La Unión Europea (UE) pone a disposición del Gobierno “poco más de €1.000 millones” para que en Costa Rica se materialice el proyecto de movilidad eléctrica, que suma años en borradores y planos que sufren cambios y que, según el bloque europeo, no da sus primeros pasos porque “no existe el dinero suficiente para ponerlo a caminar”.
Félix Fernández-Shaw, director para América Latina y el Caribe de la Comisión Europea, lo afirmó a La Nación un día antes de que una comitiva de 40 personas, entre representantes de marcas de autobuses y empresas relacionadas con el transporte eléctrico ferroviario y autobusero, se reuniera con representantes del gobierno para hacerles ver que “si el país tira, Europa empuja” con el proyecto.
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“Todo el mundo mira a ver quién paga el costo y la solución es que todos tenemos que pagar un poquito”, dijo Fernández-Shaw. Además, sostuvo que es importante enfatizar “que todos los componentes del proyecto deben ser europeos, en caso de que Costa Rica decida tomar la propuesta”.
El Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) explicó que optó por un proyecto de tren “ajustado” en el que estima una demanda de 100.000 pasajeros, lo que implicaría mejoras en el trazado central de San José entre las estaciones al Pacífico y al Atlántico, junto con extensiones hasta Paraíso de Cartago en la línea San José-Cartago y hasta Ojo de Agua en la actual línea San José-Belén. Esta última trabajaría con diésel.
La UE explica que su proyecto es ambicioso. Implica trenes y buses eléctricos, reciclaje de baterías y digitalización del servicio. Podría crear, prevé, 5.000 empleos.
-- ¿Qué tan concreto es el proyecto que propone la Unión Europea para que en Costa Rica se pueda poner a caminar un tren y autobuses eléctricos?
Llevamos un año hablando con diversos actores costarricenses y europeos. Han venido representantes de empresas de autobuses, de trenes, de energía y financiación para presentar al gobierno de Costa Rica una oferta europea en materia de movilidad que vincule la electrificación de autobuses con un tren.
”Nosotros hemos puesto sobre la mesa varias líneas de créditos provenientes del Banco Europeo, de Francia, de España, Alemania, que entre préstamos públicos y privados podrían superar los €1.000 millones de euros. También hicimos una oferta de financiamiento no reembolsable (€30 millones).
”Tenemos claro que hay un problema de financiación, el costo de cambiar los autobuses es una inversión importante. Al mismo tiempo sabemos que hay necesidad de formación profesional, de infraestructura, de asistencia técnica a los ministerios para gestionar los nuevos diseños de trenes, entre otros puntos”.
“La idea es que sea un trabajo integral pero paulatino, si se inicia con 200 autobuses, los siguientes 200 tienen que venir de camino en plazo corto y así sucesivamente crear una continuidad”.
— Félix Fernández-Shaw, director para América Latina y el Caribe de la Comisión Europea
-- En el país se llevan muchos años hablando de la posibilidad de tener un tren eléctrico, ¿por qué no se pasa de los planes a los hechos concretos?
El problema es que todo el mundo está mirando a ver quién paga el costo. Nosotros, por experiencia, le decimos al Gobierno de Costa Rica que la transición energética cuesta, pero que todos hemos decidido hacerlo. Ahora viene todo el mundo, como pasa en Europa, que el costo lo pague ‘Rita’, como dice el dicho. Todo el mundo está dando vueltas en el tema de quién lo pague, o que lo pague el otro. Nosotros lo que le decimos a Costa Rica es que somos conscientes de que existe un costo y que hay que pagarlo. Por lo tanto, para apoyarlos en estas decisiones estamos dispuestos a movilizar la parte política, la financiera y la parte industrial. Pero todos debemos pagar un poquito.
‘Lo barato puede salir caro’
-- Integrar autobuses con un tren que funcionen sin combustibles fósiles involucra tocar muchos intereses. ¿Creen que todos puedan ponerse de acuerdo para echar adelante el plan?
Pero lo primero que queremos ver es que esa parte del coste, el Gobierno, la Asamblea Legislativa, la parte pública, los operadores, el crédito público y que todos se pongan de acuerdo en esa solución. La idea es que la solución sea europea. Es decir, el material, los autobuses, los trenes son europeos. ¿Por qué? Porque lo que hemos propuesto es un proyecto de mediano plazo que no sea para comprar solo 50 o 100 autobuses, para esa cantidad es solo ir a comprar y listo.
