, está siendo cuestionada.
Algunos países han puesto cortapisas a la exportación de productos sensibles. Las restricciones a vuelos de pasajeros encareció notoriamente el transporte de mercancías por vía aérea. No han sido pocas las interrupciones en el transporte de mercancías entre países, como la que está sucediendo en nuestras fronteras.
En respuesta a tales circunstancias, las multinacionales cambiarán la manera de hacer negocios. Se prevé que le darán más valor a los factores cualitativos que a los números fríos.
Las empresas estarán dispuestas a sacrificar algo de costo, con tal de obtener más seguridad de abastecimiento o de tener una relación de mayor confianza con sus proveedores.
Muchas empresas tratarán de reubicar sus plantas de producción de vuelta al país de origen (onshoring). Eso representa una amenaza para Costa Rica, que ha sido exitosa en atraer inversión aprovechando el offshoring.
Sin embargo, dado que llevar de vuelta toda la producción a Estados Unidos, Europa o Japón sería muy caro, ciertas empresas optarán por el nearshoring, que es seguir produciendo una parte del producto fuera del territorio nacional, pero más cerca del principal mercado de venta.
En ese punto, es donde Costa Rica podría sacar ventaja. No somos el país más barato del mundo, pero la cercanía a grandes mercados, la seguridad jurídica y la eficiencia de nuestros técnicos y profesionales compensan algo del alto costo.
Si a eso le agregamos que el costarricense tiende a tratar bien al extranjero, a cuidar la naturaleza y que durante la pandemia la mortalidad ha sido muy baja, puede decirse que hay buen ambiente para que los extranjeros hagan negocios aquí.
Para sacar provecho a los cambios en las cadenas globales de valor, Costa Rica debe mantener ese ambiente positivo para los inversionistas.
Sería aún más provechoso si fomenta la ampliación de las cadenas de valor a escala local, con una participación más amplia de proveedores nacionales. Además de dar más seguridad de abastecimiento a los exportadores, aumentaría el ingreso de los costarricenses.
El autor es economista.