”Pero si hablamos de 4.800 autobuses o una determinada cantidad, merece la pena invertir en Costa Rica. Hablamos de ensamblaje, repuestos y la cadena que eso amerita. Incluso en electromecánica”.
-- Cuando me dice que la solución sea europea, puedo interpretar que no aceptarían participación de empresas de capital chino. Le pregunto porque no se puede obviar que ellos pueden proveer insumos a precios más accesibles.
Yo me preocupo por lo de la Unión Europea. Todo el mundo tiene en mente que hay fabricantes que ofrecen precios muy buenos y se acabó. Ya no ofrecen más. Entonces sí, es más barato. Pero luego viene toda una problemática por detrás.
”Nosotros no solo ofrecemos el autobús, ofrecemos otras cosas más importantes. Si a lo mejor el problema es financiero, de repente Costa Rica opta por decir: Me parece bien lo vuestro pero como no lo puedo pagar, voy a pagar autobuses chinos que son más baratos”.
-- ¿Entonces la propuesta europea va más allá de autobuses o un tren a precios accesibles?
Nosotros ofrecemos un acompañamiento que va más allá de comprar autobuses o un tren. Ofrecemos acompañamientos en los sistemas de recargas, la conexión de autobuses con el tren y la generación de un sistema de movilidad integral. Es otra cosa.
”La idea es que el teléfono te indique horarios exactos en los que se debe salir de casa para llegar al aeropuerto, cuál número de autobús pasa por una línea, por ejemplo. Es todo un sistema de movilización digital y sostenible con el medio ambiente para Costa Rica”.
“Lo que queremos es que se repartan responsabilidades y luego éxitos. Al final será un trabajo de muchos sectores para que todo salga bien. Si Costa Rica tira, nosotros empujamos”.
— Félix Fernández-Shaw, director para América Latina y el Caribe de la Comisión Europea
-- El Gobierno actual redujo la capacidad de un eventual tren eléctrico en comparación con el proyecto de la Administración del expresidente Carlos Alvarado. ¿Conocen de estos cambios?
Nosotros, lo que hemos empezado a hablar con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) e Incofer es que tenemos que mirar ese plan para ver el por qué ha cambiado. Como todo en la vida, esos cambios son por una buena razón, pero esas buenas razones hay que mirarlas. Puede ser de costos, pueden ser por cambios de política, no me refiero a cambio político.
-- ¿No tienen los detalles?
Nosotros sí pensamos en que hay que ver el plan y las razones por las que se han tomado esas decisiones. No soy experto en trenes, pero de repente apuntan a un tren más pequeño, pero extensible. Entonces, habría que ver el por qué de los cambios.
-- ¿Podríamos decir que estas conversaciones están en una etapa inicial?
Estamos más que iniciales, diría yo. Estamos en una etapa en la que todos tenemos claro cuáles son los problemas y las soluciones. Creo que todos los involucrados saben esto. Entonces, nosotros le decimos al Gobierno: Si tú tiras yo empujo. Aquí tendríamos soluciones para estudiarlas, pero lo que queremos es hacerlas con todos los actores a la vez en el ámbito político, financiero e industrial.
”Político porque es una oferta de asociación entre la Unión Europea y Costa Rica para la descarbonización y desarrollo sostenible. La parte financiera involucra el ¿cuánto cuesta?, ¿quién lo pagará?, ¿quién garantiza?, ¿quién presta?
”Y la parte industrial para definir lo que se requiere, cantidad de unidades, especialistas de software, electricistas y mano de obra calificada. Además, nuestra política es que la mitad del personal sean mujeres, por ejemplo. Si llegamos a un acuerdo general, podríamos tener soluciones”.
-- A este Gobierno le restan dos años por delante. ¿Será posible que este proyecto camine antes de un cambio en el 2026?
Si el Gobierno y los diferentes actores se dan luz verde, yo diría que no tardaríamos mucho en echar a andar el proyecto. Todo el mundo sabe cuál es el problema y cuál es la solución. La solución es pagar todos un poquito. A Europa, porque le interesa un sistema de movilidad europeo en Costa Rica. Al país, porque le interesa descarbonizar. Hoy nos han dicho los del consorcio de operadores que ellos piensan que el ahorro en gastos operativos en los buses eléctricos es del 86%.
”¿Por qué? Porque no hay que cambiar aceite, poner gasolinas o diésel, el mantenimiento es menor. Además el ahorro al país en carburantes. Además, la energía a utilizar es renovable de la que Costa Rica tiene de donde echar mano”.